#SantodelDia
𝗛𝗼𝘆 𝗲𝘀 𝗳𝗶𝗲𝘀𝘁𝗮 𝗱𝗲 𝗦𝗮𝗻 𝗣𝗮𝗻𝘁𝗮𝗹𝗲𝗼́𝗻, 𝗺𝗲́𝗱𝗶𝗰𝗼 𝗺𝗮́𝗿𝘁𝗶𝗿 𝗰𝘂𝘆𝗮 𝘀𝗮𝗻𝗴𝗿𝗲 𝘀𝗲 𝘃𝘂𝗲𝗹𝘃𝗲 𝗹𝗶́𝗾𝘂𝗶𝗱𝗮.
El 27 de julio es fiesta de San Pantaleón, un médico mártir nacido a fines del siglo III en Nicomedia (en la actual Turquía). Lo que se conoce de él está en un antiguo manuscrito del siglo IV que se encuentra en el Museo Británico.
Era hijo de madre cristiana, pero se dejó llevar por la vida del mundo pagano y rechazó la fe. Pantaleón llegó a ser un prestigioso médico.
Un buen cristiano de nombre Hermolaos lo animó a que conociera “la curación proveniente de lo más alto” y lo llevó a la Iglesia. De esta manera, poco a poco se entregó al servicio de Cristo atendiendo a sus pacientes en Nombre del Señor.
Por aquel entonces se desató la persecución de Diocleciano en Nicomedia, Pantaleón regaló todo lo que tenía a los necesitados y algunos médicos envidiosos lo delataron a las autoridades. Fue arrestado junto a Hermolaos y otros cristianos.
El emperador quería salvarlo en secreto y le dijo que renunciara a su religión, pero Pantaleón se negó y con la ayuda de Dios curó milagrosamente a un paralítico para demostrar la verdad de la fe.
De esta manera, el santo que una vez negó sus creencias, fue condenado a ser decapitado junto a sus compañeros. Partió a la Casa del Padre un 27 de julio a inicios del siglo IV, a la edad de 29 años.
Se dice que trataron de matarlo de seis formas diferentes: con fuego, plomo fundido, ahogándolo, tirándolo a las fieras, torturándolo en una rueda y atravesándole una espada. Pero con la ayuda del Señor resultó ileso. Cuando fue decapitado, el árbol, donde ocurrió el martirio, floreció al instante.
Algunas reliquias de su sangre se conservan en Constantinopla (Turquía), Ravello (Italia) y el Real Monasterio de la Encarnación en Madrid (España) que es custodiado por las religiosas Agustinas Recoletas.
En esta ciudad española, su sangre permanece en estado sólido casi todo el año y se produce el milagro de la licuefacción (se vuelve líquida) cerca de la fiesta litúrgica del Santo. Fecha en la cual, las religiosas abren las puertas al público para que aprecien el hecho.