Parroquia Santa María de Guadalupe, Pedro Escobedo, Qro. 02 de julio de 2021.
La Parroquia de San María Guadalupe, Pedro Escobedo, Qro, el día 02 de julio de 2021 se alegró y se vistió de fiesta por la Ordenación Sacerdotal de Pbro. Miguel Ángel Moreno Mejía.
Mons. Fidencio López Plaza, X Obispo de la Diócesis de Querétaro, fue quien le confirió el Orden del Sacerdocio, mediante la imposición de manos y la unción que significa la consagración de la persona en su totalidad a Cristo y a la Iglesia.
Mons. Fidencio compartió: «Evangelio que acabamos de escuchar tiene una frase importante para este acontecimiento, “no me eligieron ustedes a mí, fui yo quien los eligió a ustedes”, Jesús que nos ha primeriado en el amor, también en la elección, nosotros no lo elegimos a él, es él quién los ha elegido a nosotros, nuestro ser de cristianos, nuestro ser de sacerdotes no se entiende primero sino viene de una oración, es Dios que nos ha llamado y nos ha elegido, ella es nuestra amada iglesia, la que ha hablado por nosotros, hemos sido elegidos, nosotros sencillamente hemos respondido, “sí quiero”, ahí está la clave de todo».
En el momento de la homilía, Mons. Fidencio les compartió lo siguiente: “El Evangelio que nuestro hermano diácono ha escogido para este día de su ordenación sacerdotal manifiesta a Jesús y las permea, como acabamos de escuchar sería bueno preguntarnos ¿Qué tipo de vinculación tenemos, como amigos o como siervos?, así les dijo Jesús como el padre me ama, «así los amo, permanezcan en mi amor, ámense los unos los otros como yo los he amado».
Ustedes son mis amigos en adelante no los llamaré siervos, no me escogieron ustedes a mí, fui yo quien los ha elegido a ustedes, sobre estos tres sencilla reflexiones.
Primera reflexión: “Como el padre me ama, así los amo yo, permanezcan en mi amor”.
Estamos ante una afirmación que nos invita de inmediato como el amor del padre a través de Jesús, qué es la vid verdadera y nosotros los sarmientos, Dios es amor y nos ha mostrado su amor hasta el extremo en su hijo Jesucristo, dando la vida por nosotros, por eso Dios siempre llega a nosotros que el sacerdote, por eso hay que quitarse de la cabeza que Dios nos ama porque tenemos méritos, o porque somos buenos, Dios nos ama sencillamente porque somos sus hijos.
Él nos ha liberado y como lo acabamos de escuchar en la primera lectura, Él nos hizo a su imagen y semejanza, a nosotros nos toca sencillamente permanecer y perseverar.
Segunda reflexión: “Ámense unos a otros, como Dios nos ha amado”
Este es definitorio en la vida cristiana y la vida sacerdotal, pues quién no se ha sentido amado y bendecido, perdonado y abrazado por Dios, no podrá amar, e decir perdonar y abrazar a sus hermanos, sólo el que permanece bajo al amparo de Jesús puede perdonar, quien ama a Jesús alivia el sufrimiento y sale en busca de los hermanos más necesitados, el cielo se vive desde el suelo, viendo los hermanos.
Nuestros obispos de América, hicieron de esta frase un hermoso resumen en el documento de Aparecida dice así, con la palabra de “La Vid y los Sarmientos”, Jesús resume que espera de nosotros, no quiere una vinculación como siervos, porque el siervo no conoce lo que hace su señor, el ciervo Jesús quiere que sus discípulos lo vean como hermanos, el amigo ingresa a su vida siendo la propia, el amigo escucha, Jesús conoce al padre y hace vivir su vida en la propia existencia, el hermano de Jesús participa de la vida de su padre, hijo del Padre Celestial por lo que Jesús y sus discípulos comparten la misma vida, que viene del padre.
Aunque Jesús por naturaleza de discípulo conozca la situación, para Jesús pues el amor existe sólo cuando se ve a los demás cómo iguales, es decir como amigos, su amor de amistad con la muerte en la cruz nadie tiene amor más grande que aquel que da la vida por sus amigos, en la muerte Jesús se acerca más como amigo, existe ya nuestra amistad para siempre con él, en ella debemos sentir lo importante que somos para Jesús, que es como acabamos de escuchar, que da la vida por sus amigos.
Finalmente el Evangelio que acabamos de escuchar tiene una frase importante para este acontecimiento, “no me eligieron ustedes a mí, fui yo quien los eligió a ustedes”, Jesús que nos ha primeriado en el amor, también en la elección, nosotros no lo elegimos a él, es él quién los ha elegido a nosotros, nuestro ser de cristianos, nuestro ser de sacerdotes no se entiende primero sino viene de una oración, es Dios que nos ha llamado y nos ha elegido, ella es nuestra amada iglesia, la que ha hablado por nosotros, hemos sido elegidos, nosotros sencillamente hemos respondido, “sí quiero”, ahí está la clave de todo.
Que nuestro querido padre señor San José y nuestra querida madre en su advocación de Guadalupe, nos enseñan a vincularlos como amigos de su hijo, de su hijo Jesucristo el Buen Pastor». Concluyo.
Al terminar la celebración Mons. Fidencio, les dio la bendición y les entregaron una imagen de San José a algunos de la comunidad, para hacer oración por las vocaciones, y posteriormente pasaron a la convivencia fraterna que se preparó para esta ocasión.