(CODIPACSQRO) El pasado 11 de febrero del presente año, el Decanato de Nuestra Señora de El Pueblito fuimos congregados entorno a Nuestro Señor Jesucristo, en la asamblea decanal, la cual fue presidida por nuestro Obispo Diocesano Mons. Faustino Armendáriz Jiménez.
Cada parroquia juntamente con los Santuarios, fue presentando su evaluación y programación pastoral cuantitativa y cualitativa. Ante esto, nuestro Obispo comentó que “somos un decanato rico en la misericordia de Dios y lleno de su bendición por la diversidad de Santuarios, casas de formación y movimientos laicales, somos una iglesia con un rostro laical”.
Así pues, los laicos son ejecutores plenipotenciarios para el anuncio del evangelio, por lo que el rostro evangélico es el testimonio de vida. Los laicos, deben de ir descubriendo, en su mente, en su actitud y en su actuación en la Iglesia, que todos somos miembros vivos y activos del pueblo de Dios. Que debemos superar la eclesiología preconciliar en donde el seglar se ve sólo como destinatario de la misión de la Iglesia. Se es miembro vivo y activo.
En la base del Bautismo y la confirmación todos somos miembros vivos y activos, Pueblo Sacerdotal, por el testimonio de vida, la testificación de palabra aprovechando toda oportunidad, y el compromiso apostólico al interior de la comunidad eclesial y en el mundo. Dice el Papa en su alocución de 1984: “Hay que potenciar y cualificar a los laicos para toda acción misionera y pastoral, para lo que no se requiere el orden sacerdotal”.
Como laicos, debemos tomar conciencia, que por nuestro bautismo, fuimos insertados en un pueblo sacerdotal, reino de sacerdotes, para proclamar como testigos y evangelizadores, las maravillas de Dios de sacarnos de las tinieblas a la luz admirable.
En la Parroquia, colaborando con el Sacerdote y, en el mundo como responsabilidad directa y como principales actores del anuncio evangélico. Por lo tanto, “agentes de pastoral” debemos de ser todos, y no solo algunos, y primero en la parroquia, no sólo en movimientos y asociaciones. Los laicos agentes de misión y pastoral por excelencia, son los que están activos en la diócesis y en la parroquia; por lo que se nos invita a seguir llevando el anuncio de la buena nueva a las comunidades más lejanas de nuestra parroquia, incluso a nuestros hermanos que difieran en la fe. “No tengan miedo de anunciar la Palabra de Dios, con un corazón ardiente”, así concluyó nuestro Obispo Diocesano.
Diác. Roberto R. Terán