1. INICIO DE LA CUARESMA
Con el Miércoles de Ceniza (día 5 de marzo de este año 2014) comienza el camino de la Cuaresma que es la preparación a la Pascua. Muchos fieles inician con la imposición de la ceniza el tiempo litúrgico establecido de la Cuaresma para buscar la purificación de su espíritu.
Se utilizan dos fórmulas para la imposición de la ceniza: “Recuerda que eres polvo y al polvo has de volver” (Gén. 3, 19) y “Conviértete y cree en el Evangelio” (Mc. 1, 15). La primera expresión nos recuerda nuestra condición débil y nuestro pecado, y la segunda fórmula litúrgica advierte que la imposición de la ceniza es un signo de penitencia y de conversión.
Por lo cual, vivir la Cuaresma exige emprender el camino de conversión y convertirse significa dejarse mirar y salvar por Cristo. Implica un compromiso arduo para buscar: 1º) un camino de fe más consciente, 2º) la escucha de la Palabra de Dios más asidua y 3º) una oración más intensa. La oración constante siempre será eficaz cuando está sostenida por la penitencia y la mortificación, por ejemplo: el ayuno.
San Pedro Crisólogo en un sermón de Cuaresma dijo: “Tres son los resortes que hacen que la fe se mantenga firme, que la devoción sea constante y que la virtud sea permanente: la oración, el ayuno, la misericordia”.
Es indudable que, la mejor preparación para la Pascua (Domingo de Resurrección día 20 de abril 2014), es decir, hacer la Cuaresma, será acercándonos al alimento espiritual de la Palabra de Dios. Por tanto y cuando sea posible: participando en la celebración diaria de la Misa y comulgando asiduamente en ella.
2.CELEBRACIÓN DEL MIÉRCOLES DE CENIZA
Hasta el año 1970 el rito de la bendición e imposición de la ceniza tenía lugar antes del inicio de la Misa. Desde ese año, con la primera edición del Misal Romano, se colocó al final de la Liturgia de la Palabra, tanto si es seguida de la Eucaristía como si no lo es. Es una celebración penitencial.
Para la Liturgia de la Palabra, después de la llamada del Profeta Joel a una actitud de penitencia (Jo 2, 12-18), viene la invitación que San Pablo dirige a los cristianos para que se reconcilien con Dios (2 Cor 5,20–6,2). Se proclama luego la enseñanza de Jesús acerca del modo como sus discípulos deben practicar la limosna, orar y ayunar (Mt 6, 1-18).
3. DÍA PENITENCIAL
El Miércoles de Ceniza es un día penitencial recomendado para toda la Iglesia, que conlleva el ayuno y la abstinencia.
EL AYUNO. Es abstenerse parcialmente de la comida o bebida, como un signo expresivo de que comenzamos el camino de conversión hacia la Pascua y de que tenemos disposición de ayudar a los necesitados. El fruto del ayuno de la feligresía se manifiesta, año con año, en la colecta especial del Domingo Vº de Cuaresma: DÍA DE LA CARIDAD. Es notable la generosidad de todas las diversas comunidades parroquiales en favor de las obras de beneficencia diocesanas.
LA ABSTINENCIA. Es no comer carne. Aunque se puede sustituir con otras formas de expresar la misma actitud de conversión y recuerdo de la Muerte del Señor: la oración, la caridad y otros medios de control sobre sí mismo.
4. NORMAS SOBRE EL AYUNO Y LA ABSTINENCIA
Las normas vigentes del ayuno y la abstinencia en nuestra Patria son:
a) Ayuno y abstinencia de carne: el Miércoles de Ceniza el Viernes Santo.
b) Abstinencia de carne: todos los viernes del año. Pero el Episcopado Mexicano ha dispuesto lo siguiente: “Conscientes de la situación de pobreza en que viven muchos sectores de fieles, y dado que nuestra cultura admite otros signos más adecuados de penitencia: disponemos que se pueda suplir la abstinencia de carne, hecha excepción del Miércoles de Ceniza y Viernes Santo:
por la abstinencia de aquellos alimentos que para cada uno signifiquen especial agrado, sea por la materia o por el modo de su confección;
o por una especial obra de caridad;
o por una especial obra de piedad;
o por un significativo sacrificio voluntario”.
c) Sujeto de la ley del ayuno y la abstinencia:
Ayuno: obliga a todos los que han cumplido 18 años, hasta los 59 cumplidos.
Abstinencia de carne: todos los que han cumplido14 años. La ancianidad, por sí sola, no exime de esta ley de abstinencia.
5. CONCLUSIÓN
La imposición de la ceniza debe recordarnos que vivir en este mundo y ser cristianos es algo serio, ya que exige fortaleza y supone luchar contra el mal que vemos en nosotros y a nuestro alrededor. Hacer oración y penitencia repercutirá en bien de nuestros hermanos, en bien nuestro y de nuestro entorno.
Pbro. José Guadalupe Martínez Osornio Presidente de la Comisión para la Pastoral Litúrgica Publicado en el semanario «Diócesis de Querétaro» el 2 de marzo de 2014