Domingo de la Ascensión del Señor – Ciclo C
1. Lectura del texto: Lc 24, 46-53
(Se pide la luz del Espíritu Santo)
Señor Jesús Tú has dejado a tus discípulos como testigos de tu resurrección, que debían dar a conocer tu persona, tus enseñanzas, tu vida. Los dejas a ellos para que anuncien lo que han visto y oído. Señor, ahora nos dejas a nosotros esa misión, somos nosotros los que debemos darte a conocer, somos nosotros los que debemos anunciar tu nombre. Te pedimos que nos ayudes, que como a esos discípulos también a nosotros nos abras la mente y el corazón, para que comprendiendo lo que anunciamos, viviendo lo que predicamos nuestro testimonio sea más elocuente y creíble. Danos Señor tu Espíritu Santo para que nos ayude a conocer y profundizar tu Palabra. Que así sea. (P. Jesús Antonio Weisensee H.)
(Cada uno lee en su Sagrada Escritura)
En aquel tiempo, Jesús se apareció a sus discípulos y les dijo: “Está escrito que el Mesías tenía que padecer y había de resucitar de entre los muertos al tercer día, y que en su nombre se había de predicar a todas las naciones, comenzando por Jerusalén, la necesidad de volverse a Dios para el perdón de los pecados. Ustedes son testigos de esto. Ahora yo les voy a enviar al que mi Padre les prometió. Permanezcan, pues, en la ciudad, hasta que reciban la fuerza de lo alto”. Después salió con ellos fuera de la ciudad, hacia un lugar cercano a Betania; levantando las manos, los bendijo, y mientras los bendecía, se fue apartando de ellos y elevándose al cielo. Ellos, después de adorarlo, regresaron a Jerusalén, llenos de gozo, y permanecían constantemente en el templo, alabando a Dios. Palabra del Señor.
Repasar el texto leído
(Se pregunta a los participantes y responden leyendo los versículos en su Biblia)
- ¿Qué está escrito en la Sagrada Escritura? v. 46
- ¿Qué se predicará a todas las naciones y en nombre de quién? v.47
- ¿Quiénes son testigos? v.48
- ¿Qué enviará Jesús a sus discípulos? v.49a
- ¿Hasta cuándo deben permanecer en la ciudad? v.49b
- ¿A dónde llevó Jesús a sus discípulos y que hizo? v.50
- ¿Qué sucedió cuando Jesús bendecía a sus discípulos? v.51
- ¿Qué hicieron los discípulos después de postrarse ante Jesús? v.52
- ¿Dónde permanecían alabando al Señor? v.53
Explicación del texto
Este texto está colocado al final del Evangelio de san Lucas, es un texto exclusivo de él, que no encontramos en los otros evangelios. Se trata de las últimas instrucciones de Jesús a sus apóstoles y la ascensión al cielo.
Se pone de manifiesto el origen de la predicación apostólica. Se insiste en la necesidad de que Jesús sufriera y resucitara. El relato de la pasión fue el primero que se formuló en la Iglesia primitiva. Este relato se fue amplificando mediante la alusión a textos del Antiguo Testamento, que fueron interpretados como promesas que tuvieron su cumplimiento en Jesús, de esta manera alcanzaron una visión más profunda y de mayor conocimiento.
Al predicar la pasión y resurrección se provocaba el arrepentimiento. Quienes se convertían deseaban saber más cosas acerca del camino de la salvación, así recurrían a los apóstoles, que eran los testigos de todo cuanto Jesús había hecho y dicho y de esta manera se transmitió oralmente y después se puso por escrito todo el evangelio.
Pero los apóstoles no hablaban simplemente como testigos presenciales, sino como hombres poseídos por el Espíritu, por eso fueron constituidos en cimiento de la Iglesia, que se apoya en la piedra angular que es Cristo. Predican en el nombre de Jesús, esta frase expresa la fe en la divinidad de Jesús; lo que antes se aplicaba solamente a Yahvé, ahora se dice de Jesús. La tarea de la Iglesia es continuar con el anuncio de la Buena Nueva a todas las naciones comenzando por Jerusalén, de donde salen los testigos movidos por el Espíritu Santo.
Alzando sus manos, los bendijo. Jesús actúa como el sumo sacerdote mesiánico; así lo describe el libro de Eclesiástico (50, 1.20). Fue elevado al cielo, este término griego aparece muchas veces en el Antiguo Testamento con un significado litúrgico de ofrecer o quemar un sacrificio. Los apóstoles se volvieron a Jerusalén llenos de alegría, El Espíritu otorga a la persona una mayor fortaleza, junto con una unión más firme y personal con Jesús, dentro de la comunidad y esto provoca una verdadera alegría. Permanecían constantemente en el templo, la Iglesia constituye la nueva Jerusalén y el nuevo templo, donde toda la humanidad tributa culto a Dios en y por Jesús. Proclamaban las grandes acciones redentoras de Dios, que eran experimentadas de nuevo por la Iglesia.
2. Meditación del texto
(Cada participante puede compartir su reflexión personal)
Jesús resucitado se aparece ahora a sus apóstoles. Aunque ya habían recibido el testimonio de Pedro, gracias a este encuentro personal, ahora entran en la plenitud del mensaje pascual. Era necesaria esta experiencia de encuentro personal con el resucitado para fortalecer más su fe. Esta experiencia será en adelante el fundamento de la fe de todos los creyentes de todos los tiempos. Porque en los apóstoles que fueron testigos, la Iglesia está segura de la fe que profesa.
En la Sagrada Escritura está contenido el plan de salvación de Dios para su pueblo, pero es necesario que Jesús mismo la explique y descubra el sentido verdadero, como lo sigue haciendo ahora con el don de su Espíritu que da a quienes lo piden. La Escritura no sólo tiene en Jesús su cumplimiento sino también su verdadero intérprete.
Cuando se da un verdadero encuentro con Jesús vivo, se toma conciencia de ser testigos enviados a predicar la conversión y el perdón de los pecados para todos los hombres y mujeres. Jesús mismo prepara a sus discípulos, cuentan con la ayuda y la fuerza del Espíritu. Jesucristo resucitado confirma en la fe a sus apóstoles y les instruye para la misión que en adelante será la tarea de la Iglesia.
El Señor Jesús no se aleja de su pueblo, estará siempre presente, caminando con los hombres y mujeres que lo buscan, como lo hizo con los discípulos de Emaús. Su presencia no será física, limitada por el espacio y el tiempo. Su presencia será espiritual, ilimitada, donde quiera y siempre. Si antes estaba cerca de nosotros con su cuerpo, ahora está en nosotros con su mismo Espíritu.
Los discípulos están llenos de alegría con la partida de Jesús. El Señor, al subir a lo alto, ha realizado el más grande prodigio a favor de todos nosotros. Ha destruido la esclavitud que nos separaba de la verdadera patria, ha distribuido sus dones, ofreciéndonos su Espíritu y la posibilidad de vivir su vida. Ahora estamos libres, semejantes a él y en él descubrimos nuestra misión y el sentido de nuestra vida. Como somos hijos en el Hijo, al llegar a ser adultos y responsables, podemos testimoniar y anunciar a los hermanos el amor del Padre, para seguir haciendo y enseñando hasta los últimos confines de la tierra aquello que él comenzó a hacer y enseñar desde la Galilea hasta Jerusalén.
3. Compromiso personal y comunitario
(Cada participante puede proponer compromisos personales y comunitarios)
- Leer y meditar la Palabra de Dios para conocer el plan de salvación de Dios para mi vida.
- Reflexionar la Palabra de Dios en mi pequeña comunidad o en mi familia compartiendo su mensaje para la edificación mutua.
- Misionar en las familias leyendo y explicando la Palabra de Dios.
- Tomar conciencia de que todo cristiano debe ser testigo del amor que ha encontrado en Jesús resucitado.
- Integrarme al Equipo Evangelizador de la parroquia para continuar con la obra misionera de Jesús.
- Pedir con humildad los dones del Espíritu Santo para que nos fortalezca en la misión.
4. Oración final
(Se puede hacer alguna oración en voz alta donde participen quienes gusten dando gracias a Dios por la Palabra escuchada. Se puede recitar algún Salmo o alguna oración ya formulada).
Señor Jesús nos invitas a ser tus testigos a que te demos a conocer con nuestras vidas y con nuestras palabras. Nos envías hasta los confines de la tierra, nos envías a llevar tu Buena Nueva a todas las naciones, para que todos tengan vida en ti, para que todos tengamos la vida verdadera, para que todos tengamos vida en abundancia, vida que solamente Tú nos puedes dar. Nos envías, nos haces testigos, nos das una misión, por eso Señor, capacítanos, danos los medios para la misión. Danos la fuerza de lo alto, danos la promesa del Padre danos tu Espíritu Santo para que nos transforme la vida para que nos capacite para que nos llene de ti, para que seamos instrumentos tuyos, para que te demos a conocer para que seamos testigos tuyos. Danos Señor tu Espíritu Santo Y haznos tus testigos. Que así sea.
(P. Jesús Antonio Weisensee H.)