Visita Pastoral
Parroquia San Sebastián
Jueves 8 de febrero 2024
Bienvenida y oración
A las 9:00am en punto un grupo de fieles, miembros del
Consejo Parroquial y los Sacerdotes: Pbro. Rogelio Olvera, Vicario Episcopal de Pastoral; Pbro. Alejandro Gutiérrez Buenrostro, Párroco; Pbro. Jesús Galván, Decano; Pbro. Alejandro Estrada Moreno, Vicario y el seminarista Francisco Vega esperaron a nuestro Obispo frente a la colegio «Casa de Jesús», donde se encontraban religiosas y alumnas.
Ahí en un ambiente de alegría, mientras ensayaban cantos y coros, se organizaron para la gran recepción.
Al llegar, Monseñor Fidencio impuso la Santa Palabra en la cabeza de los presbíteros y la presentó a los feligreses, al fondo se escuchó la porra “Chinas, pelonas y lacias, Señor obispo muchas gracias” la cuál sacó una gran sonrisa a nuestra pastor.
Al iniciar la caminata al Templo Parroquial, la hermana superiora pidió a Don Fidencio que leyera el Soneto escrito por el fundador de su orden, Mons. Eugenio Oláez Anda.
Al llegar al templo, el Pbro Alejandro Gutiérrez, Párroco, presentó a Monseñor el Cristo, el cual besó, e inmediatamente el seminarista Francisco Vega revistió al Obispo con la capa pluvial.
Las campanas resonaron durante algunos minutos, cuando terminaron Don Fidencio preguntó a los presentes ¿Quien ha sido ungido sacerdote, Profeta y Servidor? dijo que cuando escucha “Pueblo de Reyes” se le enchina la piel y cada que suenan las campanas nos recuerdan nuestra identidad Cristiana, las campanas suenan porque hay fiesta (la Misa es una fiesta), porque hay una pena o porque alguien necesita ayuda.
Ahí, todos juntos cantaron el coro del canto “Pueblo de Reyes”, que hizo vibrar el corazón de todos los presentes.
El Pbro. Alejandro Gutiérrez, Párroco, comentó que se tenía una nueva campana, Mons. Fidencio la bendijo y roció con agua bendita a los asistentes.
Al terminar, invitó a todos a ingresar al interior del templo y llegando se arrodilló frente al Sagrario para ofrecer al Señor esta Santa Visita.
A la voz de “pueden tomar asiento” el Pbro. Jesús Galván, Decano, leyó la circular propia de la Visita Pastoral y se llevó a cabo la oración de la Hora Tercia.
En el momento de reflexión el Obispo dijo:
“Alégrate. La alegría no es una palabra hueca, es porque Dios está con nosotros. Está siempre con nosotros, no porque seamos buenos o porque recemos mucho, sino porque somos sus hijos y ya. Está más cerca de los que andan lejos de la casa”
Cuando se impartió la bendición final, el Señor Obispo, los sacerdotes presentes y la comitiva que lo acompaña, se tomaron la primera foto oficial con los fieles de la parroquia.
Después se retiró una de las campanas para poner en su lugar la recién bendecida por Monseñor.
Asamblea Parroquial de Pastoral
Luego de compartir una taza de café, se dirigieron al interior de la casa para llevar a cabo la Asamblea Parroquial donde estuvieron compartiendo y trabajando sobre los puntos del Instrumentum Laboris para Evaluar y Actualizar el Plan Diocesano de Pastoral.
En plenario, se rezó la oración de San Sebastián, y el moderador del consejo dirigió, mientras tocaba la guitarra, el himno de la parroquia.
Enseguida el párroco, Pbro. Alejandro Gutiérrez presentó a nuestro Obispo el testimonio de los primeros bautizos en la parroquia que datan de 1725, así como planos del territorio parroquial. También mencionó que la Parroquia había sido fundada el 20 de enero de 1720, siendo la parroquia bisabuela de la Diócesis, que cuenta con cuatro sectores y dos capillas de origen otomí.
Mons. Fidencio habló sobre la importancia de planear y explicó que ahora son solo 6 equipos para trabajar en la Pastoral: las tres tareas fundamentales (Profética, Litúrgica y Social) y las tres comisiones diocesanas (Familia, Vocaciones y Ministerios y Comunicación).
Con esta actividad finalizó la primera parte de esta Santa Visita, por gracia de Dios.
Visita a las comunidades
-Asilo San Sebastián.
Por la tarde, Mons. Fidencio visitó el Asilo San Sebastián, en el que fue recibido por el Capellán, Pbro. Alejandro Estrada, y se encontró con las voluntarias que atienden la red de dispensarios quienes le explicaron cómo es el proceso para que un dispensario esté regulado por la COFEPRIS.
Después una abuelita le entregó un ramo de flores y juntos caminaron hacia la capilla.
Se encontró también con los enferemeros.
En la capilla habló a los abuelos y les dijo que Dios se hace presente en los enfermeros, en los padres, en los voluntarios, que ellos son signos de la presencia de Dios entre ellos.
Nuestro Obispo les leyó el pasaje del Evangelio en el que Simeón ve a Jesús al entrar al Templo con sus papás, los roció con agua bendita, rezaron un Padre Nuestro y la oración por los abuelitos y Mons. Fidencio rezó por los abuelitos que en ese momento se encontraban enfermos.
-Capilla de la Sagrada Familia.
En la Capilla de la Sagrada Familia un gran número de fieles recibieron con mucha alegría al Señor Obispo.
Se le entregó una imagen de la Sagrada Familia misionera que va de casa en casa y rezaron todos juntos la oración por la familia.
Monseñor les dijo que su Visita era para descubrir a Dios en cada uno de ellos, para alimentarse de la Palabra de Dios y de la alegría de esa capilla. Después les leyó el Evangelio del Niño perdido y hallado en el Templo.
-Capilla de la Santa Cruz del cerrito.
En esta capilla que data de 1796, que en ese entonces tenía el nombre de «San José del Seminario» y que es de origen otomí, Mons. Fidencio dijo a los fieles reunidos que es una capilla que huele a bisabuelos, donde la gente ha llorado, ha trabajado y ha mantenido su fe.
Les dijo también que Jesús subió a la cruz para vencer al demonio, para decirle al Padre que nosotros somos sus hijos y para encomendarnos al Padre; pero Jesús sigue aquí, en medio de nostoros.
Monseñor leyó un fragmento de la Pasión, donde Pilato quería dejar libre a Jesús pero el pueblo gritaba «crucifícalo». Luego cantaron juntos «Santitos cruz del amor, del pueblo crucificado; Santitos cruz del amor, del pueblo resucitado».
Antes de retirarse rezaron el Padre Nuestro mientras rociaba a todos con agua bendita y se hizo también la oración de la Santa Cruz, preparada por el Párroco en un separador que todos tenían.
-Capilla de la Trini
Un gran grupo de fieles esperaba a Don Fidencio en la capilla de la Trini, con banda y gallos. El Señor Obispo los saludo con la Biblia en la mano.
Caminaron juntos al templo, donde agradeció la fiesta y el recibimiento.
Esta capilla también es otomí, los patronos son la Santísima Trinidad y el Señor de las maravillas.
Mons. Fidencio les dijo que este decanato es de barrios y que todos se parecen, todos tienen problemáticas y cualidades parecidas, como la capacidad de hacer fiesta.
Les leyó un fragmento del Evangelio de San Marcos, sobre el Bautismo de Jesús y les dijo que este se escucha de pie porque somos misioneros que escuchan para llevar la Palabra de Dios a los demás.
También dijo que Dios es familia, no está solo, son tres personas en un solo Dios. La familia del cielo es Padre, Hijo y Espíritu Santo y la de la tierra: Jesús, José y María, y luego se hizo familia en la casa de cada uno, se hizo familia para vivir con nosotros. La familia es la Iglesia en la casa, la Iglesia doméstica, porque ahí encontramos los medios para salvarnos, ahí está Dios con cada uno.
Resaltó algunos puntos del Bautizo de Jesús: se abrieron los cielos, para que esta sea nuestra casa; bajó el Espíritu Santo como paloma, una imagen que nos da la idea de que esta tercera persona de la Santísima Trinidad está donde Jesús está y lo mandó a vivir dentro de nosotros, porque somos débiles y necesitamos un maestro que nos enseñe a amar; se escuchó una voz del cielo que decía «Tu eres mi hijo muy amado», lo mismo pasa cuando nos bautizamos, de ahí la alegría de la gente de esta parroquia; estaba Jesús como hermano nuestro, por eso la importancia de formar pequeñas comunidades.
Santa Misa
En la Santa Misa cada uno de los padres dio sus resonancias.
El Sr. Obispo recordó que en la mañana lo recibieron con un repique de campanas.
Relacionó el altar, ambón y sede con las tres tareas fundamentales:
-El altar es donde Dios recibe nuestro sacrificio y nos lo regresa hecho alimento, representa la fiesta, la liturgia.
-El ambón, altar de la Palabra de Dios nos recuerda a Cristo profeta.
-Y la sede nos recuerda a Jesucristo servidor, lugar donde Dios se sienta a escuchar a sus hijos.
Hizo referencia también a la campana conmemorativa que se bendijo y estrenó ese mismo día y su sonido, diferente a las antiguas, resaltando lo notorio de la dualidad de lo nuevo y lo viejo y como invitan al cambio y la conversión.
Les dijo que la Visita viene a iniciar una nueva etapa evangelizadora.
Al final de la Misa el Diácono José Ignacio Ruiz, cronista de la Visita Pastoral, leyó la crónica y se firmó el libro.
Terminaron con un convivio en el que compartieron los alimentos.
«Vayamos a ver a los hermanos para ver como se encuentran»