Av. Madero, esq. Melchor Ocampo, Col. Centro, Ciudad Episcopal, Santiago de Querétaro. A 16 de junio de 2019.
El domingo 16 de junio de 2018, a las 9 de la mañana, Mons. Faustino Armendáriz Jiménez, presidió la Sagrada Eucaristía, con motivo de su «8.° Aniversario como Obispo de la Diócesis Querétaro». Dentro de esta Solemne Celebración y en el marco de la fiesta litúrgica de la Santísima Trinidad, Mons. Faustino Armendáriz, impartió el Sacramento de la Confirmación a un grupo de 33 niños y jóvenes de los Institutos Salesiano y J. Guadalupe, así como a 37 niños que recibieron el Sacramento de la Eucaristía por vez primera, quienes previamente preparados con la catequesis correspondiente, fueron presentados por el Señor Cura, Pbro. Francisco Gavidia Arteaga ante el Obispo. Presidieron esta Santa Misa; Mons. Javier Martínez Osornio, Pbro. Francisco F. Gavidia Arteaga (Parroco), M.I Sr. Cango. J. Gpe. Martínez Osornio, y gran parte del Presbiterio Diócesano.
En su Homilia, Mons. Faustino Armendáriz Jiménez dijo:
“Muy queridos niños y jóvenes que hoy después de haberse preparado, viven esta experiencia de los Sacramentos de la Confirmación y de la Eucaristía., un saludo a los hermanos Sacerdotes y a los Grupos Apostólicos que nos acompañan y a cada uno de Ustedes en esta Misa dominical, en nuestra Santa Iglesia Catedral.”
“Con alegría y con fe esta mañana celebramos esta Santa Eucaristía, en la cual conmemoramos la fiesta de la Santísima Trinidad. En esta fiesta, el evangelio de San Juan nos presenta un pasaje largo de un discurso pronunciado por Jesús poco antes de su pasión, él explica a sus discípulos las verdades más profundas relacionadas con él, así se expresa la relación entre Jesús, el Padre y el Espíritu., Jesús sabe que está cerca la realización del designio del Padre, que culminará con su muerte y resurrección, por eso quiere asegurar a los suyos que no los abandonará, porque su misión será prolongada por el Espíritu Santo. Por eso debemos pedir siempre el Espíritu Santo, porque prolonga siempre la misión de Jesús, es decir el Espíritu Santo, guía y guiará siempre a la Iglesia. Lo que hace Jesús es revelar en que consiste esta misión, el Espíritu nos conduce a entender muchas cosas, nos los dice hoy en el Evangelio, no se trata de doctrinas especiales, nuevas, sino de una comprensión más profunda de lo que el Hijo de Dios oyó del Padre y que da a conocer a sus discípulos. Por eso el Espíritu nos guía por nuevas situaciones, él nos ayuda a caminar en la historia, firmemente radicados en el Evangelio, el Papa en el documento después del Sínodo de los jóvenes nos dice: “Pidamos al Señor que libere la Iglesia de los que quieren avejentárla, esclerotizarla en el pasado, detenerla, volverla inmóvil. También pidamos que la libere de otra tentación, creer que es joven porque cede a todo lo que el mundo le ofrece, creer que se renueva, porque esconde su mensaje y se mimetiza con los demás” -hasta aquí el Papa-.”
“Continuando con la reflexión el misterio de la Trinidad, nos habla también de nosotros, de nuestra relación con el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, a quien invocamos seguramente cada mañana al iniciar nuestra jornada. Desde nuestro bautismo se invocó el Espíritu Santo sobre nosotros, porque mediante él nos ha insertado en el corazón de la vida misma de Dios, nos ha hecho hijos de Dios. Dios es una familia de tres personas que se aman, tanto que se forman una sola cosa, Dios vive en familia, es una familia divina, no está encerrada en sí misma, sino que está abierta, abierta a todos, la comunión de los fieles y de las iglesias siempre en el pueblo de Dios se sustentará en esta comunión de la santísima trinidad, es decir el ejemplo de comunión es; Dios Padre, Dios Hijo, Dios Espíritu Santo. La vocación de cada uno de nosotros, la vocación al discipulado misionero, esa es convocación a la comunión en su iglesia, no hay discipulado sin comunión. Hoy la tentación en la cultura actual es ser cristianos sin iglesia, en las nuevas búsquedas espirituales individualistas. Afirmamos ante ello que la fe en Jesucristo nos llegó a través de la comunidad eclesial, y ella nos da una familia, la familia universal. Nuestro ser creado a imagen y semejanza de Dios comunión, nos llama a comprendernos a nosotros mismo como seres en relación y a vivir nuestras relaciones interpersonales en la solidaridad y en el amor.”
“Hermanos esta fiesta de la Santísima Trinidad, nos invita a comprometernos en los acontecimientos cotidianos para ser fermentos de comunión, en la misión nos sostiene la fuerza que el Espíritu Santo nos da, es decir nada podemos hacer sin el Espíritu Santo, ojalá lo sigamos invocando cada día, al levantarnos, darle gracias, al descansar, y siempre tener la certeza de que Dios camina con nosotros. Hoy esto jóvenes que van a ser Confirmados, se invoca sobre ellos la fuerza del Espirito Santo, ¿Quién la da? El Padre y el Hijo, porque así lo quisieron ellos, el Padre está en el cielo, el hijo ha ascendido a los cielos, pero ellos quieren quedarse en ese amor, luz y fuerza del Espíritu Santo que quiere vivir en nosotros, por eso San Pablo entendió muy bien esto y dijo que; “cada uno de nosotros somos santuarios vivos del Espíritu Santo”, es decir, si tu vives una vida digna de hijo de Dios, ahí está el Espíritu Santo, no corramos al Espíritu Santo de nuestro corazón, de nuestra casa, de nuestra familia, más bien los invito a invocarlo a que siempre este presente.”
Alentó a los niños y jóvenes que van a recibir los Sacramentos, diciéndoles: “Que hermoso día, que hermosa fiesta y que hermosa coincidencia de celebrar la Santísima Trinidad y celebrar con Ustedes el Sacramento de la Confirmación, y el Sacramento de la Eucaristía, que Dios los ayude y que este compromiso no lo olviden nunca. Que la Santísima Virgen María en su humildad que acogió a la voluntad del Padre y concibió al Hijo por obra del Espíritu Santo, que ella espejo de la trinidad nos ayude a reforzar nuestra fe y encarnarla con actitudes de fe y humildad, en la familia, en la comunidad y en cualquier lugar en el que estén.”
Agradeció por este 8.° Aniversario como Obispo de esta Diócesis de Querétaro y al respecto dirigió estas palabras: “En el nombre de Dios también, hemos iniciado hace 8 años un 16 de junio de 2011 este Ministerio como Obispo de Querétaro, por eso el día de hoy deseo renovar la consagración de todos, consagro a la Virgen a todos Ustedes, consagro a la Virgen a todos los Sacerdotes que son corresponsables en la misión del Obispo, consagro a la Santísima Virgen mi Ministerio como hace ocho años, iniciando a conocer esta hermosa Diócesis y ya amando a la Patrona Diocesana nuestra Señora de los Dolores de Soriano, le dije esta oración que quiero repetir en cada aniversario y hoy no es la excepción…
«Virgen Santísima, tú has unido fecundamente tus dolores a los de Cristo estuviste de pie junto a su cruz y recibiste luego en tus brazos el cuerpo sin vida de tu hijo, eres mujer valiente y de fe, tu entereza y dignidad te adornaron en esos terribles momentos, eres también solidaria con nuestros dolores, estas cerca de los enfermos y de los encarcelados, de los migrantes y de los pobres, de las personas solas y discriminadas, de quienes tienen hambre y sed de todo los que comparten los sufrimientos de tu hijo.
Virgen de los Dolores de Soriano, tienes ahora una hermosa Basílica desde donde prodigas tu valor, tu amor e intercesión a los Queretanos y a quienes acuden a ti. Pero fuiste rescatada de los escombros de Maconí, como símbolo de todos los que necesitan ser rescatados en su dignidad y de su sufrimiento.
Hoy, como hijo tuyo que soy quiero pedirte en este significativo día, por todos los que sufren, por los marginados de nuestra tierra y por todos los que se esfuerzan en alcanzar la paz, te suplico que alcances la paz a nuestra tierra. Me consagro en este día y consagro este pueblo a tu corazón inmaculado y al sagrado corazón de tu Hijo, Sacerdote Eterno.
Consagro de manera especial en este año Jubilar Mariano, la vocación sacerdotal de todos y cada uno de los Sacerdotes y de nuestro Presbiterio, pidiéndole que su maternal intercesión siempre sea su escudo y defensa contra las asechanzas del enemigo, consagro la vocación y la formación de todos y cada uno de los Seminaristas de nuestro Seminario, de tal manera que siempre sientan en tu amor de madre la ternura que modela y forme el corazón sacerdotal, que como fieles discípulos misioneros de tu hijo Jesucristo buen pastor, sepamos ser una iglesia de puertas abiertas y en salida misionera.
Intercede para que respondamos con fidelidad a la enorme vocación, a la que él nos ha llamado, para que juntos pastores y fieles nos entreguemos a la extensión del reino de tu Hijo, que vive y reina por los siglos de los siglos.»
Al término de la Celebración, Mons. Faustino impartió su bendición a todos los asistentes, los cuales agradecidos le cantaron las mañanitas por su octavo aniversario como Obispo de esta Diócesis y compartieron junto a él, el tradicional pastel que le tenían preparado.