Plaza Presbyterorum Ordinis, Seminario Conciliar de Querétaro, Hércules 216, Hércules Querétaro., Qro., lunes 20 de noviembre de 2017.
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Como se ha estado reflexionando en este día, una de las realidades y exigencias pastorales impostergables en nuestro quehacer pastoral como Iglesia, es la evangelización de los adolescentes y jóvenes. El Papa, el Episcopado Mexicano y nuestra Iglesia diocesana no quiere permanecer indiferente, es por ello que a lo largo de este año y de aquí en adelante, en comunión y cada uno desde su misión y tarea, ante los desafíos se propone responder de manera concreta.
El Papa Francisco por ejemplo ha convocado a la XV Asamblea Ordinaria del Sínodo de los Obispos con el tema: “Los jóvenes, la fe y el discernimiento vocacional”, en octubre de 2018.
Los obispos en abril de 2015, celebramos la XCIX Asamblea Plenaria del Episcopado Mexicano, cuyo tema fue: “Los jóvenes destinarios y protagonistas prioritarios de la nueva evangelización en el contexto post-modernos”. En dicha Asamblea nos comprometimos a elaborar un documento rector que nos diera las pautas y los caminos concretos para dar respuesta a esta realidad. Fruto de ello es el documento “Los jóvenes destinarios y protagonistas prioritarios de la nueva evangelización”.
Nuestra Iglesia diocesana, ha querido asumir un compromiso dando continuidad a nuestro Plan Diocesano de Pastoral en su cuarta etapa, asumiendo como como una prioridad diocesana: “Ante el creciente número de adicciones, vicios y delincuencia juvenil”. Urge una Pastoral Juvenil, sólida, profética y visionaria, que a partir del análisis permanente de la realidad se puedan discernir los desafíos y realizar los itinerarios y propuestas de formación integral, centradas en el encuentro y seguimiento ente de Jesucristo, Camino, Verdad y Vida (cf. PDP, n. 164. N. 7).
Todo esto sin duda es fruto de la providencia y una moción del Espíritu que nos quiere llevar por los caminos aniso de la nueva evangelización.
Deseo retomar con ustedes el tercer apartado del documento citado anteriormente, que los obispos hemos elaborado, pues en su cuarto apartado, titulado: “convertir” nos presenta el actuar de una manera muy concreta. De tal manera que en cada una de las parroquias en esta diócesis podamos estructurar una asimilación específica.
Ante el primer desafío: Realidad(es) Juvenil(es) (cultura postmoderna, “juventudes”).
- En la Provincia Eclesiástica del Bajío estamos impulsando ya el Equipo Provincial de Pastoral Juvenil, de tal manera que en comunión nos ofrezca un análisis constante de la realidad. De hecho el 5 de marzo de 2018 con los obispos de la Provincia Eclesiástica, reflexionaremos: “Acciones concretas en la Provincia Eclesiástica del Bajío en la ruta del Sínodo de los Obispos y prospectivas después del Sínodo. Fenómenos o realidades que afectan a los jóvenes o adolescentes y acciones que fortalezcan la Pastoral de Adolescentes y Jóvenes en estos momentos.
- En la diócesis desde hace algunos años he destinado a un sacerdote de tiempo completo para que atienda la Pastoral Juvenil, en estrecha relación con la Vicaría de Pastoral, de tal manera sea él quien tutele, promueva y vincule las expresiones diocesanas, decanales y parroquiales. Con él colabora un sacerdote en la Pastoral de Adolescentes y jóvenes.
Ante el segundo desafío: Procesos de evangelización.
- Es muy importante que todos crezcamos en la conciencia de la necesidad de procesos evangelizadores concretos. Para ello se requiere que impulsemos una Pastoral juvenil en salida. Siguiendo y dejándonos ayudar por los procesos evangelizadores existentes. Movimiento Familiar Cristiano, Sistema Integral de la Nueva Evangelización, Escuela de San Andrés, Camino Neocatecumenal, Comunidad Quédate Con Nosotros, Movimiento de Juventudes Cristianas, entre otros.
- en este aspecto será muy importante la sinergia pastoral. Sumar en vez de restar.
- Necesitamos definir y aterrizar ya el compromiso de la “Misión Joven” que mediante la misión permanente nos permita: fascinar, escuchar, discernir, convertir, es ahí donde se puede aterrizar este proceso. En las pequeñas comunidades juveniles.
Ante el tercer desafío: formación.
- Sin espacios donde los jóvenes se puedan reunir y encontrar no se facilita la fascinación. Es por ello que necesitamos crear y definir espacios concretos que nos favorezcan. Estamos concretizando algunos centros juveniles en la diócesis. Pero se necesita que las parroquias cuenten también con ellos y los implementen.
- Se necesita aprovechar la etapa de formación posterior a la Primera Comunión. Especialmente, ofreciendo una adecuada y atractiva formación cristiana a los adolescentes y jóvenes, después de la Confirmación o la Primera Comunión.
- Crear e impulsar itinerarios, que incluyan: formación, oración, recreación, misión. Con el ingrediente de la creatividad y audacia evangélica.
- Pensaremos a futuro en la oportunidad de una feria diocesana, decanal o parroquial de movimientos y asociaciones juveniles, para conocer los itinerarios de los grupos existentes.
Ante el cuarto desafío: Organización y estructura en la pastoral juvenil.
- Insistir en los espacios de formación, discernimiento, acompañamiento; muchas veces fuera del ámbito de la parroquia pero siempre con el espíritu cristiano católico.
- Es necesario invertir recursos humanos, materiales y económicos en la Pastoral Juvenil. De tal manera que tengamos una referencia segura.
- Hay que crear, sostener y fortalecer las estructuras ya existentes.
- Cambiar esquemas, lenguajes, horarios, pero no valores ni contenidos ante el uso de las tecnologías y las redes sociales.