SANTO DEL DÍA: SAN RAMÓN NONATO, PATRÓN DE LAS EMBARAZADAS Y PARTURIENTAS.

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𝗙𝗶𝗲𝘀𝘁𝗮 𝗱𝗲 𝗦𝗮𝗻 𝗥𝗮𝗺𝗼́𝗻 𝗡𝗼𝗻𝗮𝘁𝗼, 𝗽𝗮𝘁𝗿𝗼́𝗻 𝗱𝗲 𝗹𝗮𝘀 𝗲𝗺𝗯𝗮𝗿𝗮𝘇𝗮𝗱𝗮𝘀 𝘆 𝗽𝗮𝗿𝘁𝘂𝗿𝗶𝗲𝗻𝘁𝗮𝘀.


San Ramón Nonato nació en 1204, en Portell, un pueblo de la antigua Corona de Aragón en España.​ Fue religioso mercedario. El apelativo “Nonato” proviene del latín “nonnatus” (no nacido), que le fue dado por haber sido extraído mediante cesárea del útero de su madre cuando ella ya estaba muerta. En virtud de aquel hecho se le considera patrón de las embarazadas, parturientas, parteras y recién nacidos.

Ramón ingresó a la Orden de la Merced (mercedarios), comunidad fundada por san Pedro Nolasco en 1218 con la misión de rescatar a los cristianos tomados prisioneros por los musulmanes en África del Norte. Se ordenó sacerdote en 1222 y sirvió como superior en varias comunidades de la Orden. Como “rescatador de cautivos” fue enviado al Norte de África. Allí pagó rescate por varios cristianos y cuando se le acabó el dinero -de acuerdo a su cuarto voto- se ofreció en intercambio por un prisionero.

Puesto en cautiverio, se dedicó a la predicación entre los demás prisioneros con el propósito de fortalecer su fe. Su testimonio suscitó muchas conversiones, incluso entre los no cristianos, lo que enfureció a sus carceleros musulmanes quienes lo mandaron torturar en distintas oportunidades. Como castigo se le azotó públicamente, y en otra oportunidad le perforaron los labios con hierro candente y le colgaron un candado en la boca para que deje de hablar. Fueron ocho meses los que san Ramón tuvo que pasar en esta situación, hasta que san Pedro Nolasco pudo enviar a otros miembros de la orden a rescatarlo.

San Ramón, de regreso a España, fue nombrado cardenal por el papa Gregorio IX. El santo asumió su cargo con sencillez y continuó con el mismo espíritu evangelizador que siempre había tenido. Aunque era un príncipe de la Iglesia, vestía con sencillez y nunca abandonó su pobre celda del convento de Barcelona. Sirviendo como cardenal, fue convocado a Roma por el papa. Ramón emprendió el viaje pero al llegar a Cardona, a unos diez kilómetros de Barcelona, le sorprendió una violenta fiebre y partió a la Casa del Padre el 31 de agosto de 1240. Tenía tan solo unos 36 años.