(CODIPACSQRO) El eco de la magna celebración por los ciento cincuenta años de vida de nuestra diócesis queretana, de febrero pasado vibra en nuestros corazones, y el amor por nuestra Iglesia arde por constatar la acción del Dios bueno y grande en este pueblo de Dios del que somos parte. Recordar la presencia de la Santísima Virgen María en la bendita imagen de la Virgen de los Dolores de Soriano, el momento de su coronación y de su vistosa asunción ante los cuarenta mil fieles reunidos en el estadio Corregidora, son detalles que no olvidaremos, han quedado grabados en nuestros corazones.
En este marco festivo viviremos nuevamente el gozo por la presencia maternal de la Madre de los pecadores. La Patrona Diocesana visita la Ciudad Episcopal, la sede elegida por el Santo Papa Pio IX, para que desde aquí se anime la acción evangelizadora de la Iglesia en Querétaro. Por eso el próximo viernes 31 de octubre a las 16:00 horas iniciará una festiva procesión desde la santa Iglesia Catedral hasta el Seminario Conciliar.
La Santísima Virgen está con nosotros. Ella peregrina y evangeliza cuando le imploramos como peregrinos a su casa, manifiesta sus abundantes gracias y bendiciones, su mensaje nos da la certeza de ser sus hijos. Ella en su santuario diocesano de los Remedios acoge las penas de los que sufren, fortalece la fe en quien todo lo puede y transforma el dolor en redención para los que buscan su amparo.
Ella tres veces admirable, manifiesta su belleza en el Santuario de Schoenstatt, cuando en torno suyo muchas familias, matrimonios y jóvenes viven una espiritualidad animada por sacerdotes y religiosas que por cien años ha obtenido de Dios muchas gracias a favor de una vida espiritual fervorosa y plenamente mariana. “Soy parte de esta historia” con orgullo todos los de la familia de Shoenstatt dijeron en Querétaro y se unieron a los miles de hermanos que renovaron fervorosamente sus tres promesas a Dios y cantaron alegremente su tradicional canto a las banderas. Providencial fue la celebración del Domingo Mundial de las Misiones, y la invitación clara y directa del Obispo de Querétaro, Don Faustino Armendáriz a colaborar en la misión realizada en todo el mundo y a involucrarse en ella, ya que todo bautizado es misionero.
Ella vive en la tradición y devoción de muchos queretanos que en su advocación de El Pueblito conserva el tesoro del amor filial, del hijo cariñoso y de la tradición arraigada.
Ella vive como misionera cuando fue escogida como Patrona Diocesana bajo el título de Santa María de los Dolores de Soriano para ser amparo, consuelo y modelo. Ella es “la Mujer”, la que fue traspasada en el corazón con la espada afilada de la Palabra de Dios, la que conservó la voz y las acciones de su hijo Jesús y las vivió como su primer seguidora. Santa María vive en cada una de las advocaciones que le adornan cual virtudes. Que al ver una bendita imagen o escuchemos cualquier advocación nuestro corazón salte de gozo como el de santa Isabel, porque donde está Santa María está su hijo Jesús, nuestro Señor. Ella es nuestra Madre desde el momento en que su Hijo Jesús nos confió a ella, y a ella a nosotros en la persona de su discípulo amado. La mayor dicha materna es ver a sus hijos vivir en armonía y unidad.
Caminemos unidos en festiva procesión todos los que sentimos vivo el amparo y auxilio de nuestra querida Madre del cielo a que participemos en esta procesión y luego en la solemne Eucaristía, el viernes 31 de octubre, manifestación de amor y gratitud, con espíritu de unidad, de fraternidad y de admiración por la que Dios nombró Madre de los pecadores: Nuestra Señora de los Dolores de Soriano, Patrona de nuestra Diócesis.
Jorge A. Rangel Sánchez Publicado en el periódico «Diócesis de Querétaro» del 26 de octubre de 2014