Lectio Divina: XII Domingo del Tiempo Ordinario (Natividad de San Juan Bautista)

Pbro. José Luis Salinas Ledesma
Presidente de la Comisión Diocesana para la Pastoral Profética
 
1. LECTURA DEL TEXTO: Lc 1,57-66.80
(Se pide la luz del Espíritu Santo)

Ven, Espíritu Santo,
quiero que tú seas
mi guía y mi aliento,
mi fuego y mi viento,
mi fuerza y mi luz.
Te necesito en mi noche,
como una gran tea luminosa
y ardiente, que me ayude
a escudriñar las Escrituras.
Ven, Espíritu Santo,
acompáñame en esta
aventura y que se renueve
la cara de mi vida
ante el espejo de tu Palabra.
Agua, fuego, viento, luz,
ven, Espíritu Santo. Amén.

(Cada uno lee en su Sagrada Escritura)

Por aquellos días, le llegó a Isabel la hora de dar a luz y tuvo un hijo. Cuando sus vecinos y parientes se enteraron de que el Señor le había manifestado tan grande misericordia, se regocijaron con ella. A los ocho días fueron a circuncidar al niño y le querían poner Zacarías, como su padre; pero la madre se opuso, diciéndoles: “No. Su nombre será Juan”. Ellos le decían: “Pero si ninguno de tus parientes se llama así”. Entonces le preguntaron por señas al padre cómo quería que se llamara el niño. Él pidió una tablilla y escribió: “Juan es su nombre”. Todos se quedaron extrañados. En ese momento a Zacarías se le soltó la lengua, recobró el habla y empezó a bendecir a Dios. Un sentimiento de temor se apoderó de los vecinos, y en toda la región montañosa de Judea se comentaba este suceso. Cuantos se enteraban de ello se preguntaban impresionados: “¿Qué va a ser de este niño?” Esto lo decían, porque realmente la mano de Dios estaba con él. El niño se iba desarrollando físicamente y su espíritu se iba fortaleciendo, y vivió en el desierto hasta el día en que se dio a conocer al pueblo de Israel. Palabra del Señor.

Repasar el texto leído

(Se pregunta a los participantes y responden leyendo los versículos en su Biblia)

  • ¿Qué fue lo que oyeron los vecinos y parientes de Isabel? v.58
  • ¿Qué día fueron a circuncidad al niño? v.59a
  • ¿Qué nombre le querían poner al niño? v.59b
  • ¿Qué nombre le pusieron al niño? v.60
  • ¿Qué decía la gente? v.61
  • ¿Por qué preguntaron a señas al Padre? v.62
  • ¿Qué escribió en una tablilla Zacarías? v.63
  • ¿Cuál fue el milagro que ocurrió en Zacarías? v.64
  • ¿Qué sentimiento se apoderó de los vecinos y qué se comentaba? v.65
  • ¿Qué pregunta se hacía la gente? v.66
  • ¿Qué sucedía con el niño mientras crecía? v.80

Explicación del texto

El evangelista Lucas se preocupa de contar, al comienzo de su evangelio, la infancia de Juan el Bautista junto con la infancia de Jesús: un paralelismo literariamente bello y rico desde el punto de vista teológico. Cuando se le cumplió a Isabel el tiempo (v.57) dio a luz a Juan: este nacimiento es preludio del de Jesús. Un niño que anuncia la presencia de otro niño. El nombre de Juan es preludio de otro nombre: el de Jesús.La maternidad de Isabel es un acontecimiento extraordinario, que preparará la maternidad de María. La misión de Juan nos anuncia la misión de Jesús. No debemos contraponer de una manera drástica la misión de Juan el Bautista a la de Jesús, como si la primera se caracterizara totalmente y de manera exclusive por la penitencia y la segunda por la alegría mesiánica. Se trata más bien de una única misión en dos tiempos, según el proyecto salvífico de Dios: dos tiempos de una única historia, que se desarrolla siguiendo ritmos alternos, aunque sincronizados.

2. MEDITACIÓN DEL TEXTO

(Cada participante puede compartir su reflexión personal)

Sabemos que la misión de Juan el Bautista fue sobre todo preparar el camino a Jesús. De ahí que valga la pena meditar sobre el deber de preparar la venida de Jesús tanto en las almas como en la historia. Es éste un deber que incumbe a cada verdadero creyente. Preparar es más que anunciar. Es preciso poner al servicio de Jesús y de su proyecto salvífico no sólo las palabras, sino toda la vida.

Desde esta perspectiva podemos captar el sentido de la presencia de Juan el Bautista en los comienzos de la historia evangélica: con su comportamiento penitencial, Juan quiso hacer comprender a sus contemporáneos que había llegado el tiempo de la gran decisión; la de estar del lado de Jesús o en contra de él. Con el bautismo de penitencia, Juan quería hacer comprender que había llegado el tiempo de cambiar de ruta, de invertir el sentido de la marcha, precisa y exclusivamente a causa de la inminente llegada del Mesías-Salvador.Con su predicación, Juan el Bautista quería sacudir la pereza y la indiferencia de demasiada gente de su tiempo, que de otro modo ni siquiera se habría dado cuenta de la presencia de una novedad desconcertante, como fue la de Jesús. Ahora bien, fue sobre todo con la entrega de la propia vida como Juan el Bautista prepara a sus contemporáneos para recibir a Jesús: precisamente para decirnos también a nosotros que no hay preparación auténtica para la acogida de Jesús si ésta no pasa a través de la entrega de nosotros mismos, en el anuncio de la verdad y hasta la entrega de la propia vida que es el camino de la Pascua.

3. COMPROMISO PERSONAL Y COMUNITARIO

(Cada participante puede proponer compromisos personales y comunitarios)

Como creyentes hacer un examen de conciencia sobre los pecados capitales en especial el de soberbia y perezas, y buscar el sacramento de la confesión. Participar en la tarea evangelizadora de la Iglesia llevando el anuncio profético del evangelio en la misión permanente.Pedir por los matrimonios que no han podido engendrar hijos para que Dios les conceda plenitud de vida y si es su voluntad les otorgue un hijo.A ejemplo de San Juan Bautista hacer algún sacrificio de penitencia
como el ayuno y algún acto de humildad.Asumir con alegría y entrega las responsabilidades que se me
encomienden viendo en ellas la posibilidad de crecer más cada día.

4. ORACIÓN

(Se puede hacer alguna oración en voz alta donde participen quienes gusten dando gracias a Dios por la Palabra escuchada. Se puede recitar algún Salmo o alguna oración ya formulada)

Oh Dios de nuestros padres,
Tú nos llamas a ser voz:
concédenos reconocer tu Palabra,
reconocer la única Palabra de vida eterna,
para que anunciemos esta sola verdad a los hermanos.

Oh Dios de nuestros padres,
Tú nos llamas a ser a ser “el amigo del esposo”:
hazme solícito a preparar los corazones de los hombres,
para que estén bien dispuestos para acogerlo.

Oh Dios de nuestros padres,
Tú nos llamas a señalar al Cordero de Dios a los hombres,
haz que nunca me ponga sobre él,
sino que él crezca y yo disminuya.
Amén.