“Discípulos y misioneros para que nuestros pueblos en Él tengan vida”
El domingo pasado escuchábamos el fracaso de la predicación en Nazaret, esto no desanima a Jesús. Al contrario, además de continuar misionando, como veíamos al final del evangelio, envía también hoy a sus discípulos a misionar. Los profetas del Antiguo Testamento tienen a veces discípulos; pero, que sepamos, nunca los envían de misión; la labor del discípulo consiste en servir de apoyo social y espiritual al profeta, memorizar sus palabras y transmitirlas a la posteridad. El enfoque que tiene Jesús de sus discípulos es distinto, más dinámico: no se limitan a aprender, deben también poner en práctica lo aprendido, y ampliar desde ahora la actividad de Jesús.
El texto de Marcos trata brevemente cinco puntos:
- La autoridad. Cualquier embajador o misionero debe estar investido de una autoridad. La que reciben los discípulos es sobre ‘los espíritus inmundos’. Esta idea, tan extraña a la cultura de nuestra época, debemos considerarla en el contexto del evangelio de Marcos. El espíritu inmundo es un agente externo que se introduce en el ser humano para alienarlo, restarle libertad y cosificarlo; un ejemplo claro de estos ‘espíritus inmundos’ son las colonizaciones ideológicas. Jesús, desde el primer momento, en la sinagoga de Cafarnaúm, ha demostrado su autoridad sobre un espíritu inmundo, mostrando el verdadero sentido de la vida, Jesús libera a los hombres de las ataduras ideológicas. Ahora sus discípulos reciben el mismo poder. Son embajadores plenipotenciarios.
- Equipaje y provisiones. Es interesante advertir lo que se permite y lo que se prohíbe: sólo se permite llevar un bastón y sandalias; en cambio, se prohíbe llevar comida (ni pan, ni alforja) y túnica de repuesto. El permiso del bastón y las sandalias contrastan con lo que dice el evangelio de Mateo, donde se prohíben. Es un caso interesante de cómo los evangelistas adaptan el mensaje de Jesús a las circunstancias de su comunidad: Marcos tienen en cuenta el apostolado posterior de largos viajes, por terrenos difíciles, que requieren el bastón y las sandalias. En cambio, la prohibición de comida y vestido de repuesto, demuestra la enorme preocupación de Jesús por dar ejemplo de pobreza y libertad, pues nadie da lo que no tiene, no se puede pretender liberar al hermano siendo aún esclavo, en una época en que los predicadores religiosos eran acusados con frecuencia de charlatanes en busca de dinero, el testimonio es la llave para entrar en el corazón humano. En nuestro opulento mundo occidental hay carencias. A muchos les falta la experiencia de la bondad de Dios. No encuentran un punto de contacto con las Iglesias institucionales y sus estructuras tradicionales. Hoy el mundo nos exige coherencia y testimonio, quizá con esto ya podríamos hacer mucho por la obra evangelizadora.
- Alojamiento. La indicación sobre este tema no solo buscaba regular y evitar tensiones y peleas entre las personas que quisieran acogerlas en sus casas, Jesús ordena que se alojen siempre en la misma, para fomentar el surgimiento de una comunidad, la iglesia doméstica. Pensemos en esas personas a quienes falta la experiencia de la bondad de Dios. Ellas y también nosotros necesitamos lugares donde poder hablar de la nostalgia interior. Y aquí estamos llamados a buscar nuevos caminos de evangelización. Uno de estos caminos podría ser las pequeñas comunidades donde se vive la amistad y se apoya la debilidad todo esto se profundiza regularmente en la adoración comunitaria de Dios. En la pequeña comunidad las personas que hablan de sus experiencias de fe en su puesto de trabajo y en el ámbito familiar o entre sus conocidos, testimoniando de este modo un nuevo acercamiento de la Iglesia a la sociedad.
Recuerdo el discurso del Papa Benedicto en su viaje a Alemania, donde nos recordaba a todos que el futuro de la iglesia era formar pequeñas comunidades, que importante es fomentar en nuestras comunidades parroquiales el crecimiento evangélico en pequeñas comunidades. De otra manera el seguimiento de Jesús se convierte en algo idealista y sentimental.
- Rechazo. El apostolado no tendrá siempre éxito. Jesús no propone teorías triunfalistas, el éxito en la vida no excluye los golpes bajo que da la vida, al igual que Jesús fue rechazado en Nazaret, los discípulos pueden ser rechazados en cualquier lugar.
- La actividad. los discípulos «salieron a predicar la conversión, echaban muchos demonios, ungían con aceite a muchos enfermos y los curaban.» Lo mismo que hacía Jesús, a excepción del uso de aceite para curar enfermos. Esta pequeña afirmación es importantísima para el trabajo evangelizador de la Iglesia, ya que nos muestra que los discípulos no solo hicieron los que Jesús les envió, observando estrictamente una receta de cocina, sino que, además, ‘ungían con aceite’ esto es un claro ejemplo de la creatividad pastoral que cada misionero debe desarrollar para el bien de la iglesia, el trabajo evangelizador nunca será cuadrado y encerrado en esquemas que producen el ‘gris pragmatismo en nuestras comunidades’. Quien ha recibido la autoridad del Señor y ha sido envidado y cuenta con la fuerza del Espíritu Santo que dinamiza y actualiza la Obra de Cristo.
El Evangelio de este domingo debe, motivarnos a recordar nuestra vocación cristiana: ‘ser luz del mundo y sal de la tierra’. Hoy también nosotros somos enviados con la fuerza del Evangelio, a expulsar de nuestras comunidades a los ‘espíritus inmundos’ aquellas cosas que esclavizan y frustran al plan de plenitud que Dios ha destinado para sus hijos, hoy con la fuerza del Espíritu y con la coherencia de nuestras vidas, respondamos a esta tarea que el Señor Jesús nos encomienda “para que nuestros pueblos en Él tengan vida” Amén.