Los días 14, 15 y 16 de septiembre las comunidades del Movimiento de los Focolares de Querétaro, San Juan del Río, Celaya, Estado de México, Distrito Federal y otras ciudades, se reúnen por primera vez en la ciudad de Santiago de Querétaro, en torno al tema: “el hombre, camino para llegar a Dios”; un cúmulo de experiencias en torno a la vivencia de la Palabra, de la Eucaristía y la fraternidad universal inundan este encuentro.
A lo largo del programa ha habido una gran participación de la familia del movimiento de los Focolares, pero más aún, de las personas que por primera vez tienen un encuentro con él, niños, adolescentes, jóvenes, adultos, familias completas. Sentimientos encontrados, nuevas formas de vivir el cristianismo, la radicalidad en la práctica del Evangelio, felicidad plena y alegría-que-no-pasa son algunas de las características de éste. El ambiente de fraternidad, de amor recíproco y desinteresado, que se expresa en actos concretos, es la vivencia de la ciudad de María (Mariápolis).
El presupuesto de esta vivencia es el testamento de Jesús: “Que todos sean uno; este testamento divino invita al movimiento a buscar, mediante el actuar cotidiano, la unidad de todo el género humano, dentro y fuera de la Iglesia, sin importar denominaciones cristianas, religiones e incluso con aquellas personas que no tienen convicciones religiosas.
La mañana del domingo 15 de septiembre la sorpresa fue grata por parte de los más de 200 participantes, pues el Sr. Obispo de la diócesis de Querétaro, don Faustino Armendáriz Jiménez, arribó a la casa de Cristo Sacerdote, lugar de la Mariápolis, para compartir la Eucaristía y un espacio de convivencia con los mariapolitas; exhortó a los participantes a vivir arduamente el Evangelio, camino de santidad, mediante la fraternidad universal vivida de ordinario, reto de la Iglesia en el mundo de hoy.
La elección de este estilo de vida es un desafío cotidiano, no obstante, la certeza de la familia que vive la espiritualidad de la unidad, motiva sobremanera a caminar buscando cumplir el testamento de Jesús: “Que todos sean uno”.
Santiago Hernández