2016-11-28 Radio Vaticana
(RV).- La fe cristiana no es una teoría o una filosofía, es el encuentro con Jesús. Lo subrayó el Papa Francisco en su homilía de la Misa matutina celebrada en la capilla de la Casa de Santa Marta. En el tiempo en que comienza el Adviento el Pontífice afirmó que para encontrar verdaderamente a Jesús debemos ponernos en camino con tres actitudes: vigilantes en la oración, activos en la caridad y exultantes en la alabanza.
Encontrar a Jesús: ésta es “la gracia que queremos en el Adviento”. El Papa Bergoglio centró su homilía en el tema del encuentro con el Señor, observando ante todo que en este período del Año, la Liturgia nos propone numerosos encuentros de Jesús: con su Madre, con San Juan Bautista, con los pastores, con los Magos. Todo esto – reafirmó – nos dice que el Adviento es “un tiempo para caminar y salir al encuentro del Señor, o sea, un tiempo para no estar detenido”.
Oración, caridad y alabanza: así encontraremos al Señor
He aquí que debemos preguntarnos entonces ¿cómo podemos salir al encuentro de Jesús? “¿Cuáles son las actitudes que yo debo tener para encontrar al Señor? ¿Cómo debo preparar mi corazón – se preguntó Francisco – para encontrar al Señor?”:
“En la oración, al inicio de la Misa, la Liturgia nos señala tres actitudes: vigilantes en la oración, activos en la caridad y exultantes en la alabanza. Es decir, debo rezar, con vigilancia; debo ser laborioso en la caridad – la caridad fraterna: no sólo dar una limosna, no; también tolerar a la gente que me da fastidio, tolerar en casa a los niños cuando hacen demasiado ruido, o al marido o a la mujer cuando hay dificultades, o a la suegra… no sé … pero tolerar: tolerar… Siempre la caridad, pero activa. Y también la alegría de alabar al Señor: ‘Exultantes en la alegría’. Así debemos vivir este camino, esta voluntad de encontrar al Señor. Para encontrarlo bien. No estar detenidos. Y encontraremos al Señor”.
Pero allí – añadió el Papa – “habrá una sorpresa, porque Él es el Señor de las sorpresas”. Tampoco el Señor – dijo – “está detenido”. Yo – afirmó Francisco – “estoy en camino para encontrarlo y Él está en camino para encontrarme, y cuando nos encontramos vemos que la gran sorpresa es que Él me está buscando, antes de que yo comience a buscarlo”.
El Señor siempre nos precede en el encuentro
Y agregó que ésta es “la gran sorpresa del encuentro con el Señor. Él nos ha buscado antes. Siempre Él primero. Él hace su camino para encontrarnos”. Es lo que le sucedió al Centurión:
“Siempre el Señor va más allá, va primero. Nosotros hacemos un paso y Él hace diez. Siempre. La abundancia de su gracia, de su amor, de su ternura que no se cansa de buscarnos. Incluso, a veces, con cosas pequeñas: nosotros pensamos que encontrar al Señor es una cosa magnífica, como aquel hombre de Siria, Naamán, que era leproso: y no es simple… Y también él ha tenido una sorpresa grande por el modo de actuar de Dios. Y el nuestro es el Dios de las sorpresas, el Dios que nos está buscando, nos está esperando, y sólo pide de nosotros el pequeño paso de la buena voluntad”.
Nosotros – continuó diciendo el Papa – debemos tener la “alegría de encontrarlo”. Y después, Él “nos ayuda”. El Señor – reafirmó – “nos acompañará durante nuestra vida”. Tantas veces – fue su reflexión – “nos verá alejarnos de Él, y Él espera como el Padre del Hijo pródigo”.
La fe no es saber todo de la dogmática, sino encontrar a Jesús
Muchas veces – dijo el Santo Padre hacia el final de su homilía – verá que queremos acercarnos y Él sale a nuestro encuentro. Y recordó que siempre le ha llamado la atención lo que el Papa Benedicto había dicho acerca de la fe, que no es una teoría, una filosofía o una idea, sino que es un encuentro. “Un encuentro con Jesús”.
“Los doctores de la Ley sabían todo, todo de la dogmática de aquel tiempo, todo de la moral de aquel tiempo, todo. No tenían fe, porque su corazón se había alejado de Dios. Alejarse o tener la voluntad de salir al encuentro. Y esta es la gracia que nosotros pedimos hoy. ‘Oh Dios, nuestro Padre, suscita en nosotros la voluntad de salir al encuentro de Tu Cristo’, con las buenas obras. Salir al encuentro de Jesús. Y por esto recordamos la gracia que hemos pedido en la oración, con la vigilancia en la oración, la laboriosidad en la caridad y exultantes en la alabanza. Y así encontraremos al Señor y tendremos una bellísima sorpresa”.
(María Fernanda Bernasconi – RV).