En la Basílica de Nuestra Señora de los Dolores de Soriano, el Excmo. Sr. Obispo D. Faustino Armendáriz Jiménez celebró la Misa de Acción de Gracias por su VIII Aniversario de Ordenación Episcopal, acompañado por sus hermanos obispos Mons. Florencio Olvera Ochoa, obispo emérito de Cuernavaca y Mons. Oscar Roberto Domínguez Couttolenc, M.G., Obispo emérito de Tlapa y por el presbiterio de Querétaro.
Inició la homilía expresando: «Me alegra mucho encontrarme con ustedes en esta mañana y celebrar juntos la Eucaristía, para darle gracias a Dios por estos ocho años de ministerio episcopal que ha confiado en mis débiles manos… Les saludo a cada uno de ustedes y les agradezco este gesto de comunión y de cercanía que tienen para conmigo. Dios les bendiga siempre».
«Hermanos sacerdotes, la fuente de nuestra santificación es la fuente del propio ministerio, de la propia misión, pues el ejercicio mismo del propio ministerio es justamente el espacio que tiene el presbítero para su santificación. Este espacio se identifica esencialmente con el ámbito eclesial en medio del cual hemos sido puestos como pastores. La encomienda de apacentar el rebaño exige un gran esfuerzo de vigilancia sobre uno mismo y sobre el propio rebaño, se trata de custodiar de manera creativa la unidad del cuerpo de Cristo», dijo a los sacerdotes que le acompañaron en la Misa.
Encomendándose a las oraciones de los presentes, terminó su homilía diciendo: » Que estas reflexiones nos ayuden a vivir más en plenitud nuestro ministerio y nuestra consagración, particularmente deseo pedir que sigan orando por un servidor para que este ministerio lo ejerza siempre con un corazón dedicado, únicamente buscando servirle a Dios para su gloria y en bien de nuestra santificación. Que nuestra Señora de los Dolores de Soriano, a quien hoy veneramos en este lugar, nos ayude a decirle cada día a nuestro Dios: “Tú, Señor, has dado tus preceptos, para que se observen exactamente; ojalá que mis pasos se encaminen al cumplimiento de tus mandamientos. Te alabaré con sincero corazón, cuando aprenda tus justos mandamientos; quiero guardar tus leyes exactamente, Tú no me abandones, Señor”. Amén.»
Mons. Faustino Armendáriz fue nombrado Obispo por el Beato Juan Pablo II, el 4 de enero de 2005 y recibió la ordenación episcopal el 23 de febrero del mismo año, de manos del Excmo. y Rmo. Sr. Francisco Robles Ortega, Arzobispo de Monterrey.