Santa Iglesia Catedral, 29 de Abril de 2017.
El sábado 29 de Abril de 2017, a las nueve de la mañana, como parte de la Solemnidad Litúrgica, en honor de Nuestra Señora de El Pueblito, el Excmo. Sr Obispo de Querétaro, Mons. Faustino Armendáriz Jiménez, presidió la Solemne celebración Eucarística, en la Santa Iglesia Catedral, Ubicada en Av. Madero esq. calle Ocampo, en la ciudad Episcopal de Santiago de Qro. Concelebró el padre Miguel, guardián de los hermanos franciscanos, el Pbro. José Luis Salinas Ledezma, así como los Padres Formadores del Seminario Conciliar Diocesano, Nuestra Señora de Guadalupe, los seminaristas también participaron de esta celebración. En su homilía, el Sr Obispo les dio la bienvenida a los seminaristas, a esta hermosa fiesta litúrgica, y les deseo que crezcan más en el amor a maría y también como un testimonio, su presencia testifica que quieren ser como María, y – les dijo- “que el seminario sea un tiempo como aquella casa de Nazaret donde se saborea la presencia de Jesús para poder compartir con los demás lo que María tiene para darnos” destaco además el ejemplo caritativo de María y afirmo “no podemos decir que tenemos fe, si no extendemos la mano para hacer algo por los demás.»
Les compartimos el texto completo de la Homilía:
“Doy la bienvenida a los seminaristas que nos hoy acompañan en esta hermosa fiesta litúrgica, les deseo que crezcamos mas en el amor a maría y también como un testimonio que nuestra presencia, sin duda testifica que queremos ser como María, que el seminario sea un tiempo como aquella casa de Nazaret donde se saborea la presencia de Jesús para poder compartir con los demás lo que María tiene para darnos. María estaba llena de Dios por eso canta, como hemos escuchado en el evangelio, el seminarista tiene que estar lleno de Dios para que sea creíble su ministerio.
Saludo al padre Miguel, padre guardián de los hermanos franciscanos que hoy nos acompaña en esta fiesta, junto con la cofradía de nuestra señora del Pueblito con el gran compromiso de crecer cada vez más en la advocación para que crecer en el amor a la Santísima Virgen María de tal manera que nuestra devoción sea una devoción profunda, una devoción que fortalezca nuestra fe, una fe que se va fortaleciendo con la formación y con la evangelización por eso tenemos cofradías evangelizadas, cofradías que sean misioneras, cofradías que con la ayuda de los sacerdotes, en este caso de los hermanos franciscanos vayan fortaleciendo, si esta fe en María pero también, ese deseo de ser como María, de ser misioneros como María, que estuvo junto a Jesús en aquella casa de Nazaret
Saludo a todos Ustedes hermanos y hermanas que hoy nos alegramos, por esta celebración, una celebración donde hemos iniciado con la antífona de entrada que dice: Alégrate María porque Cristo el sol de justicia ha vencido las tinieblas del sepulcro e ilumina al mundo entero Aleluya, esto quiere ser para nosotros el saludo mediante el cual hoy saludamos a María y nos unimos a su gozo por la resurrección, de manera que unidos toda la iglesia, cantemos jubilosos cristo resucitó, y así como ella con su alegría, llenemos al mundo de aquel mensaje de la resurrección. Y aquí María aparece como modelo: hemos escuchado como María canta su fe porque está lleno su corazón de Dios, ora su fe porque Dios está en ella, no solamente en su seno sino en su corazón y en su mente, pero María no solamente ora, como seguramente todos oramos, sino María aterriza y pone en práctica su fe y se queda tres meses con su prima Isabel para atenderla en una actitud caritativa donde la fe se hace patente, no podemos decir que tenemos fe, si no extendemos la mano para hacer algo por los demás, tres meses sirviendo
Hoy, celebrarla un día en esta santo tiempo de pascua, quiero reconocerla a ella como la nueva Eva ha sido la primera en alegrarse en ver cumplidas las esperanzas de la humanidad que anhelaba la recreación y la regeneración, María conoce como madre el misterio que encierra la pasión de su hijo, y su resurrección, por eso ella participa como nadie del gozo de la resurrección, de la alegría de triunfo de su hijo.
Los evangelios curiosamente no narran la relación de Cristo resucitado con su madre, sin embargo podemos pensar que es algo que pertenece a la intimidad del hijo con la Madre, si el resucitado se aparece a la gente y a los apóstoles, es lógico que la primera persona en ver a cristo resucitado sea su Madre, y esta es la alegría que también hoy quiere compartirnos, para que se nos note la alegría de la resurrección, es decir de una nueva vida, de unos hijos nuevos, de una vida nueva, donde Dios lo quiere transformar todo, como decía la primera lectura pero a través de nosotros.
Un autor del siglo quinto sostiene que Cristo se manifestó en el esplendor de la vida resucitada ante todo a su Madre, ella en la anunciación, fue el camino de su ingreso en el mundo, estaba llamada para recibir la gloriosa noticia de la resurrección para anunciar la gloriosa venida, María fue la incursión de dios, a través de ella vino Jesús al mundo desde el momento de la anunciación. Ojala eso se pueda decir de nosotros, pastores, laicos, bautizados, que nosotros somos el camino para que Jesús llegue a muchos lugares siendo misioneros, solamente así.
Así contando con la gloria del resucitado María participa o anticipa el esplendor de la iglesia, por eso por ser ella imagen e icono de la iglesia que espera al resucitado y que en el grupo de los discípulos se encuentra en ella las apariciones pascuales, parece razonable que María mantuvo un contacto personal con cristo resucitado, para gozar también ella de la plenitud de la alegría pascual. Si nuestro corazón esta alegre, es porque tenemos ese contacto personal con Jesús, si nuestra vida es de tristezas, de amarguras, de vacíos, es que no hay ese contacto con Jesús, ese es el ingrediente que necesitamos para vivir en nuestro rostro y en nuestro corazón la alegría de Dios. Cualquier depresión y cualquier actitud que tengamos revisémosla por la luz de nuestra fe si tenemos o no a Dios en nuestro corazón, él es el mejor cirujano. Y en ese sentido cuando nosotros le cantamos: alégrate María ella nos indica que la resurrección es el triunfo del amor misericordioso, es el triunfo sobre el pecado que nos devuelve la vida sobrenatural, que es el triunfo sobre cada uno de nosotros que pasamos de la muerte a la vida.
Hermanos Cristo ya triunfó, no podemos permanecer en el pecado, cristo ha triunfado sobre el maligno, no puede triunfar el maligno en nosotros, cuando estamos en un sistemática aceptación del pecado, hacemos que triunfe el mal en nosotros, por eso la lucha que este siempre presente en nuestro interior, en nuestro corazón, para que el triunfo de Jesús se manifieste.
Y este santo tiempo pascual es una oportunidad para ello, y durante este tiempo este canto se debe entonar mediante el Regina coeli y se hace en una sola voz con varios grupos al día. Acostumbrémonos a rezar el ángelus y en este tiempo de pascua el Regina coeli, acostúmbrense los seminaristas a hacerlo porque esto a lo largo de toda su vida sacerdotal o de su vida cristiana será un punto de referencia que aligerará su jornales, será el retorno de la vida que fortalecerá su fe y que los consolara en sus dificultades.
Queridos hermanos y hermanas el cielo es nuestra morada definitiva para allá vamos, dese allí María nos ve y nos anima a aceptar el amor de dios a no dejarnos seducir por la sugestiones baratas de todo lo que es efímero y pasajero, a no ceder ante a las tentaciones del egoísmo y del mal que apartan del corazón la alegría y lo mata, solamente la resurrección puede permitirle a nuestra historia no perder nunca la alegría y la esperanza, nunca busques los sueños efímeros nunca las consolaciones del mundo pueden suplir la consolación de en la presencia del espíritu de Dios en nuestro corazón.
Hermanos hoy nos alegramos porque tenemos a una intercesora, porque recordamos como el pueblo queretano ha sido acompañado a través de los siglos y de los siglos por María, y la historia de este pueblo no enseña, que aunque la Santísima Virgen Nuestra Señora del Pueblito se ha hecho presente en su costumbres y tradiciones, ahí reina la alegría y el júbilo que siga siendo una alegría profunda, una alegría que se contagia, que María siga siendo un signo de comunión en este pueblo, que María siga siendo para nosotros, un estímulo para seguir adelante, donde esta María ahí tiene que reinar la paz y la esperanza, ahí reinan la esperanza de la resurrección, amar a la virgen es tener el alma llena de júbilo, de ilusiones, de alegría, una madre llena casi siempre de ese optimismo que necesita este mundo, más aun, esa esperanza que necesita nuestro mundo, tan lleno de venganza y deseos mundanos, amar y hacer amar a la virgen alegra forzosamente la vida, dejémonos amar por María, si digamos que amamos a María pero dejémonos amar por María, y dejarnos amar por María significa escuchar su voz cuando nos dice: hagan lo que mi hijo Jesús les dice, hagan su voluntad, eso es dejarse amar por María
En medio de nuestras angustias, ahí está María, en medio de nuestras preocupaciones, tengamos la seguridad de ahí está María, por eso la intención de María es acercarnos en la fe de dios en este momento seguramente traemos cosas, muchos pendientes ¿los hemos puesto en las manos de dios desde que nos levantamos? ¿Le hemos dicho a dios: están mejor en tus manos que en la mías? Y eso seguramente va a provocar que quitemos ese rostro de amargura y ese peso interior que no nos deja comunicarnos con Dios porque tenemos que preocuparnos por mil cosas.
Queridos seminaristas en esta perspectiva podemos entonces entender que el mayor signo de nuestra vocación será la alegría. Pues María nos enseña que con cumplir la voluntad de Dios y a decirle si, por esta razón sale de su corazón este canto de alegría que hoy hemos proclamado en el evangelio, que este sea el termómetro para discernir la llamada vocacional: ¿estoy atento a mi respuesta? ¿Vivo la alegría de conságrame a Dios? o es una profesión que ya decidí y ahora me aguanto, no, al darle una respuesta a Dios tiene que ser con la alegría de servir a los demás, con la alegría de decirle a Dios si, con la alegría de saber que estoy en sus manos, porque un seminarista triste pone en duda su respuesta a aquel que le llamó.
Hermanos y hermanos: que cada uno de nosotros sigamos el ejemplo de María, que alegre canta, canta su fe, que alegre dice a los demás: se alegra mi espíritu en dios mi salvador, es decir el fruto de la alegría es ese canto, pero la causa de la alegría es el encuentro con Jesús, con Jesús su Señor su Salvador. Que cada uno de nosotros laicos, sacerdotes, seminaristas, consagrados y consagradas, sepamos siempre hacer nuestra sus palabras: se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador. Que así sea”.
Al término de la celebración Mons., Faustino, hizo la entronización de la Imagen de La Virgen del Pueblito, en la Santa Iglesia Catedral. Con esta celebración terminó la Solemnidad Litúrgica y el domingo 30 de abril de 2017, a las 5 de la mañana será trasladada la imagen a su Santuario, ubicado en el Pueblito, perteneciente al Municipio de Corregidora, Qro.