Mensaje de Navidad al Presbiterio y Seminaristas de Querétaro

Seminario Conciliar de Querétaro, Qro., lunes 15 de diciembre de 2014

Año de la Pastoral de la Comunicación – Año de la Vida Consagrada

 

Estimados sacerdotes y diáconos,
muy queridos seminaristas:

 

1. La celebración anual del Nacimiento del Señor está a las puertas. Cada familia siente el deseo de reunirse para disfrutar del clima único e irrepetible que esta fiesta es capaz de crear. También nuestra ‘familia presbiterio’ se vuelve a reunir en este día, siguiendo una hermosa tradición gracias a la cual tenemos la alegría de encontrarnos e intercambiarnos las felicitaciones en este clima espiritual particular. Este año con la singular alegría de hacerlo en este bendito lugar, unido a la comunidad seminario, quien por la gracia de Dios celebra el sesquicentenario de su fundación.

2. Esta feliz ocasión es para mí una oportunidad no sólo para expresar mi felicitación personal, sino también para manifestar a cada uno de ustedes mi agradecimiento y el de la Iglesia por su generoso servicio; les ruego que lo transmitan también a todos los colaboradores y agentes de pastoral de nuestra gran familia diocesana en sus comunidades parroquiales y a los miembros de los diverso movimientos eclesiales. Esta oportunidad de reunirnos, además, me permite poder dirigirme a ustedes y poder así externar mis deseos para que la Santa Navidad sea en verdad un tiempo en el cual nos dejemos nuevamente sorprender por el misterio admirable de la Encarnación del Hijo de Dios, en el seno de la Virgen María, y así, se renueve en nosotros  la certeza de la ‘presencia’ del Emmanuel, el Dios-con-nosotros, en nuestras vidas y en nuestra historia personal y comunitaria; más aún, la celebración de la Santa Navidad es una oportunidad para renovar la certeza en nuestra de vida de que el Niño Dios, es quien un día nos ha llamado a seguirle de cerca como discípulos  misioneros suyos al servicio de su Reino, con generosidad y con alegría.

3. Uno de los desafíos que se presentan ante nosotros en este tiempo, es que cada uno de nosotros consagrados, seamos los primeros en estar convencidos de que Dios no es un Dios lejano, sino un Dios cercano que ha deseado poner su morada entre nosotros (Jn 1, 14). “Dios se hizo hombre por nosotros”. Este es el mensaje que cada año se difunde desde el silencioso portal de Belén hasta los rincones más lejanos de la tierra. La Navidad es fiesta de luz y de paz, fiesta de asombro y de alegría interior que se expande al universo, porque «Dios se ha hecho hombre». Desde el humilde portal de Belén, el Hijo eterno de Dios, que se ha hecho un Niño pequeño, se dirige a cada uno de nosotros: nos interpela, nos invita a renacer en él para que, juntamente con él, podamos vivir eternamente en la comunión de la santísima Trinidad.

4. Durante este año que estamos por concluir hemos sido testigos de grandes acontecimientos históricos y eclesiales que han marcado la vida de nuestra comunidad diocesana y que son signo precisamente de la presencia de Dios que nos acompaña y que está presente en medio de nosotros. Recuerdo con especial predilección la ‘magna celebración jubilar’ por los 150 años de la erección canónica de nuestra amada Diócesis; fiesta en la cual, desde su preparación misionera, hemos tomado conciencia del paso de Dios por nuestra vida y ante la cual, hemos asumido el compromiso para seguir trabajando con ‘parresía en pro de la nueva evangelización’. Otro acontecimiento importante y significativo ha sido la ordenación sacerdotal de 15 nuevos sacerdotes al servicio de nuestra Iglesia, fruto de la gracia de Dios pero también de todo el empeño formativo que se ha venido haciendo desde hace tiempo en la promoción vacacional.  En toda la tarea formativa no sólo tiene que ver el equipo formador del Seminario. La formación sacerdotal es una tarea que nos incumbe a todos, tanto al presbiterio como a la comunidad diocesana, quien son su ayuda y oración nos ha sostenido durante estos 150 años el Seminario. Renovemos nuestro serio compromiso por la promoción vocacional en cada parroquia. Aprovecho para agradecer a todos ustedes su amor al Seminario, lugar donde aprendimos el más alto servicio en la Iglesia, es decir, el servicio de la ‘caridad pastoral’. A los jóvenes seminaristas quiero invitarles para que sigan aprovechando todos los esfuerzos que se hacen día con día, para que cada uno de ustedes se vaya configurando según el estilo de Cristo, Sumo Sacerdote de la Nueva Alianza. Como en otra ocasión se los he pedido, quiero que este Seminario, sea un seminario misionero, que ofrezca a la Iglesia auténticos discípulos misioneros al servicio de la nueva evangelización. Finalmente, otro aconteciendo que ha marcado el caminar de nuestra Iglesia ha sido la celebración de la XXVI Asamblea Diocesana de Pastoral en su nueva modalidad, la cual considero ha sido un signo palpable de la madurez  pastoral que se ha venido fraguando en la vida diocesana, donde los laicos cada vez más se ven comprometidos por construir el Reino de Dios y donde ustedes sacerdotes, son los principales responsables de este proceso.

5. Queridos hermanos sacerdotes y queridos seminaristas, somos privilegiados de poder vivir en este tiempo histórico en el cual Dios nos ha llamado, pues sigue siendo un reto y un desafío que el evangelio sea una realidad visible en muchos sectores de nuestra sociedad. El privilegio de vivir en este tiempo es precisamente porque podemos, con la gracia de Dios, seguir difundiendo el aroma del Evangelio, especialmente a las nuevas generaciones. Con palabras del Papa Francisco les digo: “La primera motivación para evangelizar es el amor de Jesús que hemos recibido, esa experiencia de ser salvados por Él que nos mueve a amarlo siempre más” (EG, 264).

6. Reitero de corazón mi agradecimiento a todos ustedes por el apoyo para llevar adelante la misión que el Señor nos ha confiado como testigos de su verdad, y les deseo a todos la alegría que Dios, en la Encarnación de su Hijo, nos ha querido dar. Feliz Navidad a todos ustedes. Gracias.

 

† Faustino Armendáriz Jiménez
Obispo de Querétaro