Con fecha de 4 de diciembre de 1963 apareció el Decreto del Concilio Vaticano II “Inter mirifica”, sobre los medios de comunicación social. Como es natural, fue el fruto del diálogo y discusión de todos los obispos católicos del mundo reunidos en Roma convocados y presididos por el Papa Pablo VI, sin embargo, como también es natural, es sólo el Papa quien lo promulga; así se vive el misterio de la Iglesia de comunión y participación, al mismo tiempo que el de la jerarquía: es la cabeza visible de la Iglesia aquí en la tierra quien tiene la responsabilidad de promulgarlo.
En el número 18 del mencionado Decreto leemos: “Para mayor fortalecimiento del apostolado multiforme de la Iglesia sobre los medios de comunicación social, debe celebrarse cada año en todas las diócesis del orbe, a juicio de los obispos, una jornada en la que se ilustre a los fieles sobre sus deberes en esta materia, se les invite a orar por esta causa y a aportar una limosna para este fin, que será empleada íntegramente para sostener y fomentar, según las necesidades del orbe católico, las instituciones e iniciativas promovidas por la Iglesia en este campo”. El mismo documento ordenaba en el número 23: “Para que todos los principios y normas de este santo Sínodo sobre los medios de comunicación social se lleven a la práctica, por expreso mandato del Concilio, publíquese una instrucción pastoral por el organismo de la Santa Sede del que se habla en el número19 con la ayuda de peritos de diferentes naciones”.
Se dio cumplimiento a este deseo del Concilio, primero, con la Creación de la “Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales” a las que convocó el mismo Beato Pablo VI, siendo celebrada la primera el domingo 7 de mayo de 1967, precedida por la publicación de un mensaje el día 1° del mismo mes. Desde entonces los Pontífices emiten el mensaje de convocatoria anunciando el tema, para que en toda la Iglesia ce celebre en fecha posterior. En segundo lugar, se cumplió el deseo del Concilio con la publicación de la Instrucción Pastoral “Communio et Progressio” con fecha de 18 de mayo de 1971, en la V Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales.
Desde entonces, los temas que las Jornadas han abordado son del más variado interés: los medios de comunicación social y la prensa, la radio, la televisión y el cine para el progreso de los pueblos; la familia; los jóvenes; el servicio que deben prestar a la unidad de todos los hombres; el servicio a la verdad; la afirmación y la promoción de los valores espirituales; su uso en la evangelización del mundo contemporáneo; la reconciliación; los derechos y deberes fundamentales del hombre; la publicidad: sus ventajas, peligros y responsabilidad; la responsable libertad del hombre; los problemas de los ancianos; etc.
La Instrucción Pastoral “Communio et Progressio” afirma: “Corresponderá por tanto a los Obispos y sus Conferencias, y en las Iglesias orientales a los Sínodos, utilizar gustosamente la ayuda de los peritos y de los organismos diocesanos, nacionales e internacionales, para llevar a efecto esta Instrucción en un esfuerzo conjunto, explicándola más detenidamente y acomodándola a las circunstancias concretas de los hombres y lugares que gobiernan, sin perder de vista la unidad de la Iglesia entera. Para ello las Conferencias Episcopales aprovecharán la ayuda que sacerdotes, religiosos y laicos, cada uno según su función, puedan aportar, ya que el recto uso de los medios de comunicación social recae en todo el Pueblo de Dios” (número 4).
Ahí está pues, el desafío común de todos los cristianos, de manera especial en un campo en el que los laicos son los especialistas, por eso solicitamos de todos su cooperación bajo la guía de nuestro Pastor diocesano. Los medios de comunicación social creemos firmemente, son instrumentos de promoción de justicia, paz y reconciliación.
Pbro. Filiberto Cruz Reyes Publicado en el periódico «Diócesis de Querétaro» del 23 de noviembre de 2014