(CODIPACSQRO) En acción de gracias al Dios bueno y grande, la comunidad de Doctor Mora, Gto., construyó un monumento en el 150 Aniversario de la Fundación de la Diócesis de Querétaro a los padres misioneros Jesuitas, que evangelizaron a sus antepasados. El 28 de enero, dieron la bienvenida al señor obispo expresando su amor, cariño y respeto al sucesor de los apóstoles de Jesucristo que presidió la Eucaristía y bendijo el monumento, que frente al templo dedicado a la Santísima Virgen María de Guadalupe, recibe a quienes llegan a la cabecera parroquial que hoy recibió a hermanos de todas las comunidades. El recuerdo del Pbro. Juan Marcos Granados que recientemente partió a la Casa del Padre se hizo patente en muchas expresiones de cariño a quien supo manifestar la belleza del sacerdocio en estas tierras.
Reunidos en torno al altar celebraron con fe la Eucaristía, en donde con un clima de fraternidad la Iglesia de la Diócesis de Querétaro manifestó su unidad. El Santo Cristo de Charcas, y las imágenes de todos los santos patronos y protectores de las comunidades de la parroquia enmarcaron a la multitud de fieles desbordantes de alegría. Acompañaron en la celebración el Vicario General de la Diócesis el Pbro. Lic. José Martín Lara Becerril y Presidente de la Comisión de los Festejos del 150 Aniversario; el Pbro. César Mexicano Moncada, administrador de la parroquia de El Divino Salvador, sacerdotes y religiosas del Decanato de Guanajuato. Destacó la presencia del representante del gobierno de Guanajato para los asuntos religiosos y otras autoridades.
El señor obispo manifestó su gusto por el encuentro con la comunidad, invitó a todos a sentirse orgullosos y parte de esta historia de evangelización, resaltó la imagen del gran evangelizador, el padre Juan Marcos Granados, continuador de los grandes misioneros que hoy se recuerdan. Describió el campo de evangelización que encontraron los primeros evangelizadores, donde trajeron la luz de Jesús, la salvación de las almas y difundieron la Palabra de Dios. Nuestra Diócesis es esa tierra donde la semilla de la Palabra germinó, y el fruto es cada uno de los hijos de Dios, que hoy nos reunimos como hermanos. Recordó a los misioneros del pasado, franciscanos, jesuitas, dominicos y agustinos. Y afirmó que los nuevos misioneros del siglo XXI somos los que hoy vivimos aquí y ahora, en comunidad, como hermanos, todos iguales ante los ojos de Dios.
La lluvia y el frío no opacaron ni disminuyeron el gozo de la comunidad de la Diócesis de Querétaro manifiesta en esta comunidad de Doctor Mora, Guanajuato.
Jorge A. Rangel Sánchez