Templo Parroquial, Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, Lunes 13 de Noviembre de 2017.
El lunes 13 de noviembre de 2017, en el Templo Parroquial de Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote, se realizó la Misa de Exequias el Pbro. Tomas Ramírez Félix, Mons. Florencio Olvera Ochoa, Obispo Emérito de Cuernavaca, presidio la celebración y Mons. Martín Lara Becerril, Vicario General de la Diócesis de Querétaro y gran parte del Presbiterio diocesano concelebro esta Misa de Exequias, participaron también familiares, amigos y fieles de la Parroquia Jesucristo Sumo y Eterno Sacerdote. En su homilía Mons. Martín les compartió:
“Su cuerpo entregado y su sangre derramada, hoy lo queremos ofrecerle aquí en el altar por la salvación de cada uno de nosotros pero en particular por nuestro hermano el padre Tomas Ramírez, ese es el motivo de nuestra celebración eucarística en esta comunidad parroquial, Templo Parroquial que él formo y que encabezó como sacerdote, como el pastor, que es el que cuida al pueblo, es el que está en medio del pueblo.
Hoy tenemos los despojos mortales en la comunidad que se reunió en torno a él, por eso este día es muy importante y significativo porque podemos decir que, el pastor está en medio de su pueblo y su pueblo agradece en nosotros los sacerdotes es el buen pastor en medio de su pueblo, la palabra de Dios que hemos escuchado en esta tarde podemos tener una idea constante que la muerte de nuestro cuerpo mortal es el principio que la muerte física en la vida de una persona, pero la última palabra en un hombre es vida eterna, esa es la última palabra es realmente extraordinaria, como nos presenta la vida eterna Dios, un banquete de manjares suculentos para todos los pueblos e invitar a todos a disfrutar de este banquete es participar de este banquete.
Y San Pablo en la segunda lectura dijo que nadie viva en la desesperanza acerca de los muertos, y dijo San Pablo porque si nosotros hemos estado unidos a Cristo en vida, lo estaremos en la muerte, y lo estaremos después en la eternidad, entonces la muerte es estar unidos a Cristo por toda la eternidad.
Y por eso dijo Jesús en el Evangelio, aunque haya muerto aquel que tenga fe, aunque haya muerto vivirá, y entonces la muerte es el principio de la vida eterna, terminando estos días mortales para empezar a vivir la eternidad, la muerte entonces es acabar con nuestros despojos materiales para vivir la vida espiritual cara a cara delante de Jesús.
Por eso hermanos todos, hoy venimos a celebrar no la muerte si no venimos a celebrar la vida, que nos espera, la vida futura, el padre Tomas el por medio de su vida mortal enfrentó la muerte en su cuerpo físico, y ha vencido a la muerte y por eso con la esperanza cierta de la vida eterna.
Esa es nuestra fe, hoy nosotros venimos a celebrar la vida que nos espera la vida futura, el padre Tomás Ramírez, él por medio de su vida el enfrentó la muerte en su cuerpo físico y ha vencido a la muerte, y por eso ahora con la esperanza cierta de que él comparte la vida eterna esa es nuestra fe es nuestra esperanza y esa es la luz que a nosotros nos ilumine en este momento, por eso la muerte es ganar la vida eterna, la muerte no es un motivo de tristeza, aunque en nuestros sentimientos naturales y humanos nos entristecemos, pero la muerte no es una cosa más que el paso para alcanzar la vida eterna.
Por eso ponemos todo nuestro ser y nos lleva a pensar que nuestro hermano el padre Tomás, él descansa en paz de todas sus luchas con todas sus heridas en su cuerpo mortal y ahora él está con Dios, para participar del banquete de la vida eterna, él ahora lo contempla cara a cara y él por la Fe en Cristo Jesús, lo ha llevado a disfrutar esta vida eterna, por eso en la misa que estamos celebrando ahora en primer lugar le damos gracias a Dios que le concedió la vida y los sacramentos se imaginan ustedes ¡cuántos pecados por la gracia de Dios, cuántas gracias por sus manos nos dio!, le damos a Dios gracias por todos los dones y regalos.
En segundo lugar quiero invitarles también que nosotros como iglesia, le pidamos perdón a Dios por los pecados que el padre Tomás haya cometido por la humana debilidad. Y cómo vamos a decir en las oraciones más adelante: «el buen pastor lo recibe en sus brazos y que a pesar de tus miserias, y lo admita en el gozo eterno», que hagamos de esta celebración una ofrenda y le digamos al Señor, Señor te ofrecemos la vida del Padre Tomás, lo que hizo, las cosas que él realizó, y le ofrezcamos como una ofrenda agradable a su presencia, para que así entonces la vida recibida por Dios, una vida perdonada y santificada por la acción del Espíritu Santo, esta vida se convierta en una ofrenda agradable a su presencia.
Por eso pues hermanos todos, en esta celebración de la Santa Eucaristía, vamos nosotros a hacer de nuestro encuentro con Dios, un momento fuerte de fe y esperanza, nosotros celebraremos en el altar el sacrificio del Señor Jesús, en las especies eucarísticas de pan y vino, que serán su cuerpo y su sangre y tendremos la certeza de que el Padre Tomas celebrara con él la pascua eterna en su presencia. Que Así sea”.
“Que el alma de Nuestro Hermano Tomas Ramírez Félix y las demás del Purgatorio, descansen en paz, así sea”.