«El manantial para reconstruir su vida es el ciclo de Eliseo» qué también incluye narraciones relativas a las guerras de Israel contra Damasco y Moab y noticias sobre los contemporáneos reyes de Judas. El ciclo es constituido por cuentos populares parecidos a los «Floretes de S. Francesco», unidos entre ellos de criterios asociativos extranjeros a los contenidos y a la cronología cuál parecidos de palabras, de personajes, de lugares, más interesados a expresar la veneración de los discípulos hacia el maestro padre que no a la historicidad de los hechos.
Eliseo ejerce el ministerio profético en la segunda mitad del siglo X, en el reino del Norte, cerca de Galgala, sin un vínculo estrecho con un santuario, mientras que Joram, Jeu, oacaz y Joas señalan: está en relación con los «hijos» de los profetas”, atados por una vida comunitaria, en gran parte célibes, de bajo nivel económico.
Su actividad se desarrolla en la segunda mitad del siglo a.C. El ciclo narrativo que lo concierne es transmitido por el Biblia en el segundo libro de los Reyes. Inicia su ministerio volviéndose discípulo del profeta Elia, al que pregunta los dos tercios de su espíritu, es decir la parte del hijo mayor.
Elia consiente y le echa encima su manto; Eliseo puede dividir entonces las aguas del río Jordano, gesto simbólico que significa fidelidad al carisma recibido y promesa de salvación anunciadas por su mismo nombre que significa < Dios es mi salvación.>>
Su enseñanza es transmitida por el cuento de una decena de milagros. Lo primero concierne una pobre viuda endeudada cuyo los acreedores amenazan con llevarse a los hijos. El profeta primero exhorta la viuda a preguntar en préstamo muchos macetas, luego multiplica el aceite e invita la mujer a llenarlos todo con el único cántaro que tiene en casa.
El segundo milagro concierne a una adinerada mujer de Sunem, que se muestra generosa hacia el profeta. Es curada por la esterilidad y da a luz a un hijo. El niño, vuelto chico, de repente se enferma y muere. EI profeta lo vuelve a llamar en vida y lo devuelve a la mamá.
El tercer milagro cuenta curación de un famoso general siro llamado Naamán, enfermándose de lepra. Habiendo sentido hablar de las virtudes taumatúrgicas del profeta, él salió de viaje y alcanzó a Eliseo, pero el profeta le mandó a decir de ir a mojarse en el río Jordano. En un primer momento mosqueado, Naamán ejecutó el orden y he aquí que su cuerpo volvió perfectamente curado.
Los milagros de Eliseo revelan la vecindad y la bendición de Dios hacìa todas las personas justas, a cualquier pueblo pertenezcan.