SANTO DEL DÍA: SANTA EULALIA, NIÑA MÁRTIR ESPAÑOLA DE LOS PRIMERO SIGLOS.

𝗛𝗼𝘆 𝘀𝗲 𝗰𝗼𝗻𝗺𝗲𝗺𝗼𝗿𝗮 𝗮 𝗦𝗮𝗻𝘁𝗮 𝗘𝘂𝗹𝗮𝗹𝗶𝗮, 𝗻𝗶𝗻̃𝗮 𝗺𝗮́𝗿𝘁𝗶𝗿 𝗲𝘀𝗽𝗮𝗻̃𝗼𝗹𝗮 𝗱𝗲 𝗹𝗼𝘀 𝗽𝗿𝗶𝗺𝗲𝗿𝗼𝘀 𝘀𝗶𝗴𝗹𝗼𝘀.
Santa Eulalia es una mártir de la Iglesia Católica nacida en Mérida (España) a finales del siglo III, y que murió con tan solo 12 años, por negarse a abandonar su fe.
Un decreto emitido por el emperador Diocleciano prohibía a los católicos dar culto a Jesucristo y les exigía adorar ídolos paganos. Precisamente Eulalia, junto a miles de cristianos, fue víctima de aquel decreto y de la insanía de quienes a través del miedo querían desaparecer a los cristianos. Ellos, lejos de dejarse amedrentar, se mantuvieron en la mayoría de casos fieles al Señor. A muchos, como sabemos, esa fidelidad les costó la vida incluso siendo niños, como es el caso de Eulalia. El Martirologio romano da cuenta de la joven mártir: «el 12 de febrero, se conmemora a Santa Eulalia, mártir de España, muerta por proclamar su fe en Jesucristo».
Los datos acerca de su vida y de su muerte se encuentran en un himno hecho en su honor por el poeta Prudencio, en el siglo IV (cuarto). En este poema se narra cómo Eulalia decidió protestar ante el gobernador Daciano por las leyes que prohibían el cristianismo. Asimismo, se cuentan los terribles métodos de tortura empleados contra ella. Eulalia fue hecha prisionera, encadenada, y torturada con unos garfios que le rasgaron la piel.
La niña, con gran paz y aplomo, no dejó de proclamar a Cristo: «Señor Jesús, he aquí que escriben tu nombre sobre mi cuerpo ¡Cuán agradable es leer estas letras que sellan, oh Cristo, tus victorias! La misma púrpura de mi sangre exprimida habla de tu santo nombre”. Por último, la quemaron con hachas encendidas. La tradición señala que sus verdugos vieron salir por su boca una blanquísima paloma que volaba hacia el cielo.
Santa Eulalia es una de las santas más queridas y famosas de España. Ella representa el coraje y el valor del pueblo español, en especial de los niños. Hoy, además de la devoción con la que se le recuerda en su nación, la memoria pública le ha concedido un lugar especial: la Santa ostenta el título de alcaldesa perpetua de Mérida y es patrona de dicha ciudad.