Lectio Divina: XVI Domingo del Tiempo Ordinario

Pbro. Lic. José Luis Salinas Ledesma
Presidente de la Comisión Diocesana para la Pastoral Profética
 

 1. Lectura del Texto: Mc 6,30-34

(Se pide la luz del Espíritu Santo)

¡Oh Espíritu Santo!
Recibe la consagración perfecta y absoluta
de mi ser.
Dígnate ser en adelante
en cada uno de los instantes de mi vida
y en cada una de mis acciones
mi Director, mi Luz, mi Guía, mi Fuerza
y el Amor de mi corazón.
Yo me abandono sin reserva
a tus operaciones divinas
y quiero ser siempre dócil
a tus inspiraciones.
¡Oh Espíritu Santo!
Transfórmame con María y en María
en otro Cristo Jesús,
para gloria del Padre
y salvación del mundo.
Amén.

(Cada uno lee en su Sagrada Escritura)

En aquel tiempo, los apóstoles volvieron a reunirse con Jesús y le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Entonces él les dijo: “Vengan conmigo a un lugar solitario, para que descansen un poco», porque eran tantos los que iban y venían, que no les dejaban tiempo ni para comer. Jesús y sus apóstoles se dirigieron en una barca hacia un lugar apartado y tranquilo. La gente los vio irse y los reconoció; entonces de todos los poblados fueron  corriendo por tierra a aquel sitio y se les adelantaron. Cuando Jesús desembarcó, vio una numerosa multitud que lo estaba esperando y se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarles muchas cosas. Palabra del Señor.

 

Repasar el texto leído

(Se pregunta a los participantes y responden leyendo los versículos en su Biblia)

  • ¿Qué le contaron los apóstoles a Jesús? v.30
  • ¿Adónde invita Jesús a sus apóstoles y para qué? v.31a
  • ¿Por qué no les quedaba tiempo ni para comer? v.31b
  • ¿Qué hizo la gente cuando los vieron marcharse? v.32
  • ¿Qué sintió Jesús cuando vio a la multitud y qué hizo? v.34

 

Explicación del texto

En este texto del evangelio Marcos relata la vuelta de los apóstoles después de la primera experiencia misionera, cuentan a Jesús lo que “habían hecho y predicado”, poniendo énfasis en la importancia del testimonio unido a la predicación, que es un signo de aquellos a los que ha sido confiada esta encomienda.

A su retorno le contaron todo lo que habían hecho y enseñado. Los que son discípulos de Jesús tienen esa proximidad y familiaridad para entablar un diálogo franco y necesario, posiblemente pasó un largo tiempo mientras Él les escuchaba atento y paciente, interesado por lo que comentaban. Los discípulos por su parte, sin poder creer aquella gran experiencia seguramente estaban muy conmovidos al constatar los frutos de su discipulado.Jesús les quiere proporcionar unos días de descanso con Él. ¿Quién no aspira a estar con Él? Por eso les lleva a un lugar solitario para que reparen sus fuerzas, ÉL sabe lo que necesitan sus discípulos y está presto a proporcionarles los medios para su reposo. La razón es que ni aun después de su trabajo misional, especialmente intenso, les dejaban solos: las gentes venían a Jesús.Marcos describe esta premura de las turbas con su lenguaje gráfico: “pues eran muchos los que iban y venían, y ni espacio les dejaban para comer”. Acaso estas multitudes que vienen en estos momentos puedan ser un indicio del fruto de esta “misión” apostólica. A fin de lograr este retiro, se embarcaron para ir en dirección de Betsaida-Cafarnaúm. En el versículo 30 es la única vez que Marcos cita la palabra “apóstoles.” Aquí aparece con el sentido de aquellos que son los más cercanos a Jesús es decir, el grupo de los Doce.

Al desembarcar vio Jesús una gran muchedumbre y se compadeció de ellos, “porque andaban como ovejas sin pastor.” Esta expresión es del ambiente bíblico (Núm 27:17; 1 Re 22:27; 2 Par 18:16; Ex 34:5). Pero este pasaje, tiene, sin duda, una evocación de valor mesiánico. En el A.T., el
pueblo había sido comparado a un rebaño, y el Mesías al pastor. Dios dice en Ezequiel: “Suscitaré para ellos un pastor único, que las apacentará. Mi siervoDavid (el Mesías), él las apacentará, él será su pastor” (Ez 34:23). Y Cristo, en la última Cena, se identificó con el pastor, y los apóstoles — pueblo — con el rebaño, conforme a la profecía de Zacarías (Zac 13:7). Y se proclamó el Buen
Pastor (Jn 10:11ss).

 

2. Meditación del Texto

(Cada participante puede compartir su reflexión personal)

Jesús desea descansar con sus discípulos después de una larga jornada de evangelización en la que no tenían tiempo ni para comer. Pero al llegar al lugar una multitud los espera. Sin embargo, Jesús no se irrita por no poder descansar como quería. Revela Su corazón de pastor: Se compadeció de ellos, porque andaban como ovejas sin pastor, y se puso a enseñarle muchas
cosas.

Jesús sabe que Él, como también sus discípulos, necesitan comer y descansar. Por lo tanto es necesario designar tiempo para eso, pero Jesús les enseña que aun estas cosas no deben jamás convertirse en lo primero. Hay que estar dispuesto a posponer aun comida y descanso cuando el amor lo requiere.

Para Jesús lo primero y la razón de todo lo demás es el amor al Padre y a todo hombre. En el amor se resume toda la ley. El amor está dispuesto al sacrificio. Cuando nuestras necesidades, nuestra privacidad y nuestras rutinas nos dominan, se empobrece nuestra capacidad de amar.

Jesús les habla de «muchas cosas» referentes al Reino. Ellos aprenden que son hijos amados de Dios y como tales capaces de una vida nueva. Jesús no posterga la enseñanza sobre el Reino de Dios para cuando tengan el estómago lleno. Les da de comer después. Así les enseña a buscar primero el Reino y su justicia.Si bien este Evangelio de hoy nos enseña la virtud del buen pastor, también enseña la virtud de las buenas ovejas. La gente era despreciada por escribas y fariseos. Abusadas por los romanos. Pero descubrieron que Jesús les amaba.

La gente no vino por el pan para el estómago sino por el pan de la Palabra. El milagro de los panes es posterior.Hicieron un gran esfuerzo por estar con Jesús. Fueron a donde Jesús con diligencia. Para saber donde iba, estarían atentos a la dirección de la barca. Allí llegaron ellos primero. Muchas veces nos quejamos de los pastores. Pero, ¿qué hacemos para crecer en la fe y servir en la Iglesia? En la vida de los santos descubrimos con frecuencia las grandes dificultades que tuvieron con sus pastores, sin embargo, ellos perseveraron y dieron mucho fruto. No todos
los pastores pueden llegar a ser santos pero sí todos los files podemos llegar a ser buenas ovejas.

 

3. Compromiso personal y comunitario

(Cada participante puede proponer compromisos personales y comunitarios)

  • Mantener un espacio diario de intimidad y de oración con Jesús para renovar nuestro discipulado.
  • Atender a la doble dimensión de misioneros que consiste en la predicación pero sobre todo el testimonio del Evangelio.
  • Reconocer que, aunque tengamos necesidades materiales y físicas, el mandato del amor o la necesidad de la Palabra por ser predicada oportunamente no puede esperar.
  • Aspirar a ser buenas ovejas sin enfatizar las debilidades de nuestros pastores.
  • Trabajar en el anuncio misionero del Evangelio en la parroquia, donando parte de nuestro tiempo en busca de las ovejas descarriados de nuestra comunidad.

 

4. Oración

(Se puede hacer alguna oración en voz alta donde participen quienes gusten dando gracias a Dios por la Palabra escuchada. Se puede recitar algún Salmo o alguna oración ya formulada)

Gracias, Señor, por tu Palabra
que hemos escuchado.
Ayúdanos a comprender
cuál es la respuesta adecuada
a lo que tú hablas dentro de nosotros.
Señor, danos siempre tu Palabra cotidiana.
Ella es como el pan
sacia y a la vez provoca más hambre de ti.
Ella es como el agua
riega, refresca, fecunda, limpia.
Ella es como la luz
ahuyenta las tinieblas del error y del pecado
e ilumina los ojos del alma
para ver mejor nuestra vida.
Ella es como una voz misteriosa y penetrante.
Cuestiona, y responde
alegra y fortalece.
Ella es como espada de doble filo.Penetra en lo íntimo del ser,
hiere y sana, angustia y libera,
inquieta y trae la paz.
Que no nos falte nunca, Señor,
el pan cotidiano de tu Palabra. Amén.