2016-12-15 Radio Vaticana
(RV).- Promover la paz y rechazar la violencia adoptando el diálogo y las negociaciones como método de resolución de conflictos: es éste en síntesis el llamado del Papa Francisco a los Embajadores ante la Santa Sede no residentes, procedentes de Burundi, Fiyi, Mauricio, Moldavia, Suecia y Túnez, a quienes recibió en audiencia en la mañana de este jueves, en la Sala Clementina, en ocasión de la presentación de las cartas credenciales.
El Pontífice expresó el placer de recibir a representantes de regiones del mundo muy distintas y distantes entre ellas porque “el horizonte de la Santa Sede, dijo, es por naturaleza universal a causa de la misión religiosa confiada al Sucesor de Pedro que asume en la historia también la dimensión de las relaciones con los estados”. Y es en este ámbito histórico, que «la Iglesia Católica está llamada a transmitir y dar testimonio de aquellos valores espirituales y morales que están fundados en la naturaleza misma del ser humano y de la sociedad», aseguró el Obispo de Roma, valores que son “comunes a todos los que persiguen la promoción del bien común”.
El Papa se detuvo en uno de estos valores que “ocupa un lugar primordial”: la paz, a la cual – dijo – los Pontífices desde hace cincuenta años dedican la jornada del primero de enero dirigiendo un mensaje a las autoridades civiles y religiosas del mundo. De esta premisa partió el Papa para recordar el tema del mensaje de la próxima Jornada Mundial de la Paz: “La no violencia, estilo de una política para la paz” y sobre el cual centró su reflexión.
Francisco se refirió a un mundo marcado por guerras y conflictos y a una “violencia difundida”, que se manifiesta también en la convivencia ordinaria y reiteró que la elección de la no violencia como ‘estilo de vida’ se vuelve cada vez más “una exigencia de responsabilidad a todos los niveles, desde la educación familiar al compromiso social y civil, hasta la actividad política y las relaciones internacionales”.
“Quienes cubren cargos institucionales a nivel nacional o internacional están llamados asumir en la propia conciencia y en el ejercicio de sus funciones, un estilo de vida no violento – afirmó – que no es sinónimo de debilidad o pasividad sino, al contrario, supone fuerza de ánimo, coraje y capacidad de enfrentar las cuestiones y conflictos con honestidad intelectual, buscando realmente el bien común primero y más que cualquier interés parcial ya sea ideológico, económico o político”. “Éste es el camino para seguir en el presente y en el futuro”, insistió el Pontífice. “Éste es el camino de la paz”.
Francisco evidenció que este camino de la paz no es el camino “proclamado con palabras, pero negado de hecho persiguiendo estrategias de dominio y sostenidas por escandalosos gastos para los armamentos, mientras tantas personas son privadas de lo necesario para vivir”.
“Es mi deseo y el de la Santa Sede, concluyó el Sucesor de Pedro, llevar adelante juntos con los Gobiernos de vuestros países este proceso de promoción de la paz, así como otros valores que contribuyen al desarrollo integral del ser humano y de la sociedad”.
(MCM-RV)