Estimados hermanos y hermanas todos en el Señor:
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Hace un año nuestra Iglesia Particular de Querétaro, unida a la Iglesia Universal, presente en muchas partes del mundo, pendiente de la acción del Espíritu Santo sobre el Colegio Cardenalicio, nos alegramos y llenamos de regocijo al ver salir la fumarola blanca, tras la decisión de elegir en el cónclave, al entonces cardenal J. M. Bergoglio, como sucesor del Apóstol Pedro, quien bajo el nombre de Francisco, aceptó pastorear al rebaño de Cristo, presidiendo a las Iglesias en la comunión y en la caridad. La fe, la esperanza y el amor a la Iglesia, nos impulsaron de inmediato a reconocer en su persona, la autoridad y la primacía de la gracia confiada por Cristo, como Sucesor del Apóstol Pedro y por ende, a reconocer que su palabra y su mensaje, estarían orientados para que todos en Cristo seamos uno.
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Después de un año de caminar y de seguir sus pasos, hoy nos alegramos con él y nos unimos a su acción de gracias, pues sin duda, que es la mano misericordiosa de Dios quien le ha guiado y le ha dado la palabra oportuna, para mostrarnos la alegría del evangelio. Agradecemos su palabra sencilla y su gesto amoroso, mostrando siempre el rostro misericordioso del Padre. Nos alienta el saber que con su Carta Encíclica Lumen fidei, sobre la luz de la fe, nos ha recordado que solamente poniendo nuestra fe en Cristo, venido al mundo como luz, podremos vivir y caminar en una cultura cada vez más secularizada (cf. Lumen fidei, 1). Además, estamos muy alegres porque constantemente nos recuerda que como bautizados, tenemos la tarea impostergable, de llevar el Evangelio hasta los últimos rincones de la tierra, especialmente en aquellos lugares – físicos y existenciales- donde no hemos llegado como Iglesia. Su Exhortación Apostólica Evangelii Gaudium, es para nosotros un testimonio claro y preciso, de por dónde hemos de caminar como Iglesia Diocesana en las próximas generaciones.
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Nos sentimos también muy agradecidos con él, pues en la persona del Nuncio Apostólico en México Mons. Christophe Pierre, hemos visto su predilección y afecto, especialmente con su presencia cercana entre nosotros, en la celebración por los 300 años del Nacimiento del Beato Fray Junípero Serra y en la magna Concelebración Eucarística por los 150 años de la Erección Canónica de nuestra amada Diócesis de Querétaro.
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En el próximo mes de mayo los Obispos de México estamos convocados por el Papa Francisco, para realizar la «Visita ad limina apostolorum» que como es costumbre en la Iglesia, se realiza cada cinco años, con el firme propósito de visitar en peregrinación, las tumbas de los apóstoles Pedro y Pablo; además de mostrar y fortalecer los vínculos de comunión con su persona y con su Magisterio, dando relación de la condición de nuestra Iglesia Particular a cada una de las Congregaciones y Dicasterios de la Curia Romana y así, recibir de él, sus exhortaciones y sus consejos para desempeñar con mayor entrega el ministerio pastoral a nosotros confiado. Es por ello que desde ahora, les invito a todos ustedes -sacerdotes y laicos- a unirse en oración por el Santo Padre y por esta Visita ad limina, así, esta peregrinación se verá fortalecida con la gracia renovadora del Espíritu y juntos, podremos asumir las mociones y los ímpetus del Espíritu, para seguir la Misión Permanente, con valentía y con generosidad.
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Invito a todos ustedes a mostrar nuestra gratitud con Dios por regalarnos un Papa que nos ama y que quiere llevarnos a las fuentes de la vida y de la gracia, como a la oveja perdida. De manera especial los invito a unirse en la oración ante el santísimo sacramento, haciendo caso a su constante petición de pedir por él.
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¡Santo Padre, felicidades por su entrega, gracias por su generosidad y ánimo en la misión. Nuestra comunidad diocesana junto con cada una de sus comunidades, sus presbíteros, sus religiosos, sus laicos y todos el pueblo de Dios, le decimos «Tú eres Pedro y sobre esta piedra, Cristo ha querido edificar su Iglesia!
† Faustino Armendáriz Jiménez Obispo de Querétaro