(CODIPACSQRO) El 31 de enero, alrededor de 35,000 jóvenes peregrinaron desde distintos puntos del país para llegar a los pies de Cristo Rey en la montaña de El Cubilete en Silao, Gto., todos animados con el lema: «Justicia y Paz, compromiso y exigencia de la juventud».
De la Diócesis de Querétaro participaron alrededor de 1,800 jóvenes que animados recorrieron los 14 kilómetros que hay entre las faldas de la montaña en el valle Juan Pablo II y el Santuario Nacional de Cristo Rey.
Como cada año, el Sr. Nuncio Apostólico Mons. Christophe Pierre celebró la santa Misa, acompañado por el Sr. Arzobispo de León Mons. Alfonso Cortés Contreras, sacerdotes, diáconos y los miles de jóvenes presentes que asumieron la justicia y la paz como compromiso de la juventud, inyectándo el ímpetu necesario para emprender acciones que lleven a la vivencia de la fraternidad y el servicio entre los hermanos, al perdón entre las naciones y en nuestra nación. Son los jóvenes de México quienes dan ejemplo del amor de Cristo a la humanidad.
Ante los jóvenes comprometidos de Mexico, el Nuncio Apostólico inició su homilía, diciendo: «Conscientes de la situación que atraviesa la nación mexicana, experimentando en carne propia lo que es vivir en la incertidumbre y en medio de la violencia, desde la fe en Cristo Jesús ustedes, jóvenes católicos de México, haciendo eco y acogiendo el llamado que han hecho sus Obispos, están aquí simbólica y tangiblemente reunidos para asumir cristianamente el compromiso de trabajar a favor de la justicia y de la paz aquí y ahora. Así lo dice el lema de su peregrinación ‘Justicia y paz en México, compromiso y exigencia de la juventud’«.
Recordando el lema del año pasado: «Por la paz, dejaremos nuestra huella», preguntó: «¿han efectivamente logrado dejar su huella a lo largo del año transcurrido?, ¿en qué modo?, ¿con cuáles frutos? Cada slogan cuestiona. ¿Lo hemos verdaderamente asumido y hecho vida?», agregando después: «En este retador momento de su historia, ustedes tienen que demostrar que el amor es la gran, la única fuerza transformadora del universo. Sean, pues, también ustedes el amor en el corazón de la Iglesia y de la sociedad, demostrando con hechos que la fuerza del amor al enemigo es más creativa que el odio hacia quienes nos hacen daño».
Mons. Pierre, concluyó su homilía con una importante llamada a los peregrinos juveniles: «Queridas muchachas y queridos muchachos: ‘Hace veinte años, San Juan Pablo II dijo que el mundo necesita «un tipo nuevo de joven», comprometido con los más altos ideales y con ganas de construir la civilización del amor. ¡Sean ustedes de esos jóvenes! ¡Que nunca pierdan sus ideales! Sean testigos gozosos del amor de Dios y de su maravilloso proyecto para nosotros, para este país y para el mundo en que vivimos’. ¡Adelante! En el corazón de México sean ustedes, el Amor. Cristo Jesús, Cristo Rey está con ustedes! ¡Adelante entonces con valentía!».
Auxiliadora García Bellorín