TOMA DE POSESIÓN PARROQUIA, MISTERIO DE LA ENCARNACIÓN DEL HIJO DE DIOS.

Col. Loma Bonita, Santiago de Querétaro, 10 de noviembre de 2018.

Mons. Faustino Armendáriz Jiménez, Obispo de la Diócesis de Querétaro, el sábado 10 de noviembre de 2018,  presidió la Sagrada Eucaristía, en la cual el Pbro.  Alberto Gómez Solís, Tomo Posesión de la Parroquia Misterio de La Encarnación del Hijo de Dios y La Ermita, ubicada en  Calle Cofre de Perote # 200, esq. Alpes Col. Loma Bonita, Querétaro, Qro., que pertenece  al Decanato de San Miguel Arcángel,  en la cual se dio lectura del  Nombramiento, que ratifica al padre Beto como nuevo Párroco de esta comunidad,  y a quien  posteriormente se le hizo entrega de todos los lugares litúrgicos como son: El Campanario, La Puerta del Templo, El Bautisterio, El Confesionario, El Sagrario, La Sede y El Altar, dando así  cumplimiento del acto litúrgico de Toma de Posesión.

Concelebraron esta Santa Misa, Pbro.  Arcenio Flores Hernández, Pbro. Benito Galvan Rivera, Pbro. Fidencio Guadalupe Atanasio Servin León y algunos otros sacerdotes que pertenecen a este Decanato, además de un gran número de feligreses, que se alegraron por su nuevo pastor  a quien le dieron la bienvenida. En el momento de la homilía Mons. Faustino les dijo:

«Muy queridos hermanos de esta comunidad parroquia, del Misterio de la Encarnación, siempre socorrida por la Santísima Virgen María en este misterio que cambió el rumbo de la humanidad, le saludo a todos ustedes con afecto compartiendo la alegría de tener un nuevo párroco, guía y pastor de la comunidad,  quiero agradecer a Mons.  Javier Martínez por su empeño a lo largo de estos últimos meses para llevar a cabo esta tarea evangelizadora y también orientadora de esta comunidad, junto con el padre Cruz, aprecio la presencia de cada uno de los sacerdotes y del Decano el padre Artemio y sin duda por quien en un tiempo fue párroco de esta comunidad y que hoy está con nosotros.

He visto las muestras de afecto que le han prodigado al padre Beto en su llegada aquí, al territorio parroquial y cómo le han acompañado con la alegría propia de quien tiene esperanza de un nuevo pastor que les ayude,  hemos leído también el Decreto Canónico del nombramiento del párroco y la respuesta de ustedes ha sido muy expresiva a través de un aplauso que manifiesta la apertura de corazón para recibir las bendiciones, el trabajo, la generosidad y el celo pastoral del padre Alberto, que hoy viene a entregarse a esta comunidad.

Y sin duda una de las tareas fundamentales es la tarea espiritual, el sacerdote no es un funcionario, el sacerdote no es un profesionista, el sacerdote es un hombre llamado por Dios en  la misma comunidad para el servicio de la comunidad, por eso el sacerdote es el experto en las cosas de Dios y del Espíritu y esta es la razón por la cual, para alimentar esa espiritualidad el sacerdote en primer lugar tiene que ser un hombre de oración, en estas últimas semanas especialmente en esta última tuve la oportunidad de vivir con ellos esos ejercicios espirituales que tanto alimentan el alma, que tanto nos alimentan en el espíritu, de tal manera que fortalecidos en el encuentro con Dios y en el diálogo con él a través de la oración, de unos ejercicios en silencio donde la voz de Dios escucha, venimos a la comunidad parroquial a compartir nuestra experiencia y a eso viene el sacerdote a compartirles su experiencia, una experiencia que va mucho más allá de las palabras y de apariencias incluso de homilías, una experiencia que se enseña con el ejemplo.

Hoy el Papa Juan Pablo XI, decía “el hombre más que maestro, necesita testigos, testigos que evangelicen, por qué bien decimos en el dicho coloquial “las palabras pueden convencer pero el ejemplo arrastra, el sacerdote tiene que motivar y arrastrar con la oración y esa es la clave no solamente para que los templos estén siendo sino para que acudan los jóvenes, los niños, los adolescentes, las familias, esa es la oferta de un sacerdote, la espiritualidad ir al corazón hablar de corazón a corazón, pero un corazón lleno de Dios para poder compartirlo a los demás.

Después de esta reflexión vamos a entregarle los lugares litúrgicos y uno de ellos es el Sagrario, en la exhortación del Obispo generalmente le dice: “Que seas asiduo  en la visita al Santísimo Sacramento y enseñes a tu comunidad a visitar el Sagrario”, enseñar a los niños, a las familias, a los jóvenes, acudir de manera permanente al Sagrario, no solamente porque están solo si no porque ahí encontramos la presencia de Dios vivo, Dios que nos habla, de Dios que nos escuchan, que tan difícil es que alguien nos escuche. El Señor está dispuesto siempre ahí en el Sagrario para escuchar al más pecador, escuchar al sacerdote porque el sacerdote necesita también estar postrado en el Sagrario, el sacerdote pues debe ser en primer lugar un hombre de oración y que viene a compartir su experiencia de Dios.

En segundo lugar debe ser un hombre de la comunión y me gusta precisarlo, que reúne y que la reúne con lo que sabe hacer, evangelizar, hay un momento también el que el sacerdote tiene que tocar las campanas, se le exhorta que a través del toque de las campanas convoque a la comunidad para escuchar la Palabra de Dios, que convoca a la comunidad para poder juntos vivir el encuentro con el Señor en el templo y fuera de él,  de tal manera que todo lo que compartimos aquí en torno a los sacramentos sea un fortalecimiento de la vida de la comunidad y de la vida personal y familiar de los feligreses,  la comunión sin duda es muy concreta; comunión con la comunidad, pero también comunidad con el Decanato, qué tan importante es estar unidos a la Diócesis a través del Decanato donde los sacerdotes en sus reuniones permanentes comparten los proyectos, comparten las líneas de acción inspirados en el plan Diocesano de Pastoral y de las directrices que enviamos de manera permanente para las diversas acciones, tanto las permanentes como las eventuales.

El Obispo también constantemente está enviando las Cartas Circulares, hay que leerlas aquí, y  en las sedes parroquiales y en cada uno de los templos que conforman el territorio parroquial, porque estos documentos vienen a sumar a la vida pastoral de la comunidad, es la comunión pues, con la Diócesis y con el Obispo, qué es fundamental para estar unidos con el Santo Padre el Papa, pero también la comunión presbiteral que es mucho más allá de una reunión del decanato donde También permanentemente tenemos formación permanente, para el sacerdote y tenemos la oportunidad de estar por el crecimiento personal pero también crecimiento de la comunidad los párrocos y los vicarios tienen que estar en estas reuniones como signo de comunión, pero una comunión fundamental con Dios, si estamos unidos a Dios y estamos unidos a los demás, es el signo de que estamos unidos con el Señor.

Sin duda una tercera consideración que también es importante precisar, es que el sacerdote además de ser un hombre de oración y de unión, es un hombre que es misionero, discípulo misionero, discípulo porque a la luz de la Palabra, va configurando su persona con la persona de Jesús, misionero porque es su tarea fundamental ya que la iglesia existe para evangelizar, un sacerdote nos dice el documento de aparecida:  “un sacerdote enamorado de Cristo puede transformar una comunidad y la manera de él como hay que hacerlo es a través de la misión, especialmente Padre Alberto te encargó los jóvenes, que junto con el padre la catequesis y todo lo que abarca la Pastoral Profética, en el núcleo de todo esto está la Pastoral Bíblica, la Sagrada escritura que a veces tanto carecen las Parroquias, de un equipo que esté bien conformado para que difunda, la palabra de Dios la Biblia en concreto pero también la oración con la Biblia a través de la lectio divina.

Ser misionero significa, ser un sacerdote en salida y si el sacerdote es un sacerdote en salida, será una comunidad en salida es decir hacia los cuatro puntos cardinales de la comunidad parroquial que ninguna casa, que ninguna familia, se queden sin la misiónalidad, es decir sin la presencia de un misionero que toque el corazón, con la fuerza y la luz de la Palabra de Dios, que el Señor bendiga tu ministerio padre  Beto y esos lugares litúrgicos que te vamos a entregar sean el signo de tu responsabilidad litúrgica y jurídica en esta comunidad , que la Santísima Virgen María, ella madre de los sacerdotes te proteja siempre y que en momento sin duda frecuentes, reces el  Santo Rosario con la comunidad, para acudir a esa protección y a esa bendición de la Santísima Virgen María a quien está dedicada esta comunidad. Que así sea».

Al término de la celebración el Padre Beto, dio unas palabras a su nueva comunidad parroquial y el Sr. Obispo les dio la bendición a toda la asamblea, y posteriormente pasaron a un momento de convivencia fraterna.