Luis-Fernando Valdés
La película “Spotlight”, ganadora del Óscar a la mejor película, lejos de ser rechazada o minusvalorada, resultó más bien muy elogiada por parte de las autoridades eclesiásticas. ¿Por qué la Iglesia acoge así a una película que denuncia el encubrimiento de clérigos pedófilos?
1. El contenido de la película. Titulada en español como “En primera plana”, el filme que ganó dos premios de la Academia, es una estupenda historia sobre periodismo de investigación. Con gran sobriedad, el filme narra la investigación de un equipo del diario “The Boston Globe” para sacar a la luz pública, tanto los abusos sexuales perpetrados por sacerdotes católicos de Boston como su encubrimiento.
2. La reacción de la Santa Sede. Al día siguiente de la premiación, el diario oficial del Vaticano, publicó una nota muy positiva: “Spotlight, que ha ganado el Óscar, tiene una trama interesante. Y no es una película anti católica (…) porque es capaz de dar voz al desánimo y el dolor profundo de los fieles ante el descubrimiento de estas terribles realidades.” (L’Osservatore Romano, 29 feb. 2016)
[Se pueden leer aquí las declaraciones favorables del actual cardenal de Boston y varios obispos más]
3. Matices importantes a “Spotlight”. Actualmente nadie en la Iglesia le quita méritos a la denuncia realizada por el “The Boston Globe”, ni tampoco a la película. Sin embargo, por honor a la verdad, hay que comentar también lo que la Iglesia ha realizado contra la pederastia desde aquel escándalo en Boston.
Como es lógico, una película no puede contar todos los detalles, pero sí es importante destacar el gran papel de Joseph Ratzinger, como lo hizo el Papa Francisco, en el vuelo de regreso a Roma desde México.
Ahí el Santo Padre rindió un homenaje “al hombre que luchó en momentos que no tenía fuerza para imponerse hasta que logró imponerse: Ratzinger. El Cardenal Ratzinger, sí, un aplauso para él. Es un hombre que tuvo toda la documentación. Siendo Prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, tuvo todo en sus manos. Hizo las investigaciones y llegó, y llegó, y llegó… y no pudo ir más allá en la ejecución.” (Vatican.va, 17 feb. 2016)
Y con sencillez, “L’Osservatore Romano” reconoce que “las dificultades que encontró Ratzinger no hacen más que confirmar la tesis de la película, es decir, que muchas veces la Institución eclesiástica no ha sabido reaccionar con la necesaria determinación ante estos crímenes.” (29 feb. 2016)
4. ¿Qué solución ha ofrecido la Iglesia? Al final de la película se muestra un mapa de las diócesis con situaciones de pederastia y son muchas. Eso pudiera la impresión de que la Iglesia no ha hecho nada para terminar con el problema.
Sin embargo, como se puede ver en el documental “Manzanas podridas”, la Iglesia –con Joseph Ratzinger primero como cardenal y luego como Papa–, ha realizado un largo camino de investigación, juicios y nuevas reglamentaciones para proteger a las víctimas y para condenar a los culpables. Lo más importante es el cambio de enfoque. Antes de esta crisis, el acento se ponía en la imagen de la Iglesia, no en la víctimas. Ahora, las víctimas y sus familias son lo primero.
La Iglesia no podrá superar esta dura crisis, si antes no experimenta la vergüenza que la lleve a la purificación. Junto con las víctimas y sus familia –aunque nunca podremos hacernos cargo de cuánto han sufrido–, también los fieles de la Iglesia católica queremos denuncias, limpieza y purificación, porque deseamos que la Iglesia recupere la credibilidad que le permita anunciar el Evangelio, porque necesitamos que cada parroquia sea el lugar de acogida fraterna más seguro del mundo.