Col. El Salitre, Querétaro, Qro. a 27 de agosto de 2019.
Mons. Faustino Armendáriz, Jiménez, el día 27 de agosto de 2019, presidio la Santa Misa de Toma de Posesión de la Parroquia de Santa Ana ubicada en Calle 5 de febrero s/n, Col. El Salitre, y perteneciente al Decanato de Santo Niño de la Salud, del Pbro. Javier Francisco Hernández Calvario, como Nuevo Pastor de esta comunidad. <<Hoy se te encomienda el cuidado de esta parroquia, tú eres el responsable, porque en ti verán la presencia de Cristo que se pone delante de la comunidad para que los bendigas, para que orientes, pero también para que aprendas de ellos, aprendas de su fe, aprendas de su cuidado, aprendas de su confianza total en Dios, aprendas de sus sufrimientos y de sus alegrías…>> comento Mons. Faustino en su Homilía.
En el momento de la Homilía Mons. Faustino les compartió diciendo: “Les saludo con afecto agradeciendo al padre Montoya por todo este servicio que realizado para el bien de esta comunidad parroquial; hoy recibimos a un nuevo pastor, sin dudar la comunidad siempre quiere un buen pastor, y hoy le damos la bienvenida al padre Javier Hernández Calvario con la esperanza pues de que sea un buen pastor que sepa guiar por los caminos de Dios a esta comunidad; saludos a los hermanos sacerdotes, a los agentes de Pastoral qué siempre con fidelidad tratan de dar lo mejor de sí para bien de la misma comunidad, a los catequistas, a los miembros de los grupos apostólicos y a todos aquellos hermanas y hermanos que sirven a Dios a través de su comunidad.
Hoy la palabra de Dios nos anima, y nos dice como al profeta Jeremías “No temas, yo estoy contigo” quisiera padre Javier que estas palabras también las hicieras tuyas, tú eres un pastor, un profeta que proclama su palabra en medio de esta comunidad, el Señor está contigo, pero también quiere que tú estés en Él y con Él, qué tú colabores con Él, de tal manera qué recorriendo los caminos muy cercanos a esta comunidad, siendo guía, con tu palabra y con tu testimonio, de los niños, de los adolescentes, de los jóvenes, de los adultos, iluminando el caminar de las familias y como decíamos en el nombramiento qué está haciendo tan atacada por circunstancias e ideologías; el sacerdote tiene una gran tarea no puede dejar, haciendo paréntesis, de atender a la comunidad, nunca podemos descuidar a la comunidad, el buen Pastor siempre está presente.
Por eso hoy el Señor, en el Evangelio, nos pide coherencia de vida y nos pide decirlo a la ceguera de aquel que dice una cosa y hace otra, de aquel que proclama las cosas de Dios y se porta como el mundo le impulsa a portarse, hoy no necesitamos grandes predicadores, dice el Papa, hoy necesitamos testigos en nuestras comunidad, y no es fácil, hay que luchar por recorrer un camino de santificación, hay que luchar para tratar de ir puliendo, con las virtudes, nuestra identidad y en nuestro caso la identidad sacerdotal, creo que solamente seremos creíbles los sacerdotes en la medida de que con las obras atraemos y no solamente con las palabras, recordemos que Dios es nuestro guía y que la clave para poder ser perseverantes y fiel está ahí, está el Sagrario, ahí delante del Sagrario el sacerdote en oración va descubriendo la voluntad de Dios para cada día, ya le ha dado su sí, ya le ha dicho al Señor “sí quiero seguirte” pero ahora falta que ese seguimiento se muestre en cada uno de los momentos y en cada día en que el sacerdote atiende a la comunidad.
Padre Javier, hoy te entregamos cada uno de los lugares litúrgicos desde la campana con la que vas a convocar al pueblo de Dios, vas a convocar al pueblo de Dios para que se reúna para la celebración de los sacramentos, pero un pueblo de Dios que cuando venga ya se te hace familiar porque tú has salido a visitarlos, porque has ido con los misioneros en la misión permanente del visiteo casa por casa, porque el sacerdote no puede estar solamente llamando a los fieles a que vengan sino que el sacerdote tiene que ir a dónde están los enfermos, a dónde están las familias, a dónde están los jóvenes, a dónde están los niños, especialmente todos aquellos que poco a poco se han retirado de un en un éxodo silencioso del templo, hoy nos toca salir, no podemos prescindir en una parroquia de la misión, no podemos prescindir del visiteo permanente con el pretexto de que estamos muy ocupados, todos tenemos mucho que hacer, sin embargo el Papa Francisco nos decía “tenemos que proclamar la misión, de tal manera que le demos espacio a ese ir, a ese salir, a ese estar donde está nuestro pueblo, especialmente el pueblo que sufre”; también se te entregará las llaves del templo, no solamente para que abras y entre la feligresía, sino también, para que después de formar a los hermanos, ellos salgan a hablar de Dios. Se te entregará el confesionario, el lugar en el que tenemos que invertir muchas horas para bien de nuestro pueblo no solamente para cuando nos lo pidan, sino también de manera programada para que estamos aquí esperando aquel hombre o mujer que necesite del consuelo y del perdón de Dios; también se te entregará la pila bautismal, donde nuestros niños nacen para Dios, donde son sumergidos en las aguas, en el Espíritu Santo para que se transformen en un hijo de Dios; se te entregará el altar, el lugar que significa la presencia de Cristo y alrededor del cual y en el cual se celebra la Eucaristía, después esta sede parroquial qué te dará autoridad para tratar con bondad a la gente, para ayudar y orientar, para dar palabras de aliento, para dar palabras de consuelo con serenidad y no con las prisas de quien tiene otros intereses aparte de entregarse al pueblo, y al final se te entregará, el Sagrario el cual abrirás para hacer un momento de adoración, cuántos momentos de adoración delante del santísimo necesitamos sacerdotes y necesitamos todos, porque ahí está la fuente de la vida, porque ahí está el alimento que nos hace crecer, porque ahí está el alimento que fortalece nuestra vida para seguir caminando siendo testigos sin desanimarnos ante nada ni ante nadie, ojalá este oficio que hoy se te entrega de párroco de una nueva comunidad, después de haber estado unos años en la comunidad parroquial de Tilaco, ayudando a aquella comunidad con tu servicio sacerdotal, haciendo presencia en las entrañas de la Sierra, ayudando con tu testimonio a tantos niños y jóvenes.
Hoy se te encomienda el cuidado de esta parroquia, tú eres el responsable, porque en ti verán la presencia de Cristo que se pone delante de la comunidad para que los bendigas, para que orientes, pero también para que aprendas de ellos, aprendas de su fe, aprendas de su cuidado, aprendas de su confianza total en Dios, aprendas de sus sufrimientos y de sus alegrías. El Señor pues te ayude siempre a atender con prontitud cuando fallece algún familiar, a atender con prontitud cuando alguien está enfermo y nunca decir no, cuando te piden una celebración para el bien de la comunidad, pero una celebración no solamente en el templo sino en cada una de las comunidades que conforman esta parroquia, que tiene un crecimiento importante y donde también es muy importante abrir espacios educativos para ir a dónde está nuestra gente; es un gran reto siempre una parroquia y más una nueva parroquia.
Hoy pues le pedimos a la Santísima Virgen María qué custodie y le pedimos a Santa Ana que también te arrope, así como arropo a su hija, a Nuestra Madre del cielo para que ella caminara de manera segura, para que ella se formará y le pudiera dar ese sí, a Dios.
Estamos celebrando el 50 aniversario del patronazgo de Nuestra Señora de los Dolores de Soriano, es conveniente para que tengamos una imagen para recordar qué estamos en el Año Jubilar Mariano, es necesario ponerla visible, en un bonito altar, de tal manera que podamos explicarles a los niños quien es la Patrona Diocesana. Que el Señor te ayude, y que por la intercesión de nuestra patrona Nuestra Señora de los Dolores de Soriano, te ayude a guiar con firmeza tus pasos, recordando que vives en comunidad, en la comunidad de un decanato, que nunca descuides esa presencia importante con tus hermanos sacerdotes para bien llevar el ritmo pastoral solidario, fraternal, para bien de esta comunidad y del decanato. Que el Señor te fortalezca también en la formación permanente de tal manera que, con tu presencia, tu des testimonio de tu interés y también de tu deseo de crecer más como pastor, para el bien de la comunidad. Que así sea”.
Momentos antes de terminar la celebración el Padre Javier dirigió una palabras a la asamblea allí reunida diciendo: «Buenas tardes primeramente quiero agradecerle a Dios, a Nuestra Madre Santísima de los Dolores de Soriano, a la Virgen de Guadalupe en quienes siempre he encomendado mi vida y mi trabajo pastoral; a nuestro Señor Obispo, Mons. Faustino, por la confianza que me brinda para que a partir de hoy comparta mi experiencia de fe y mi trabajo con esta parroquia que hoy se me encomienda.
A la parroquia de Santa Ana del Salitre, quiero decirles que en mi persona van a encontrar a un hermano, a un amigo, al pastor y guía espiritual, decirle a esta parroquia que hoy me recibe, me den la oportunidad de conocerlos y de que me conozcan, en mi encontrarán al amigo que quiere caminar con ustedes en sus alegrías y en sus tristezas.
Vengo con muchas ganas de continuar el trabajo Pastoral que ha dejado el padre Francisco Montoya, en esta parroquia y acompañar a los grupos y movimientos y de continuar con el Plan Diocesano, sé que me esperan grandes retos y desafíos, pero también grandes satisfacciones, tomados de la mano de Dios y principalmente de la oración en mi nueva parroquia; agradezco también, de una manera muy especial, a mis hermanos sacerdotes del Decanato de San Junípero Serra, Sierra Gorda queretana, por haber compartido el trabajo pastoral realizado y acompañamiento en la pequeña comunidad, un Decanato, sin lugar a dudas donde sobresalen la unidad y el apoyo moral, gracias Sierra Gorda en representación.
Quiero que le demos un aplauso, al padre Efrén que viene en representación de este Decanato; agradezco el Decanato de la Sierra, a su gente y a sus tradiciones. Quiero agradecer a mi familia, a mi hermana, a mis sobrinos, a los que vinieron a acompañar de mi pueblo natal San Miguel de municipio de Celaya Guanajuato, a mi gente de las parroquias que he caminado en estos 18 años de vida sacerdotal: La parroquia San José obrero, en San Juan del Río, de la parroquia de San Juan Bautista en Victoria Guanajuato, a la parroquia de la Divina Providencia en Ezequiel Montes, gracias por acompañarme, a la parroquia de San Francisco de Asís, Xichu, Guanajuato, gracias y a la parroquia, que de verdad estoy agradecido, por todo el acompañamiento de 6 años y 8 días, a la parroquia de San Francisco de Asís, Tilaco, Landa de Matamoros; quiero también agradecer al nuevo Decanato que me integro, al Decanato del Santo Niño, representado por el Decano el padre César de la Vega, gracias, padre.
También quiero agradecer por este camino de 18 años que aparte de las que parroquias que he mencionado, encontramos familias, amigos, me refiero a grandes amigos que he encontrado en la peregrinación, tanto de hombres como de mujeres, a la Basílica del Tepeyac, a los representantes muchas gracias.
Quiero decirle a esta nueva parroquia que se me encomienda, que nos demos la oportunidad de caminar, de crecer, y como ya lo dijo nuestro Señor Obispo, que me vean en la calle, que comparta con ustedes y de manera especial esa Misa de niños que nos espera todos los domingos a las 10 de la mañana, quiero también recordar a los jóvenes de la parroquia que, platicando con el padre Francisco, hemos tenido a bien continuar con esa labor incansable de llevarles el alimento a los familiares de los enfermos que están en el hospital general, acompañado con ustedes para trabajar y que vean que tanto el pan Eucarístico, como el pan material son necesarios para la vida diaria, caminare con ustedes jóvenes e iremos al encuentro del enfermos, al encuentro de las familias, que necesitan de una palabra de aliento y que en este momento se encuentran tristes y que nosotros seremos guías para reconfortarlos; también quiero agradecer a todos los movimientos y grupos de la parroquia y decirles que vamos a continuar con el trabajo, no vengo a quitar nada, vengo primero a conocer, vengo a fortalecer, por eso acérquense conmigo, y vuelvo a repetir, tiene a un amigo, tienen a un hermano, tienen a un pastor y quiero ser parte de ustedes, por todo gracias». Concluyó.
Al terminar, Mons. Faustino felicito al Padre Javier, se tomaron la foto del recuerdo y los fieles les brindaron un fuerte aplauso como muestra de cariño y dando la bienvenida a su nuevo pastor.