Papa: ¡La última palabra la tiene la misericordia!
(RV).- En la tradicional rueda de prensa que tuvo lugar durante el vuelo de regreso del Santo Padre Francisco tras concluir el domingo 2 de octubre el 16º Viaje Apostólico internacional de su Pontificado que lo llevó a Georgia y Azerbaiyán, el Papa Bergoglio respondió a las diversas preguntas que le formularon los periodistas que lo acompañaron. Como es costumbre, el Pontífice comenzó agradeciendo el trabajo realizado con las siguientes palabras:
“Buenas noches. Y muchas gracias por su trabajo y su ayuda. Es verdad, ha sido viaje breve – tres días – pero ustedes han tenido tanto trabajo. Estoy a su disposición, y les agradezco mucho el trabajo. Pregunten lo que quieran”.
Tras el agradecimiento de Greg Burke, Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, la primera pregunta la formuló Ketevan Kardava, de la televisión de Georgia, quien manifestó al Pontífice su agradecimiento por su primer viaje a esta nación, cuyos ciudadanos – le dijo – se conmovieron con su discurso y especialmente al ver la foto con el Patriarca de esta nación que fue compartida miles de veces en las redes sociales, por lo que fue una visita sumamente alentadora para esta pequeña comunidad católica.
Y le preguntó al Santo Padre si tras su encuentro con el Patriarca de Georgia, ha visto el camino para una futura cooperación y un diálogo constructivo entre el Obispo de Roma y las iglesias ortodoxas y católicas. A la vez que destacó – tal como el Papa ha dicho a este pueblo – en cuanto a las diferencias doctrinales, que lo que los une es más que lo que los divide.
“Yo he tenido dos sorpresas en Georgia, una la misma Georgia: yo nunca me había imaginado tanta cultura, tanta fe, tanta cristiandad, un pueblo creyente y de una cultura cristiana muy antigua, un pueblo de muchos mártires. Y he descubierto una cosa que no conocía, lo grande de esta fe de Georgia. La segunda sorpresa fue el Patriarca, es un hombre de Dios, este hombre me ha conmovido, las veces que lo he encontrado, he salido con el corazón conmovido y con la sensación de haber encontrado a un hombre de Dios. Verdaderamente un hombre de Dios.
De las cosas que nos unen y nos separan, yo diría no ponerse a discutir las cosas de doctrina, esto dejarlo a los teólogos, ellos saben hacerlo mejor que nosotros, discuten y son buenos, tienen buena voluntad, los teólogos de una parte y de la otra.
¿Qué debemos hacer nosotros, el pueblo? Rezar los unos por los otros. Esto es muy importante la oración. Y segundo hacer cosas juntas, si hay pobres, trabajamos juntos por los pobres, si hay un problema y podemos hacerlo juntos, lo hacemos juntos, si hay inmigrantes, hacemos cosas buenas por los demás, juntos, esto podemos hacerlo y éste es el camino del ecumenismo, no sólo el camino de la doctrina, esto es el último y se llegará al final, pero comenzamos a caminar juntos, con buena voluntad. Eso se puede hacer, se debe hacer.
Hoy el ecumenismo se debe hacer caminando juntos, rezando unos por otros. Y que los teólogos sigan hablando y estudiando entre ellos. No sé… Pero Georgia es maravillosa, es algo que no me esperaba, una nación cristiana, pero en la médula, ¡eh!”.
La segunda pregunta la formuló el periodista alemán Tassilo Forchheimer, de la radio alemana Ard, quien preguntó al Pontífice si después de haber hablado con las personas capaces de cambiar la historia entre Armenia y Azerbaiyán, ¿qué debería suceder para llegar a una paz permanente que tutele los derechos? Y ¿cuáles son los problemas y qué papel podría tener Su Santidad?
“Dos veces, en dos discursos he hablado de esto, en el último he hablado del papel de las religiones para ayudar en esto. Creo que el único camino es el diálogo, el diálogo sincero sin cosas sobre la mesa, sincero, cara a cara, la negociación sincera. Y si no se puede llegar a esto, se debe tener el coraje de ir a un tribunal internacional, ir a La Haya por ejemplo, y someterse al juicio internacional. No veo otro camino.
Lo otro es la guerra, pero la guerra destruye siempre, ¡con la guerra se pierde todo! Y para los cristianos la oración, orar por la paz, porque estos corazones emprendan estos caminos de diálogo y negociación, o ir a un tribunal internacional. Pero no se puede tener problemas, así: piensen ustedes que los tres países caucásicos tienen problemas. También Georgia tiene un problema con Rusia: no se conoce tanto, pero hay un problema, que puede aumentar… no se sabe. Y Armenia es un país sin fronteras abiertas. Tiene problema con Azerbaiyán. Se debe ir a un tribunal internacional, si no se hace el diálogo y la negociación no hay otra salida. Y la oración, la oración por la paz”.
A continuación, María Elena Ribezzo, de la revista suiza “La Presse”, preguntó al Santo Padre acerca de la guerra mundial en acto contra el matrimonio, tal como el Papa Francisco había afirmado el día anterior, cuando usó palabras muy fuertes en contra del divorcio, como que ensucia la imagen de Dios, mientras que en los meses pasados y durante el Sínodo, se había hablado de una acogida para los divorciados… De ahí que su pregunta haya sido ¿de qué manera se lleva esta acogida?
“Todo lo que he dicho ayer con otras palabras, porque ayer he hablado improvisadamente, está en la (exhortación apostólica) Amoris Laetitia, todo. Cuando se habla del matrimonio como unión del hombre y de la mujer, como lo ha hecho Dios, a imagen de Dios, es hombre y mujer. La imagen de Dios no es el hombre: es el hombre con la mujer. Juntos. Que son una sola carne cuando se unen en matrimonio. Ésta es la verdad.
Es verdad que en esta cultura los conflictos y los tantos problemas no bien gestionados, y también ‘filosofías’ de ‘hoy hago esto, cuando me canso hago otra cosa, después hago una tercera, luego hago una cuarta’, es esta guerra mundial que usted dice contra el matrimonio. Debemos estar atentos a no dejar entrar en nosotros estas ideas.
Pero primero: el matrimonio es imagen de Dios, hombre y mujer en una sola carne. Cuando se destruye esto, se ensucia o se desfigura la imagen de Dios. Después la Amoris Laetitia habla de cómo tratar estos casos, cómo tratar a las familias heridas y ahí entra la misericordia.
Hay una oración muy bella de la Iglesia que la hemos rezado la semana pasada. Decía así: ‘Dios que tan maravillosamente has creado el mundo, y más maravillosamente lo has recreado’ – es decir con la redención y la misericordia –. El matrimonio herido, las parejas heridas: entra la misericordia. El principio es ese, pero las debilidades humanas existen, los pecados existen y siempre la última palabra, no la tiene la debilidad, la última palabra no la tiene el pecado: ¡la última palabra la tiene la misericordia!
A mí me gusta contar – no sé si lo he dicho, ¿eh?, porque lo repito mucho – que en la Iglesia de Santa María Magdalena en Vézelay – ¿lo he dicho o no? – hay un capitel hermoso, del 1200 más o menos.
Los medievales hacían la catequesis con las esculturas de las catedrales. En una parte del capitel está Judas, ahorcado, con la lengua afuera, los ojos afuera, y en la otra parte del capitel está Jesús, el Buen Pastor que lo toma y se lo lleva con él. Y si vemos bien la cara de Jesús, los labios de Jesús por una parte están tristes, pero por otra tienen una pequeña sonrisa de complicidad. ¡Ellos habían entendido qué cosa es la Misericordia! Con Judas ¡eh!
Y por esto en Amoris Laetitia se habla del matrimonio, del fundamento del matrimonio, como es, pero después vienen los problemas: cómo prepararse para el matrimonio, cómo educar a los hijos, y en el capítulo VIII, cuando vienen los problemas, y cómo se resuelven. Se resuelven con cuatro criterios: acoger a las familias heridas, acompañar, discernir cada caso e integrar, rehacer. Esto sería colaborar en esta segunda… en esta re-creación maravillosa que ha hecho el Señor con la Redención. ¿Se entiende, así? Y sí, ¡si tomas una sola, no va!
En Amoris Laetitia – quiero decir – todos van al capítulo octavo. No, no: Se debe leer desde el inicio hasta el final. Y ¿cuál es el centro? Bueno… depende de cada uno. Para mí el centro, el núcleo de la Amoris Laetitia es el capítulo cuarto: sirve para toda la vida. Pero se la debe leer toda, y releer toda y discutirla toda, es todo un conjunto. Pero existe el pecado, existe la ruptura, pero también existe la misericordia, la redención: la cura. ¿Me he explicado bien, sobre esto, no?».
(María Fernanda Bernasconi – RV).
Gregory Burke:
Ahora toca el turno a Joshua McElwee, del periodico estadounidense National Catholic Reporter.
Joshua McElwee:
Gracias, Santo Padre. En el mismo discurso de ayer en Georgia, Usted habló, como en tantos otros países, sobre la ideología de género (gender), diciendo que es el gran enemigo, una amenaza para el matrimonio. Pero quisiera preguntarle: ¿qué le diría a una persona que ha sufrido desde años con su sexualidad y que siente de verdad que hay un problema biológico, que su aspecto físico no corresponde a aquello que él o ella considera la propia identidad biológica sexual? Usted como pastor y ministro ¿cómo acompañaría a estas personas?
Papa Francisco:
“Antes que nada: yo he acompañado en mi vida de sacerdote, de Obispo -incluso como Papa- he acompañado personas con tendencia y con prácticas homosexuales. Las he acompañado y las he acercado al Señor, algunos no pueden… pero las he acompañado y nunca he abandonado a ninguno. Que esto sea hecho. Las personas se deben acompañar como las acompaña Jesús. Cuando una persona que tiene esta condición llega ante Jesús, Jesús seguramente no le dirá: “¡Vete, porque eres homosexual!”: no. Aquello sobre lo que hablé es esa maldad que hoy se hace con el adoctrinamiento de la ideología de género”.
“Me contaba un papá francés que en la mesa estaba hablando con sus hijos –católico, su esposa católica, sus hijos católicos, pero católicos superficiales [all’acqua di rosa en italiano], pero católicos- y le preguntó al hijo de 10 años: “¿Tú qué quieres ser cuando serás grande?”. “¡Una chica!”. Y el papá se dio cuenta de que en los libros de las escuelas se enseñaba la ideología de género, y esto está en contra de las cosas naturales. Una cosa es que una persona tenga esta tendencia, esta opción, o incluso quien cambie de sexo. Y otra cosa es enseñar en las escuelas esta línea, para cambiar la mentalidad. A esto yo le llamo ‘colonización ideológica’”.
“El año pasado recibí una carta de un español que me contaba su historia de niño y de joven. Era una niña, una niña que había sufrido mucho, porque él se sentía chico, pero físicamente era una chica. Se lo contó a su mamá -ya de 22 años- le dijo que quería hacer una operación quirúrgica y todas estas cosas. Y la mamá le pidió que no lo hiciera mientras ella estuviera viva. Era anciana, y murió poco después. Se hizo la operación, es empleado en un ministerio de una ciudad de España”.
“Fue a ver al Obispo: el Obispo lo ha acompañado tanto. Un buen Obispo: “perdía” tiempo – perdía entre comillas – para acompañar a este hombre. Y después se casó; cambió su identidad civil, se casó y me escribió una carta que para él habría sido un consuelo venir con su esposa: él, que era ella, pero es él. Y los recibí. Estaban contentos. En la colonia en donde él vivía había un viejo sacerdote, de ochenta años, el viejo párroco, que había dejado la parroquia y ayudaba a las monjas, allí en la parroquia… Y había uno nuevo. Cuando el nuevo párroco lo veía, le gritaba desde la banqueta: “¡Te vas a ir al infierno!”. Cuando se encontraba con el viejo, le decía: “¿Desde hace cuánto no te confiesas? Ven, ven, vamos que te confieso y podrás tomar la Comunión. ¿Has entendido? La vida es la vida, y hay que tomar las cosas como vienen. El pecado es el pecado. Las tendencias o los desequilibrios hormonales dan muchos problemas y debemos estar muy atentos a no decir: “Todo es lo mismo, hagamos fiesta”. No, esto no”.
“Cada caso hay que acogerlo, acompañarlo, estudiarlo, discernir e integrarlo. Esto es lo que haría Jesús hoy. Por favor, no digan: “¡El Papa santificará a los trans!”. Por favor ¿eh? Porque ya estoy viendo las primeras páginas de los diarios. No, no. ¿Hay alguna duda en lo que he dicho? Quiero ser claro. Es un problema moral. Es un problema. Es un problema humano. Y se debe resolver como se puede, siempre con la misericordia de Dios, con la verdad, como hemos hablando en el caso del matrimonio, leyendo toda la [Exhortación apostólica] Amoris Laetitia, pero siempre así, pero siempre con el corazón abierto. Y no olviden ese capitel de Vézelay: es muy lindo. Muy lindo”.
Gregory Burke:
Gracias Santo Padre. Ahora Gianni Cardinale, del [periódico de la Conferencia Episcopal Italiana] Avvenire.
Gianni Cardinale:
Dos preguntas: una personal y una pública. La personal está -vinculada a mi nombre digamos- ¿cuándo creará a los nuevos cardenales y cuáles criterios usa para este tipo de elección? La segunda, más seria digamos, es pública, como italiano: ¿Cuándo irá a encontrar las poblaciones que sufrieron el terremoto y cuál será la característica de esta visita?
Papa Francisco:
“Para la segunda [pregunta], me han propuesto tres fechas posibles. Dos son números, no recuerdo bien; la tercera, la recuerdo bien, es el primer domingo de Adviento. Yo he dicho que al regreso elegiré la fecha. Hay tres: debo elegir. Y la haré en privado, solo, como sacerdote, como Obispo, como Papa. Pero solo. Así quiero hacerla. Y quisiera estar cercano a la gente. Pero no sé todavía cómo”.
“Sobre los Cardenales: los criterios serán los mismos que los de los dos consistorios anteriores. Los haré un poco por todas partes, porque la Iglesia está en todo el mundo. Sí, todavía estoy estudiando los nombres, pero quizá serán tres de un Continente, dos de uno o uno de otra parte, uno de otra, uno de un país… pero, no se sabe. La lista es larga, pero solo hay trece lugares. Y se debe pensar en hacer un equilibrio. Me gusta que se vea, en el Colegio cardenalicio la universalidad de la Iglesia: no solo el centro -por decir- ‘europeo’. Por todas partes, en los cinco continentes, si es posible”.
Gianni Cardinale:
¿Ya hay una fecha?
Papa Francisco:
“No, porque debo estudiar la lista y establecer la fecha. Puede ser a finales de este año, puede ser al inicio del próximo año. Al final del año… pero está el problema del Año Santo. Pero se puede resolver. O a principios del año que viene. Pero es próximo”.
Gregory Burke:
Gracias Santo Padre. Ahora Aura Miguel de Radio Renascença de Portugal.
Aura Miguel:
Santo Padre, buenas tardes. Mi pregunta es acerca de su agenda de viajes fuera de Italia, en tres partes. Usted ya ha dicho en estos días a los argentinos que su agenda está muy llena y ha hablado de África y de Asia: ¿podemos saber qué países? Y hay también aquí un colega de Colombia que lo espera en Colombia, naturalmente yo en Portugal. ¡Lo esperamos! En Portugal, concretamente ¿Cómo será? ¿12 y 13? ¿Lisboa y Fátima?
Papa Francisco:
“Seguro, hasta ahora, iré a Portugal, e iré solamente a Fátima. Hasta ahora. ¿Por qué? Hay un problema. Este Año Santo se suspendieron las visitas ad limina [de los Obispos]; el próximo año debo hacer las visitas ad limina de este año y del próximo. Y hay poco espacio para viajes. Pero a Portugal iré. India y Bangladesh, casi seguro. África, todavía no es seguro el lugar, todo depende del clima, en cuál mes, porque si es en África del noroeste es una cosa y si es en el sureste otra. Y también depende de la situación política y de las guerras. Pero hay posibilidades pensadas en África”.
“En América, yo dije que cuando el proceso de paz, si sale, yo quisiera ir, cuando todo esté blindado, es decir, cuando todo -si gana el plebiscito-, cuando todo esté seguro, seguro, seguro, que no se puede dar marcha atrás, es decir, que el mundo internacional, todas las naciones internacionales estén de acuerdo que no se apele a esto… no: ha terminado. Si esto es así, podría ir… pero si es inestable… todo depende de lo que dirá el pueblo. El pueblo es soberano. Nosotros estamos acostumbrados a ver más las formas democráticas y la soberanía del pueblo, las dos deben ir juntas. Por ejemplo, se ha vuelto costumbre en algunos continentes donde, al terminar el segundo mandato, el que está en el Gobierno, busca cambiar la constitución para obtener un tercer mandato. Y esto significa sobrevalorar la llamada democracia, contra la soberanía del pueblo, que está en la Constitución ¿no? Todo depende de aquello. Y el proceso de paz se resolverá hoy, por una parte, con la voz del pueblo: es soberano. Aquello que dirá el pueblo, creo que deba hacerse”.
Aura Miguel:
¿Fátima será el 12 y 13?
Papa Francisco:
Hasta ahora, el 13. Pero puede ser, no lo sé…
Gregory Burke:
Gracias Santo Padre. Ahora llega Jean-Marie Guénois del [diario fránces] Le Figaro.
Jean-Marie Guénois:
“Gracias, Santo Padre. Una pregunta sobre sus viajes: ¿por qué en su respuesta no ha hablado de China? ¿Y cuáles son los motivos por los cuales Usted no puede tener como Papa un boleto para Pekín? ¿Motivos al interior de la Iglesia china? ¿Motivos por los problemas entre la Iglesia china y el gobierno chino, o motivos, problemas entre el Vaticano y el gobierno chino?
Y, se me permite, una pregunta reciente, porque hace algunas horas monseñor Lebrun, Arzobispo de Rouen [Francia], anunció que Usted ha autorizado el comenzar el proceso de beatificación de padre Hamel sin tomar en cuenta la regla de la espera de los cinco años. ¿Por qué ha tomado esta decisión? Gracias”.
Papa Francisco:
“Sobre esto último: he hablado con el cardenal Amato [Prefecto de la Congregación para las Causas de los Santos] y haremos estudios y él dará la última noticia. La intención es ir en esta línea, hacer las investigaciones necesarias y ver si existen las razones para hacerlo”.
Jean-Marie Guénois:
[El Arzobispo de Rouen] ha anunciado que estaba abierto el proceso de beatificación.
Papa Francisco:
“No: se deben buscar testimonios, para abrir el proceso; no perder los testimonios: esto es muy importante. Porque los testimonios frescos, aquello que ha visto la gente, después con el tiempo alguno muere, alguno se olvida… esto es. En latín se dice: ne perdeat probationem”.
“China: pero, nosotros somos… ustedes conocen bien la historia de China y de la Iglesia: la Iglesia patriótica, la Iglesia escondida… pero, nosotros estamos en buenas relaciones, se estudia y se habla, hay comisiones de trabajo… yo soy optimista. Pero… ahora, creo que los Museos Vaticanos hicieron una exposición en China, los chinos harán otra en Vaticano… Hay muchos profesores que van a enseñar a las universidades chinas. Muchas monjas y sacerdotes que pueden trabajar bien allá… Pero las relaciones entre el Vaticano y los chinos, se debe fijar en una relación y esto se está hablando, lentamente… Pero, las cosas lentas salen bien, siempre. Las cosas que hacemos con prisas no salen bien. El pueblo chino tiene mi más alto afecto. El otro día, por ejemplo, hubo un congreso de dos días, creo que en la Academia de las Ciencias sobre la Laudato si’, y había una delegación china del presidente. El presidente chino me mandó un regalo… hay buenas relaciones”.
Jean-Marie Guénois:
¿El Papa hará el viaje…?
Papa Francisco:
“Me gustaría ir, pero no creo todavía…”.
(Mercedes De La Torre, RV).
El periodista Vicente Boo del periódico español ABC, preguntó al Santo Padre en representación de los periodistas de lengua española sobre quien era su candidato/s favorito que para el Premio Nobel de la Paz, que será anunciado el próximo 7 de octubre.
Papa Francisco:
Hay mucha gente que vive para hacer la guerra, para vender armas, para matar: Hay tantos. También hay mucha gente que trabaja por la paz, mucha, mucha, mucha. Yo no sabría elegir entre tanta gente que trabaja hoy por la paz: es muy difícil. Usted ha mencionado algunos, hay muchos más. Pero siempre está la inquietud de dar un premio por la paz. Yo deseo también que a nivel internacional, dejando aparte el Premio Nobel de la Paz, que haya un recuerdo, un reconocimiento, una declaración sobre los niños, sobre los discapacitados, sobre los menores de edad, sobre los civiles muertos bajo las bombas. ¡Creo que es una pena! Una pena en contra de Jesucristo porque la carne de aquellos niños, de aquella gente enferma, de aquellos ancianos indefensos es la carne de Cristo. Se necesitaría que la humanidad dijese algo por las víctimas de las guerras. Por aquellos que hacen la paz, Jesús ha dicho que son beatos en las Bienaventuranzas: “los trabajadores de la paz”. Pero las víctimas de las guerras, tenemos que decir algo y tomar consciencia, ¿eh? Que te tiran sobre un hospital de niños una bomba y mueren 30,40… sobre una escuela… y esta es una tragedia de nuestros días.
El periodista John Jeremiah Sullivan, del New York Times Magazine preguntó al Santo Padre sobre las elecciones de EE.UU. “Santo Padre, como Usted sabe, los Estados Unidos se están acercando al final de una larga campaña presidencial, muy fea, que ha recibido mucha atención en el mundo. Muchos católicos americanos y personas de conocimiento tienen la dificulta de la elección entre los dos candidatos, uno de los cuales se aleja en algunos aspectos de las enseñanzas de la Iglesia y el otro ha hecho declaraciones que denigran a los inmigrantes y minorías religiosas. ¿Qué consejo daría a los fieles de América?”:
Papa Francisco:
Usted hace una pregunta donde describe una elección difícil, porque según usted hay dificultad en uno y hay dificultad en el otro. En campaña electoral yo nunca digo una palabra. El pueblo es soberano, y solo diré: estudia bien las propuestas, reza y elige con consciencia. Ahora dejo el problema y voy a una ficción porque no quiero hablar de un problema concreto. Cuando en cualquier país hay dos, tres, cuatro candidatos que no satisfacen a todos, significa que la vida política de aquellos países a lo mejor está muy politizada pero no tiene tanta cultura política. Y uno de los deberes de la Iglesia y de la enseñanza en la dificultad, es la de enseñar a tener una cultura política. Hay países –yo pienso en América Latina- que está muy politizados pero no tienen una cultura política; soy de este partido o del otro o del otro, pero efectivamente, sin un pensamiento claro sobre las bases, sobre las propuestas.
(Mónica Zorita- RV)
La periodista Caroline Pigozzi hace dos preguntas al Papa: la primera, se refiere a la indicación que dio el Papa Wojtyla en su testamento de quemar documentos y cartas que después fueron encontrados en un libro. ¿Quiere decir que la voluntad de un Papa quizás no es respetada?, pregunta la periodista. ¿El testimonio para la historia, según usted, es más importante que el testamento de un Papa?
En la segunda pregunta, la periodista quiere saber cómo hace el Papa para no sufrir de tendinitis, visto que estrecha la mano a miles de personas todas las semanas…
Y el Papa Francisco responde:
Yo todavía no siento tendinitis. Y refiriéndose a la primera pregunta afirma: “Usted habla de una Papa que manda a quemar cartas, pero este es el derecho de todo hombre y toda mujer, tiene el derecho de hacerlo antes de morir.
La periodista Pigozzi responde al Pontífice que “No ha sido respetado con el Papa Wojtyla”, que se encontró “aquel libro”.
Papa Francisco:
Quien no ha respetado aquello será culpable, no lo sé. No conozco bien el caso. Pero toda persona, cuando dice ‘Esto se debe destruir’ es porque se trata de algo concreto. Pero quizás existe una copia en otra parte, y esto él no lo sabía. De todos modos, hacer el testamento como se quiere es un derecho de toda persona.
También el Papa tiene el derecho, pero él no fue respetado, afirma Caroline Pigozzi.
Papa Francisco:
De tanta gente no se ha respetado el testamento.
Pero el Papa es más importante, continúa la periodista.
Y el Papa Francisco concluye: «No. El Papa es un pobre pecador, como otros«.
A continuación habla el Director de la Oficina de Prensa de la Santa Sede, Greg Burke:
Quisiera decir que hoy ha respondido a una pregunta: por qué hace estos viajes a lugares donde hay poquísimos católicos. Y nos gustó esto. Nosotros tampoco pensamos que estamos perdiendo tiempo. Hacemos estos viajes breves pero intensos.
Papa Francisco:
Esta pregunta me la hicieron después del primer viaje, que fue a Albania: ‘¿Por qué usted ha elegido ir a Albania en el primer viaje a Europa, un país que no es de la Unión Europea?’ Después fui a Sarajevo, en Bosnia Herzegovina, que no es de la Unión Europea. El primer país de la Unión Europea al que fui ha sido Grecia, la Isla de Lesbos: el primero. Ha sido el primero.
¿Por qué hacer viajes a estos países? Estos tres son caucásicos, los tres presidentes vinieron al Vaticano a invitarme. Y con insistencia. Y los tres tienen una actitud religiosa diversa: los armenios son orgullosos, y esto sin ofender, orgullosos de su ‘armenidad’. Y tienen una historia, son cristianos, la gran mayoría, pero casi todos cristianos apostólicos, cristianos católicos y un poco menos, cristianos evangélicos: pocos. La Georgia es un país cristiano, totalmente cristiano, pero ortodoxo. Los católicos con pocos, es un grupo, pero son ortodoxos. En cambio Azerbaiyán es un país al 96/98 por ciento musulmán: no sé cuántos habitantes tiene… cerca de diez. Casi diez millones. Los católicos son al máximo 600: pocos. Y yo, ¿por qué voy allí? Por los católicos, para ir a la periferia de una comunidad católica, que es precisamente en la periferia, es pequeñita. Y hoy en misa dije que me hacía recordar a la comunidad periférica de Jerusalén, encerrada en el Cenáculo, esperando al Espíritu Santo, esperando poder crecer, salir. Es pequeña. No es perseguida, no, porque en Azerbaiyán hay un gran respeto religioso, una gran libertad religiosa. Esto es verdad, lo dije hoy en el discurso. Y también estos tres países son periféricos, como Albania, Bosnia Herzegovina. Y yo les dije: la realidad se entiende mejor y se ve mejor desde las periferias que desde el centro. Y por esto elijo ir allí. Pero esto no quita la posibilidad de ir a un gran país como Portugal, Francia, no sé. Veremos.
Mil gracias por su trabajo. Ahora descansen un poco y buena cena. Gracias, y recen por mí.
(María Cecilia Mutual – RV)
(from Vatican Radio)
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