SANTO DEL DÍA: SANTA MARGARITA BOURGEOYS, LA PRIMERA SANTA CANADIENSE.

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𝗛𝗼𝘆 𝗲𝘀 𝗹𝗮 𝗳𝗶𝗲𝘀𝘁𝗮 𝗱𝗲 𝗦𝗮𝗻𝘁𝗮 𝗠𝗮𝗿𝗴𝗮𝗿𝗶𝘁𝗮 𝗕𝗼𝘂𝗿𝗴𝗲𝗼𝘆𝘀, 𝗹𝗮 𝗽𝗿𝗶𝗺𝗲𝗿𝗮 𝘀𝗮𝗻𝘁𝗮 𝗰𝗮𝗻𝗮𝗱𝗶𝗲𝗻𝘀𝗲.


Santa Margarita Bourgeoys fue una religiosa francesa que trabajó como misionera en Norteamérica. Fue la fundadora de la Congregación de las Hermanas de Nuestra Señora de Montréal, que prestó gran ayuda a colonos europeos que llegaban a Canadá en medio de las más difíciles circunstancias. Santa Margarita trabajó incansablemente para fortalecer la formación cristiana de los católicos que arribaban a las nuevas tierras, y se convirtió, junto a sus hermanas religiosas, en soporte de miles de seres humanos que padecieron hambre y enfermedades.
Margarita Bourgeoys nació en Francia en 1620. A los 20 años tendría un encuentro con Dios que la marcaría para siempre, a partir del cual dedicaría su vida totalmente a los más necesitados. En aquella oportunidad, Margarita quedó impactada por la imagen de la Virgen del Rosario, cuando quedó contemplando su dulce rostro durante las celebraciones que se realizaban en honor de la Madre de Dios. Conmovida por la mirada de la Virgen, descubrió que no podía vivir de otra manera que no fuese consagrándose a Dios.
En 1653 llegó a Montreal (Canadá), en ese entonces colonia francesa con el nombre de Ville-Marie, y allí se dedicó, junto a un grupo de mujeres, a la catequesis en las escuelas y a la asistencia pastoral en las parroquias. Esa sería su labor hasta que Dios la llamó a su presencia, en 1700.
En 1668 inauguró la primera escuela de Montreal con una docena de alumnos. Y cuando estuvo de regreso en Francia, entre 1670 y 1672, consiguió la aprobación civil del rey Luis XIV y la venia canónica del Beato Francisco de Laval para fundar la Congregación de Nuestra Señora. Es así que Margarita fundó en 1676 la primera congregación femenina sin clausura de la historia de la Iglesia.
La joven comunidad logró aglutinar a jóvenes francesas y amerindias. La congregación contaba con 18 religiosas de las cuales 7 eran nativas de Canadá. Además, las hermanas abrieron una granja donde no solo produjeron alimentos para capear la hambruna que azotaba la región sino que se convirtió en un centro de instrucción para formar a granjeros en la crianza de animales y cultivo de especias.
Murió el 12 de enero de 1700 en Montreal, Canadá. Fue beatificada por el Papa Pío XII en 1950 y canonizada en 1982 por San Juan Pablo II.