(CODIPACSQRO) “Los cristianos no hacemos caridad movidos simplemente por el altruismo, o por los sentimientos, no. Nosotros hacemos caridad, porque, como diría San Juan, ‘Hemos conocido el amor’”, así lo afirmó el padre Vicente Altaba Gargallo, Delegado Episcopal de Cáritas Española, en entrevista para la Comisión Diocesana para la Pastoral de la Comunicación Social de nuestra Diócesis.
En su vista a México para participar en la Escuela de la Caridad que organiza Cáritas Internacional, en la ciudad de México, el padre Vicente también visitó Querétaro para impartir un retiro a los agentes de pastoral social y una conferencia al público en general.
El padre Altaba indicó que para ser servidor de la caridad es necesaria la formación, ya que ejercerla sin formación implica múltiples riesgos, como el reducir esta actividad a dar servicios de asistencia de manera mecánica, convertirse en rutina, o hacer las cosas sin saber a qué responden; lo que desencadena la pérdida del dinamismo, el sentido y la creatividad.
“La caridad no es una profesión, sin embargo merece realizarse mejor que ninguna profesión, porque lo que llevamos entre manos es sagrado. No somos profesionales de nada, pero tenemos que saber actuar en lo nuestro como profesionales”, indicó el sacerdote español.
Asimismo, explicó con claridad la diferencia entre el altruismo y la caridad: “Hay una diferencia fundamental. Primero la motivación y junto con la motivación, el sentido último, es decir, nosotros los cristianos no hacemos caridad movidos simplemente por el altruismo, o por los sentimientos, no. Nosotros hacemos caridad, porque como diría San Juan: ”Hemos conocido el amor” y quien ha conocido el amor, lo comunica; quien se ha sentido amado, es capaz de amar; y nosotros hemos conocido que Dios nos ama, tenemos la experiencia de sentirnos amados de Dios; sabemos que este amor nos hace sentir salvados y creemos que esto es lo que el hombre de hoy necesita”.
El padre Vicente agregó que el servidor de la caridad, además de formación, requiere una profunda espiritualidad y mística, capacitación técnica para saber qué hacer y cómo hacerlo, y sobre todo, requiere estar vinculado con la comunidad, “porque la caridad no es tarea tuya o mía, sí la hacemos nosotros, pero no es tarea nuestra, la caridad es tarea de la comunidad, es muy importante que todo aquel que ejerce la caridad se sienta respaldado por una comunidad, sea signo de la caridad de la comunidad y sea expresión de la caridad en la comunidad”.
Sobre la expresión de la caridad en la Misión permanente, el delegado de Cáritas Española describió que debemos ser signos del amor de Dios y mostrar su misericordia, tal como lo pide el Papa Francisco:
“La Misión Permanente, en todo tiempo —pasado, presente y futuro— es ser signos del amor de Dios. Eso es lo que nos identifica con quienes ejercieron la caridad ayer, la ejercen hoy, y con quienes la ejercerán mañana. Después cambiarán los modos, porque cambiarán las necesidades y los rostros de la pobreza, y cuando cambia la necesidad y los rostros de la pobreza, las respuestas serán distintas, pero en el fondo lo que permanecerá y lo que debe permanecer siempre es que seamos signo del amor de Dios”.
Karina Vianney González Publicado en el periódico «Diócesis de Querétaro» del 19 de octubre de 2014