VISPERAS SOLEMNES, PROFESIÓN DE FE Y JURAMENTO DE FIDELIDAD COMO PREPARACIÓN A LA TOMA DE POSESIÓN CANÓNICA DE LA DIÓCESIS DE QUERÉTARO DE MONS. FIDENCIO LÓPEZ PLAZA.

𝐒𝐚𝐧𝐭𝐚 𝐈𝐠𝐥𝐞𝐬𝐢𝐚 𝐂𝐚𝐭𝐞𝐝𝐫𝐚 𝐒𝐚𝐧𝐭𝐢𝐚𝐠𝐨 𝐝𝐞 𝐐𝐮𝐞𝐫𝐞́𝐭𝐚𝐫𝐨, 𝐐𝐫𝐨. 𝟏𝟗 𝐝𝐞 𝐨𝐜𝐭𝐮𝐛𝐫𝐞 𝐝𝐞𝐥 𝐚𝐧̃𝐨 𝟐𝟎𝟐𝟎.
El 19 de octubre de 2020, Mons. Fidencio López Plaza, hizo su Juramento de fidelidad como preparación a la Toma de Posesión Canónica de la Diócesis de Querétaro, en la Santa Iglesia Catedral, en el cual compartió diciendo«Saludo y agradezco al Señor Nuncio Apostólico Franco Coppola, la presidencia de estas vísperas solemnes, en la que hago la profesión de fe y mi compromiso de fidelidad como preparación a la toma de posesión canónica de esta Iglesia Particular de Querétaro.
Gracias hermanos Obispos, Sacerdotes, hermanas y hermanos de Vida Consagrada, Diáconos, Seminaristas y Fieles Laicos.
Con su presencia, y lo que está ocurriendo en esta celebración, la Catedral se manifiesta no sólo como la Iglesia principal, sino como la Iglesia Madre y Maestra, donde se ha de vivir e irradiar de una manera más intensa la Eclesiología y la Espiritualidad de la comunión. Sobre este acontecimiento comparto tres sencillas reflexiones.
𝐏𝐑𝐈𝐌𝐄𝐑𝐀 𝐑𝐄𝐅𝐋𝐄𝐗𝐈𝐎́𝐍: El Papa Juan Pablo II, nos ha indicado con visión profética, que el gran desafío que tiene la Iglesia al comenzar el tercer milenio, es ser casa y escuela de comunión.
La fragmentación social, el individualismo, la apatía, inseguridad, la violencia y una crisis sanitaria, económica y cultural causada por la pandemia COVID-19, han introducido en distintos ambientes el debilitamiento del tejido social.
La comunión es el gran desafío que tenemos ante nosotros en el milenio que comienza. Esto es lo que tenemos que ser y hacer: Casa y escuela de comunión misionera, si es que queremos ser fieles al designio de Dios y responder también a las profundas esperanzas del mundo. Por eso, citando al Papa Juan Pablo II reconocemos que: “Antes de programar iniciativas concretas, hace falta promover una vigorosa espiritualidad de comunión, proponiéndola, como principio educativo en todos los lugares donde se forma el hombre y el cristiano, donde se educan los ministros del altar, las personas consagradas y los agentes de pastoral, y donde se construyen las familias y las comunidades” (cfr. NMI 43). En este sentido, la Santa Catedral, está llamada a ser la casa y la escuela de la comunión por excelencia. Así la Catedral da Cátedra de Comunión.
𝐒𝐄𝐆𝐔𝐍𝐃𝐀 𝐑𝐄𝐅𝐋𝐄𝐗𝐈𝐎́𝐍 El Papa Francisco ha invitado a la Iglesia particular a entrar en un proceso de discernimiento, de purificación y de Reforma. Cada Iglesia Particular, porción de la Iglesia católica bajo la guía de su Obispo, está llamada a la conversión misionera. Ella es el sujeto primario de la evangelización, ella es la Iglesia encarnada en un espacio determinado, provista de todos los medios de salvación dados por Cristo, pero con un rostro local. Ella, así, “Procura estar siempre allí donde hace más falta la luz y la vida del Resucitado”. Por eso, continúa, el Papa, “En orden a que este impulso misionero sea cada vez más intenso, generoso y fecundo, exhortó también a cada Iglesia Particular a entrar en un proceso decidido de discernimiento, purificación y Reforma” (EG. 30).
𝐓𝐄𝐑𝐂𝐄𝐑𝐀 𝐑𝐄𝐅𝐋𝐄𝐗𝐈𝐎́𝐍: Con las limitaciones propias de mi persona, escucho con humildad lo que el Papa espera de nosotros los Obispos: “Él Obispo – afirma- siempre debe fomentar la comunión misionera en su Iglesia Diocesana siguiendo el ideal de las primeras comunidades cristianas, donde los creyentes tenían un solo corazón y una sola alma (Hec 4,32).
Por eso, a veces estará adelante para indicar el camino y cuidar la esperanza del pueblo, otras veces estará simplemente en medio de todos con su cercanía sencilla y misericordiosa, y en ocasiones deberá caminar detrás del pueblo para ayudar a los rezagados y, sobre todo, porque el rebaño mismo tiene su olfato para encontrar nuevos caminos. En su misión de fomentar una comunión dinámica, abierta y misionera, el Obispo, tendrá que alentar y procurar la maduración de los mecanismos de participación que propone el código de derecho canónico y otras formas de diálogo pastoral, con el deseo de escuchar a todos y no solo algunos que le acaricien los oídos. Pero el objetivo de estos procesos participativos no será principalmente la organización eclesial, sino el sueño misionero de llegar a todos”. (EG 31).
Por eso, hermanas y hermanos, como rezamos al comienzo de la Santa Eucaristía, “Ruego a Santa María Virgen, a los Ángeles a los Santos, y a ustedes hermanos qué intercedan por mí ante Dios nuestro Señor”.
Amén
𝑭𝒊𝒅𝒆𝒏𝒄𝒊𝒐 𝑳𝒐́𝒑𝒆𝒛 𝑷𝒍𝒂𝒛𝒂
𝑿 𝑶𝒃𝒊𝒔𝒑𝒐 𝒅𝒆 𝒍𝒂 𝑫𝒊𝒐́𝒄𝒆𝒔𝒊𝒔 𝒅𝒆 𝑸𝒖𝒆𝒓𝒆́𝒕𝒂𝒓𝒐