Querétaro, 8 de octubre 2017.
MANIFIESTO POR MÉXICO
¡SALGAMOS JUNTOS A RENOVAR EL MUNDO!
Los Movimientos Católicos, agrupados en Juntos por México y reunidos en la Cuidad de Querétaro del 6 al 8 de octubre del presente, realizamos nuestro Segundo Encuentro Nacional en el cual hemos fortalecido y renovado nuestro compromiso de seguir trabajando unidos en una Iglesia en salida, para continuar recorriendo todos los posibles caminos de colaboración, como ciudadanos comprometidos en la construcción de una mejor sociedad, poniendo en común nuestros talentos y capacidades personales, como Movimientos, grupos o asociaciones.
Miles de personas, hombres, mujeres, niños, jóvenes y ancianos queremos dar testimonio de nuestro compromiso aportando a nuestro país nuestra contribución a la paz, la justicia y la unidad, valores que vienen de lo Alto.
Queremos ser personas que aspiran a ser semilla de un pueblo nuevo, ahí donde operan y se encuentran, impulsados por Quien nos invita a servir y trabajar en el amor al prójimo, para un México más solidario en sus valores civiles, más unido entre de su diversidad cultural, un país decididamente a favor de la persona.
Por esa razón proyectamos al futuro acciones en los siguientes valores:
El bien común – Todas las personas, por la inmensa dignidad de la que están revestidas por ser hijos de Dios, tienen el derecho de desarrollarse plenamente. Muchas veces, por diferentes razones, esto no se puede dar y se necesita de la solidaridad social para un pleno goce de los Derechos Humanos. Sabemos, los bienes no se mueven solos, no caminan por sí mismos. ¡Son los corazones los que hay que mover hacia la solidaridad! Por tanto, nos comprometemos a cuidar el medio ambiente, nuestra casa común; a buscar y promover una mejor justicia social, la libertad religiosa, de convicciones éticas y la libertad de expresión; exigir trabajos justamente retribuidos y la igualdad entre hombre y mujer con derecho de acceso global a los medios necesarios para su desarrollo integral sustentable.
El destino universal de los bienes. Existen, hoy, desigualdades socio económicas. Nosotros como María, confiamos en que el Padre colma de bienes a cuantos tienen hambre y despide a los ricos sin nada (cf. Lc. 1,53). El evangelio exige “Den y se les dará» con la promesa segura de «medidas buenas, apretadas y sacudidas hasta desbordar» (cf. Lc. 6,38). Y esta es una actitud concreta que debe volverse costumbre y que puede aliviar al que está en la miseria, que tiene hambre, que está solo, que necesita de todo. ¡Cada uno de nosotros somos las manos del Padre!
Vida y familia – Juntos por México reafirma su compromiso en la defensa del derecho inalienable a la vida desde el momento de su concepción hasta la muerte, promoviendo el desarrollo integral de la persona durante todo el transcurso de su vida. Sostenemos que la familia es la célula básica de la sociedad, y que el matrimonio, que es sólo entre un hombre y una mujer, proporciona las condiciones óptimas para el desarrollo sano de su descendencia en dónde se aprende a amar gratuitamente como lo hacen la madre y el padre hacia sus hijos y la igualdad fundamental, en la diferencia, que existe entre los hermanos.
Participación en política y diálogo – La fraternidad permite caminar juntos, valorar las diferentes experiencias humanas, permitiendo que los naturales conflictos se resuelvan pacíficamente. El diálogo en la política armoniza la cercanía de las autoridades con los ciudadanos, contribuyendo así a la maduración de una democracia plena. Ayuda a compartir valores fundamentales en la construcción de una sociedad sana. Es una forma de hacer política con palabras y acciones concretas, fomentando la participación de todos sin dejar a nadie afuera. El poder, en realidad, confiere la fuerza, pero es el amor el que da la autoridad. ¡Formémonos y formemos a nuestros políticos en la integridad, fraternidad y el diálogo! ¡Tomemos nuestras responsabilidades como ciudadanos participando activamente, tanto con propuestas que garanticen un proceso electoral en paz, como en el empoderamiento de mayor ciudadanía y en la construcción de los espacios en política a nuestra sociedad apremia!
Solidaridad y voluntariado – Los enormes recursos espirituales y morales, la comunión de carismas, las aspiraciones de justicia, de compromiso a favor de los más necesitados son aspectos que brotan de la convicción religiosa y que pueden traducirse sin duda en acciones de tal magnitud que transformen – junto con todos los hombres y mujeres de buena voluntad – positivamente el orden nacional. Mucho ya se está haciendo ya en el campo de la solidaridad. El corazón de México es grande, lo hemos visto en los recientes acontecimientos de los terremotos, huracanes e inundaciones. Hagámoslo aún más grande, organizado en una Red de Voluntariado Católico, una red fuerte y compacta de todos los Movimientos, grupos y Asociaciones que nos permita ofrecer un instrumento para fomentar iniciativas, obras y soluciones concretas que brinden esperanza, junto con muchas otras beneméritas y valiosas organizaciones.
Verdad, libertad, igualdad y amor – Con este nuevo ánimo y mirada reforzados por la experiencia hecha juntos en estos últimos años, confiados en la Providencia de Dios en la historia, cientos de miles de miembros de los Movimientos Católicos representados por los abajo firmantes, nos comprometemos a construir una sociedad en la que se promueva la verdad, la libertad, la igualdad y el amor. Guiados por el Amor, que da unidad a los demás valores, buscamos crear las condiciones para la solución de aquellas situaciones más difíciles y aparentemente sin salida.
Juventud. – Los niños, adolescentes y jóvenes son a menudo el “motor” que nos empuja también a nosotros, adultos, a iniciar procesos de cambio, a organizarnos en torno a un nuevo proyecto, en una ciudad o en una pequeña comunidad o centros juveniles. Acompañarlos en el desarrollo y en la concretización de sus proyectos es, por tanto, fundamental para hacer de este proceso una experiencia que le dé sentido e ilumine toda su vida. La presencia de jóvenes, adolescentes y niños junto a los adultos, muestra que la unidad entre generaciones es posible.
La gratuidad de nuestras acciones unidas en el Amor es lo que creará los «Cielos nuevos» y en la «Tierra nueva», el México y la humanidad que todos anhelamos.
Queremos que se vuelva realidad el sueño de San Juan Pablo II de “Construir en este milenio una civilización digna de la persona humana, una verdadera cultura de la libertad y de la paz”. Y como nos recuerda el Papa Francisco: “… la persona humana más crece, más madura y más se santifica a medida que entra en relación, cuando sale de sí misma para vivir en comunión con Dios, con los demás y con todas las criaturas. Así asume en su propia existencia ese dinamismo trinitario que Dios ha impreso en ella desde su creación. Todo está conectado, y eso nos invita a madurar una espiritualidad de la solidaridad global que brota del misterio de la Trinidad”.
“Laicos: salgamos juntos a renovar el mundo. ¡Es la hora!”
¡Juntos por México!