La Comisión Diocesana para la Pastoral Litúrgica está compuesta por 6 dimensiones, que juntas forman dos espacios: ‘LA PASTORAL LITÚRGICA’ y ‘LA PIEDAD POPULAR’. DIMENSIONES de la Pastoral Litúrgica: 1ª) Liturgia, 2ª) Música Litúrgica, 3ª) Cuidado de los Bienes Culturales y Arte Litúrgico; y DIMENSIONES de la Piedad Popular: 4ª) Piedad Popular, 5ª) Santuarios y 6ª) Congresos Eucarísticos.
1. LA FUNCIÓN DE SANTIFICAR
“La Iglesia cumple la función de santificar de modo peculiar a través de la Sagrada Liturgia, que con razón se considera como el ejercicio de la función sacerdotal de Cristo, en la cual se significa la santificación de los hombres por signos sensibles y se realizan según la manera propia de cada uno de ellos, al par que se ejerce el culto público e íntegro a Dios por parte del Cuerpo Místico de Jesucristo, es decir, la Cabeza y los miembros” (Código de Derecho Canónico = CIC 834).
“También por otros medios realiza la Iglesia la función de santificar, a saber: con oraciones, por las que ruega a Dios que los fieles se santifiquen en la verdad, y con obras de penitencia y de caridad que contribuyen en gran medida a que el Reino de Cristo se enraíce y fortalezca en las almas, y cooperan también a la salvación del mundo” (CIC 839).
2. LA LITURGIA
“La participación en la vida litúrgica no agota toda la vida espiritual. En efecto, la Liturgia y la Piedad personal se sostienen y completan recíprocamente. La íntima familiaridad de la oración con Cristo conduce a una más plena, consciente y piadosa participación en la Liturgia; y, a su vez, encuentra en la vida litúrgica su modelo y alimento” (Instr. ‘In Ecclesiasticam futurorum’ 10, 1).
El ministerio del culto es un servicio eclesial. La plena realización objetiva del Sacerdocio de Cristo se halla en la Liturgia, pero ésta se prepara y prolonga por otras acciones también santificadoras.
No se realiza a título personal o por iniciativa privada, sino en nombre de Cristo y de la Iglesia. Por tanto, no se deja al arbitrio y la espontaneidad, ni se puede privatizar según las necesidades y gustos de nadie, ni se puede encerrar en un fixismo muerto. Ofrecemos el Sacrificio de Cristo confiado a la Iglesia. “El Sacerdote que celebra fielmente la Misa según las normas litúrgicas y la comunidad que se adecúa a ellas, demuestran de manera silenciosa pero elocuente su amor por la Iglesia” (Ecclesia de Eucharistia 52).
El canto y música litúrgicos. “La acción litúrgica adquiere una forma más noble cuando se realiza con CANTOS, cada uno de los ministros desempeña su función propia, y el pueblo participa en ella. De esta manera, la oración adopta una expresión más penetrante; el misterio de la Sagrada Liturgia y su carácter jerárquico y comunitario se manifiesta más claramente; mediante la unión de voces se llega a una más profunda unión de corazones; desde la belleza de lo sagrado, el espíritu se eleva más fácilmente a lo invisible; en fin, toda la celebración prefigura con más claridad la Liturgia de la Nueva Jerusalén” (Musicam Sacram 5).
Objetos y lugares sagrados. “La Iglesia procuró con especial interés que los objetos sagrados sirvieran al esplendor del culto con dignidad y belleza, aceptando los cambios de materia, forma y ornato que el progreso de la técnica introdujo con el correr del tiempo” (SC 122). “Al edificar los lugares sagrados, procúrese con diligencia que sean aptos para la celebración de las acciones litúrgicas y para conseguir la participación activa de los fieles” (SC 124).
“Al dar una formación a los artistas y al elegir las obras destinadas a las iglesias, búsquese un auténtico valor artístico que sirva de sustento a la fe y a la piedad, y responda auténticamente al significado y fines para los que se destinan… Los rectores de las Iglesias… hagan un inventario de los edificios sagrados y de los objetos de valor artístico o histórico, donde se describan uno por uno y se indique claramente su valor” (Carta de la Congregación para el Clero sobre la conservación del patrimonio histórico-artístico de la Iglesia, n. 1-3).
3. LA PIEDAD POPULAR
“En la Piedad Popular se contiene y expresa un intenso sentido de la trascendencia, una capacidad espontánea de apoyarse en Dios y una verdadera experiencia de amor teologal. Es también una expresión de sabiduría sobrenatural, porque la sabiduría del amor no depende directamente de la ilustración de la mente sino de la acción interna de la gracia. Por eso la llamamos espiritualidad popular…. Es una espiritualidad encarnada en la cultura de los sencillos,…” (DA 263).
“En los Santuarios se debe proporcionar abundantemente a los fieles los medios de la vida litúrgica, principalmente mediante la celebración de la Eucaristía y de la Penitencia, y practicando también otras formas aprobadas de Piedad Popular” (Ritual de Dedicación de Iglesias, 123).
“Conviene que los Congresos Eucarísticos sean verdadero signo de fe y caridad por la plena participación de la Iglesia local y por la significativa aportación de otras Iglesias” (Eucharisticum Mysterium = EM 109).
Pbro. José Guadalupe Martínez Osornio Presidente de la Comisión Diocesana para la Pastoral Litúrgica