Este jueves 10 de enero, en el 56° Aniversario de la Coronación Pontificia de la Venerada Imagen de Nuestra Señora de Guadalupe, el Sr. Obispo D. Faustino Armendáriz Jiménez ordenó a 7 diáconos en el Seminario Conciliar de Querétaro:
- Rafael López López, de la Parroquia del Sagrado Corazón, en Lagunillas.
- Jaime Daniel Almaraz Corona, de la Parroquia de la Divina Providencia, en la Colonia Sauces.
- Efraín Issasi Cano, de la Parroquia de la Purísima Concepción, de Hércules.
- Laureano López Saloma, de la Parroquia de la Purísima Concepción, de Hércules.
- Baruc Luciano Pérez, de la Parroquia de San Nicolás de Bari, en Santa Fe de la Laguna, Quiróga, Mich.
- Misael Martínez Martínez, de la Parroquia de San Francisco de Asís, en Colón.
- Enrique Maciel Sánchez, de los Misioneros de la Sagrada Familia.
El Rector del Seminario Conciliar, Pbro. José Luis Salinas Ledesma presentó a los candidatos al diaconado ante el Sr. Obispo, los sacerdotes y los fieles presentes.
Mons. Faustino en su homilía se dirigió particularmente a los nuevos diáconos: «Queridos Ordenandos, ustedes han solicitado a la Iglesia la ordenación diaconal y se quieren comprometer a vivir una vida de servicio entregada a Dios. Pues bien, quiero reflexionar con ustedes tres rasgos específicos que surgen a partir de lo que la Iglesia confiesa en la liturgia de ordenación, a este ministerio tan hermoso que están por asumir como norma y estilo de vida, de manera voluntaria y generosa:
El primero consiste en ser conscientes de que el servicio de los diáconos asume una parte de la responsabilidad que tiene el obispo diocesano de hacer presente en el seno de la Iglesia local, la atención del Señor a todos los suyos (sobre todo a los pobres y pequeños). El servicio de la caridad, cuyo modelo son los siete diáconos de los que escuchamos en la segunda lectura (Hech 6, 1-7) da el tono al servicio de la Palabra y al servicio de la liturgia como escuchamos en la primera lectura (Num 3, 5-9).
El segundo rasgo consiste en que los diáconos hacen suya la voz de los fieles para presentarla al obispo diocesano y, en la liturgia, a Dios mismo. Como parte del Ordo, en torno al Obispo, los diáconos lo ayudan a hacer realidad la reunión eucarística que está a punto de realizarse desde el umbral. El servicio de los diáconos podría ser definido como transversal: no reúnen a un segmento de la población en un mismo lugar, lo llevan del umbral al altar y del altar al umbral.
Finalmente, el tercer rasgo se desvela, cuando los diáconos testimonian la autenticidad de la Eucaristía que la Iglesia local celebra: la solidaridad con los pobres. El sacramento del Altar es inseparable del sacramento del hermano, del servicio al hermano. En otras palabras, el servicio de los diáconos consiste en manifestar el vínculo del misterio de Cristo en la Eucaristía con el misterio de Cristo en los pobres. Estamos viviendo el año de la Pastoral Social y es providencial que su ordenación se dé en este contexto. Hoy, hay muchos rostros sufrientes que nos duelen».
Después de la homilía, vino el rito de la Ordenación, iniciando con la oración de las letanías por los Diáconos, después la imposición de manos y finalmente la entrega del Evangeliario a cada uno de ellos.
En la santa Misa de Ordenación estuvieron presentes los Vicarios Generales: Mons. Javier Martínez Osornio y Pbro. Martín Lara Becerril, más de 150 sacerdotes diocesanos y religiosos y religiosas. Además de los familiares y amigos de los diáconos que les acompañaron en este día glorioso para del Señor.
- Texto completo de la homilía de Mons. Faustino Armendáriz.