(RV).- En la fiesta de San Francisco de Asís, Patrono de Italia, el Santo Padre visitó a las poblaciones de la localidad de Amatrice y sus alrededores, víctimas del terremoto del pasado 24 de agosto. “Estoy cerca de ustedes y rezo por ustedes”, dijo el Obispo de Roma a las personas que viven allí en medio de tantas dificultades, animándolas a ir adelante.
El Pontífice llegó a la 9.10 en automóvil a la ciudad símbolo del sismo que se cobró tantas vidas en el centro de Italia para realizar una visita lo más reservada posible “para no molestar”, como él mismo dijo. Acompañado por Monseñor Domenico Pompili, Obispo de Rieti, el Papa Bergoglio se dirigió ante todo al local en el que, provisionalmente, se encuentra la escuela gracias al trabajo de la Protección civil de Trentino. En este contendedor pintado de rojo, el Pontífice saludó a los alumnos y maestros. Los niños de primaria lo recibieron con gran alegría, que manifestaron con su canto y los tantos dibujos mediante los cuales recuerdan el drama vivido. Una vez fuera de la escuela, y rodeado por la gente, el Papa les dijo:
“He pensado mucho en los primeros días de estos tantos dolores que mi visita, tal vez, podía ser más un estorbo que una ayuda, que un saludo, y no quería causar molestias… Por esto he dejado pasar un poquito de tiempo, a fin de que se organizaran algunas cosas, como la escuela. Pero desde el primer momento ¡sentí que debía estar entre ustedes! Sencillamente para decirles que estoy cerca, que estoy cerca de ustedes, nada más, y que rezo ¡rezo por todos ustedes! Cercanía y oración, éste es mi ofrecimiento para ustedes. Que el Señor los bendiga a todos, que la Virgen los custodie en este momento de tristeza, de dolor y de prueba”.
Tras la bendición, Francisco rezó el Avemaría con todas las personas presentes, invitándolas a “ir siempre hacia adelante, porque existe un futuro”. “Hay tantos seres queridos que nos han dejado – les dijo el Papa – que han caído aquí, bajo los escombros. Recemos a la Virgen por ellos, lo hacemos todos juntos, Avemaría… Y los animó a mirar siempre hacia adelante. Adelante con coraje, ayudándose mutuamente, porque juntos siempre se camina mejor que solos. “¡Adelante y gracias!”, añadió antes de entregarse a los abrazos y saludos de tantas personas, niños, jóvenes y ancianos.
(María Fernanda Bernasconi – RV).
(from Vatican Radio)