Este jueves 30 de mayo, hemos celebrado la Solemnidad de Corpus Christi, iniciando con la santa Misa celebrada por el Excmo. Sr. Obispo D. Faustino Armendáriz Jiménez en la Parroquia de Nuestra Señora del Rosario del Rayo.
Con gozo, Mons. Armendáriz inició su homilía, diciendo: «Al celebrar esta tarde la solemnidad del Cuerpo y la Sangre de Nuestra Señor Jesucristo, nos unimos a la fe de la Iglesia universal, quien reunida en oración, alabanza y contemplación, celebra el memorial de la vida del Señor Resucitado. Esta celebración eclesial, vivida con tanta fe y devoción en las entrañas de nuestras comunidades eclesiales a lo largo de muchos años, cobra una importancia peculiar en este año al celebrarse en el año de la fe, pues a lo largo de los siglos desde su nacimiento, los cristianos reconocemos en la Eucaristía el “Mysterium Fidei”, es decir, el Sacramento central de nuestra fe. Estamos convencidos que la fe de la Iglesia es esencialmente una fe eucarística y se alimenta de modo particular en la mesa de la Eucaristía».
En otro momento de la homilía, invitó a los devotos de la Eucaristía al compromiso: «Quienes participamos en la Eucaristía hemos de comprometernos en construir la paz en nuestro mundo marcado por tantas violencias y guerras, y de modo particular hoy, por el terrorismo, la corrupción económica y la explotación sexual. Todos estos problemas, que a su vez engendran otros fenómenos degradantes, son los que despiertan viva preocupación. Sabemos que estas situaciones no se pueden afrontar de una manera superficial. Precisamente, gracias al Misterio que celebramos, deben denunciarse las circunstancias que van contra la dignidad del hombre, por el cual Cristo ha derramado su sangre, afirmando así el alto valor de cada persona, de su dignidad y su condición de creatura de Dios».
Al concluir la Misa, con el objetivo de «profesar públicamente nuestra fe, dándole culto eucarístico a Jesús Sacramentado, presente en la Eucaristía en esta fiesta universal del Corpus Christi, para encontrar el entusiasmo de comunicar la fe misionando», inició la procesión, hasta llegar al primer altar, ubicado en el jardín de la Col. Cimatario, donde el Pbro. Mauricio Ruiz Reséndiz reflexionó sobre «La Eucaristía y su proyección social», a continuación el Padre Carmelita Agustín Mendoza Negrete, dio la bendición.
El segundo altar se ubicó en el patio del Colegio Salesiano, donde el Pbro. Jaime Gutiérrez Jiménez y una familia de la parroquia de la Divina Providencia de Ezequiel Montes, dieron un testimonio sobre «La Eucaristía y vida familiar». Allí el Padre Franciscano Fray Hugo Córdova Padilla, dio la bendición a los fieles participantes en la procesión.
En el templo del Espíritu Santo estuvo ubicado el tercer altar, donde el Pbro. Javier Coellar Ríos reflexionó sobre «Eucaristía y vida por nacer», el Pbro. Martín Lara Becerril, Vicario General de la Diócesis, dio la bendición.
En la Santa Iglesia Catedral, el P. Guillermo Muzquiz Narváez compartió con los fieles devotos de la Eucaristía el tema: «Redescubrir la alegría de crecer en María, mujer eucarística, modelo del discípulo misionero», impartió la bendición el Pbro. Martín Lara Becerril.
Cerca de las 9:00 p.m. llegó la procesión al Templo Expiatorio de Carmelitas, donde Mons. Faustino Armendáriz Jiménez dio la bendición con el Santísimo Sacramento.