Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, SJR Qro. El 02 de Febrero de 2017.
El 02 de Febrero de 2017, en la Fiesta de la Presentación del Señor, Mons. Faustino Armendáris Jiménez, presidió la Sagrada Eucaristía, en el Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, en san Juan del Río, Qro. Con motivo de la visita de la primera imagen peregrina de la Virgen María, en su advocación de San Juan de los Lagos, a este lugar, la celebración dio inicio con la bendición de las candelas, Mons. dijo las siguientes palabras:
“Jesús fue presentado en el templo por María y José, para cumplir únicamente con la ley de Moisés, pero en realidad fue un encuentro con la realidad de su pueblo , impulsados por el Espíritu Santo , vinieron al templo aquellos dos Santos ancianos Simeón y Ana, e iluminados por el mismo Espíritu reconocieron al Señor y lo anunciaron jubilosamente a todos, así también nosotros congregados por la bondad del Espíritu Santo, vallamos al encuentro en la casa de Dios, lo encontraremos y recoseremos en el hermano, mientras llega el día en que se manifieste como Dios”. Se les pidió a los presentes encender sus velas, para ser bendecidas por el Mons. Faustino, y quien en su Homilía les compartió:
“Muy queridos hermanos, nos llenamos de alegría hoy que nos visita la Santísima Virgen María, la Virgen peregrina nuestra Señora de San Juan de los Lagos, también la iglesia en este día se llena de alegría por esa fiesta de nuestra Señora de la Candelaria, día en la cual se celebra con gran solemnidad a Nuestra Señora de San Juan, y junto con ello celebra la Iglesia el día de la Vida Consagrada.
Por eso felicitamos a nuestras hermanas Religiosas, y religiosos, al terminar la Santa Misa, feliciten a las hermanas religiosas, que andan por ahí, porque ellas como consagradas, tomaron la decisión de servir toda su vida al Señor, de casarse con Jesús, y de entregarse en la fidelidad a su servicio.
Hoy al recibir a Nuestra Señora de San Juan y que ha permanecido, a lo largo de esta semanas sin duda miramos el reflejo de la devoción que le tenemos a Santísima Virgen María, y por eso estamos aquí porque queremos celebrarla, ordinariamente esta comunidad de la Diócesis de Querétaro, como lo ha hecho en días pasados, va a visitarla en su Santuario de San Juan de los Lagos.
Hoy tenemos la convicción de que Virgen como peregrina, como misionera viene a visitarnos aquí en nuestra comunidad, aquí en nuestra Diócesis de Querétaro, y viene para que tú platiques con ella y también para ella darte su mensaje.
Preguntarte ¿cómo estas? Y sin duda cada uno de ustedes, se ha postrado ante la imagen de la Virgen sabiendo que ella nos escucha, que ella desde el cielo nos está escuchando y a veces es cierto subrayamos más las necesidades que la acciones de gracias, pero la Virgen lo que le interesa es que nosotros confiemos en su hijo Jesucristo, y ella lo que hace es ser intercesora ante Jesús.
Hoy tradicionalmente también traemos las velas y hay imágenes de Nuestra Señora de Candelaria, incluso se cuentan apariciones de la Virgen con la candela en la mano, hoy ustedes traen esa vela y otros traen al niño Jesús, saben que es la misma luz, y ustedes traen a Jesús Luz en ese niño, como María lo trae en su mano pero sobre todo lo llevan en su corazón.
Viviendo la experiencia de la Santísima Virgen María de llevarlo en su vientre por eso es la Santísima Virgen porque lo llevo en su vientre, porque es la Madre de Dios, y también nos lo regalo a nosotros, hay Santos como San Antonio de Padua, que tienen en sus brazos la imagen del niño Jesús.
Qué bueno que todos los que tienen en sus brazos al niño Jesús, también recorran ese camino que nos hagamos dignos de Jesús, de portarlo en una cesta con una cobijita, pero sobre todo de llevarlo en nuestro corazón, la bendición de este día de estas hermosas imágenes y de los bebes que algunas mamas traen, que nos recuerden que en el caminar de nuestra vida Jesús nos acompaña, que Jesús nos bendice; y Jesús nos bendijo con su presencia.
Hoy en el evangelio se nos narra ese momento después del nacimiento, la ley de Israel decía que los papas debían llevar al niño al templo, y lo importante es llevarlos al templo para que se niño sea consagrado a Dios, por eso los llevan ustedes al templo para consagrarlos a Dios, pero la mama también para purificarse, porque en todo parto hay derramamiento de sangre y en la Ley judía se pedía que la mama se purificara también después del parto.
El centro de toda esta misa, el centro de todo este ritual, el centro de hoy es Jesús, y la Santísima Virgen María nos acompaña porque donde esta María esta Jesús y donde esta Jesús ahí esta María, eso lo tenemos que recordar perfectamente.
Habrá gente que pone su atención en los tamales, no, lo principal es Cristo, que Cristo este en medio de nuestra casa, que Cristo sea el centro de nuestra vida, por eso yo les sugiero que no guarden a ese niño, que no metan en una caja y hasta año que entra, que nos recuerde que es el centro de nuestra vida, y siendo el cetro tengamos el deseo que tuvieron Simeón y Ana, esos dos ancianos que nos dice el Evangelio inspirados por el Espíritu Santo, se dirigieron al templo porque Dios le había hecho una promesa a Simeón, ver al mesías, vivir un encuentro con el Salvador.
Creo que esto es también algo que tenemos que considerar, y como Simeón decir ya puedo morir en paz, y nosotros podremos también decir ya puedo morir en paz, estamos preparados cuando nos encontramos con Jesús, cuando una va a los hospitales o a las casas particulares a auxiliar a alguien que está muy grave, pero que esta consiente de sus facultades, al final me ha tocado en muchas ocasiones escuchar, padre a la hora que Dios quiera que me recoja, ¿podremos decir lo mismo ahora?, Señor puedes dejar que tu siervo o sierva ir se en paz.
Creo que si nuevamente nos encontramos con el Señor, y luchamos todos los días con la enfermedad, si luchamos por estar en gracia, un día le podremos decir y ojala sea todos y todos los días desde nuestro examen de conciencia en la noche hasta nuestra consagración al despertar en la mañana, Señor hágase tu voluntad en mí vida.
Y esta es la mejor manera de honrar a María, y esta es la mejor manera de imitar a la Virgen; estos días me han comentados los Padres han venido encontrar con María de manera permanente y multitudinaria, que también este encuentro con María nos lleve al encuentro con Jesús, y que el encuentro con Jesús nos comprometa al papa, a la mama, a los hijos, a la familia para decirle hágase tu voluntad Señor.
Pidamos la intercesión de la Virgen María, que ella que nos trae a la luz, esta luz que dice Simeón nace de lo alto, esa luz que es Cristo que de manera muy significativa hemos tomado en nuestras manos y hemos bendecido estas velas que nos recuerdan que Cristo es la luz, y las hemos bendecido no como algo mágico, sino para que nos recuerde esa vela bendita, que Cristo es quien me bendice, que Cristo es el que ilumina mi camino, que el Señor es quien nos saca de los problemas y nos libera de la tentación y que estoy dispuesto, a que él haga algo por mí.
Que esta grande fiesta, se convierta en un deseo de hacer siempre la voluntad de Dios y que este gran gozo que experimentamos por la Visita de la Santísima Virgen María Nuestra Señora de San Juan, se convierta también esta alegría en un compromiso muy serio de hacer la voluntad de Dios.
Recordémonos especialmente cuando recemos el Padre Nuestro, que le decimos a Dios hágase tu voluntad, que inmediatamente al rezar el Ave María, le pidamos a la Virgen ayúdanos a hacer la voluntad de tu hijo Jesucristo.
Que el Señor bendiga a sus hijos, bendiga a sus familias, y que Cristo luz sea luz para todos, papas, hijos y todos aquellos familiares que se acercan a Cristo Luz y a María con fe hoy en este día. Que así sea”.
Al término de la celebración Mons. Faustino, invito a todos a consagrarse a la Virgen María, les impartió la bendición y todos le brindaron un fuerte aplauso a la madre de Dios.