(RV).- “Acogiendo la invitación del Presidente de la República y de los Obispos colombianos, Su Santidad el Papa Francisco efectuará un Viaje Apostólico a Colombia, del 6 al 11 de septiembre de 2017, visitando las ciudades de Bogotá, Villavicencio, Medellín y Cartagena”, lo dio a conocer en un comunicado la Oficina de Prensa de la Santa Sede. El programa del viaje será publicado próximamente.
Contemporáneamente, al anuncio de la Visita Apostólica del Papa Francisco a Colombia, se ha realizado en Bogotá una rueda de prensa para la presentación del Viaje pontificio, en la que participaron el Nuncio Apostólico en ese país, Mons. Ettore Balestero, el Presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, el Presidente de la Conferencia Episcopal Colombiana, Mons. Luis Augusto Castro Quiroga y el Arzobispo de Bogotá, el Cardenal Rubén Salazar. Durante la rueda de prensa fue presentado el logo y el lema que acompañarán la Visita del Pontífice: “Demos el primer paso”. En el comunicado, se subraya que esta Visita es una invitación a todos los colombianos a dar el primer paso para construir la paz con la ayuda del Papa Francisco “misionero de reconciliación”.
(Renato Martinez – Radio Vaticano)
“Demos el primer paso”. Visita Apostólica del Papa Francisco a Colombia 2017.
Racional del concepto
Colombia ha vivido el conflicto armado más largo de América Latina. Los más de 50 años de violencia, han dejado una herida muy profunda en el corazón de una sociedad que anhela reconstruirse sanando las heridas que la volvieron ajena al dolor, indiferente ante la violencia y distante ante las lágrimas. Los colombianos aprendimos a convivir con la violencia. Durante mucho tiempo la aceptamos y la justificamos. El dolor se hizo parte de nuestra historia y permitió que esta permeara el corazón de millones de ciudadanos. Esta, es una historia de violencia que deja una lesión profunda y que hizo que muchos perdiéramos los lazos que nos unían como Colombianos. Nos separarnos como nación, nos dedicamos a sentarnos en diferentes orillas, nos olvidamos del dialogo y la escucha al prójimo. Nos vestimos de colores, rótulos y marcas que nos hicieron enemigos y sembraron en lo más profundo de nuestro ser el sentimiento de desesperanza alimentado por huellas de dolor y odio. Sentimientos, que nos llevaron a irrespetar la dignidad humana, el valor de la vida y la confianza como Colombianos. Esta guerra nos robó la posibilidad de soñar con un país diferente, un país en Paz.
Sin embargo, nos dimos cuenta que 50 años de guerra no fueron nuestro mayor problema ni lo único que nos define. El problema si fueron los 50 años de razones que borraron de nuestros corazones los valores de la Paz y unión. Optamos en nuestra vida cotidiana por la violencia como una forma de vida; una forma de relacionarnos con nuestras familias, nuestros amigos, nuestros vecinos y nosotros mismos. Le dejamos la tarea de construir un país en Paz a otros y no entendimos que la construcción de la Paz siempre estuvo en nuestras manos. La Paz se construye en los micro espacios, en las mesas a la hora de compartir un alimento, en las esquinas de los barrios, en la manera como dialogamos con nuestro prójimo, como cuidamos de nuestros hijos y como respetamos a nuestros padres. Hoy como lo señala el Santo Padre, “perdimos el encanto de soñar juntos, de caminar juntos, hoy debemos encontrarnos y atrevernos a soñar. Sin importar cuales hayan sido las caídas nunca debemos perder el encanto de soñar con un camino diferente.”
Es por esto, que la visita del Papa Francisco a Colombia es un momento de gracia y alegría para soñar con la posibilidad de transformar nuestro país y dar el primer paso. El Santo Padre, es un misionero para la reconciliación. Su presencia nos ayudará a descubrir que sí es posible volver a unirnos como nación para así aprender a mirarnos de nuevo con ojos de esperanza y misericordia. Nosotros debemos ser los artesanos de nuestra Paz, como Jesús nos enseñó. Por esto, como iglesia, tenemos la responsabilidad de ser misioneros de Paz y encuentro, para enseñarle a un país a descubrirse con acciones de Paz en su corazón. Este sueño requiere del esfuerzo de todos y se construye todos los días. Para esto es necesario que demos un primer paso, que nos permita volver a acercarnos a Jesús, volver a encontrarnos con el amor de nuestras familias, desarmar las palabras con nuestro prójimo y tener compasión con quienes han sufrido.
La venida del Santo Padre a Colombia es una invitación a que como Colombianos nos veamos a nosotros mismos de una manera esperanzadora y que podamos dar un primer paso para: RECONOCER el sufrimiento de otros, PERDONAR a quienes nos han herido, Volvernos a ENCONTRAR como Colombianos, ENTENDER el dolor de los que han sufrido, SANAR nuestro corazón, DESCUBRIR el país que se esconde detrás de las montañas, CONSTRUIR, el país que siempre hemos soñado. Un país en Paz. Es una invitación del Papa Francisco para que como iglesia salgamos a la calle para estar al lado de los Colombianos en la construcción de la Paz. ´Quiero que la iglesia salga a la calle, la paz se construye caminando´.
Un visita que se representa con la imagen del Santo Padre caminando, para construir un símbolo de acción, de dar el paso y comenzar a construir y soñar; porque todo cambio comienza con la conversión del corazón (individuo), todo cambio necesita un momento para volver a encontrarnos (colectivo), es un momento en nuestra historia para descubrirnos como país, elemento que se refleja en la figura precolombina Colombiana. Es por esto que hoy debemos sembrar esperanza en nuestros corazones, bondad en nuestros actos, paz en nuestras palabras y amor en nuestro país. Para que de esta forma la venida del Santo Padre sea un punto de partida para comenzar algo nuevo. “La riqueza parte del corazón de cada uno en las acciones de cada día”. Con mis manos que siembran, con mi corazón que entiende, con mi mente que sueña puedo cosechar un mejor futuro y unirnos a través de una palabra en el espíritu que será aliento de vida, para afrontar los desafíos que nos aquejan en esta nueva etapa en la que nos encontramos.
“La principal amenaza es pensar que la paz se encuentra en las acciones de otros”.
Papa Francisco.