Con mucha esperanza el Papa Francisco nos presenta “Gaudete et exsultate, sobre el llamado a la santidad en el mundo actual” es su tercera exhortación apostólica –después de Evangelii gaudium y de Amoris laetitia– en su Pontificado, que cumple 5 años.
El Papa explica que el Señor lo pide todo, y lo que ofrece es la verdadera vida, la felicidad para la cual fuimos creados. Él nos quiere santos y no espera que nos conformemos con una existencia mediocre.
El objetivo de la exhortación es hacer resonar una vez más el llamado a la santidad, procurando encarnarlo en el contexto actual, con sus riesgos, desafíos y oportunidades. Porque a cada uno de nosotros el Señor nos eligió ‘para que fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor’.
Francisco pide pensar en “los santos de la puerta de al lado”, es decir, no solo en los ya beatificados o canonizados sino en la santidad de la Iglesia militante. Anima a no tener miedo a la santidad, puesto que no quita fuerzas, vida o alegría sino todo lo contrario.
En una sociedad contemporánea en la que se manifiestan la ansiedad nerviosa y violenta que nos dispersa y nos debilita; la negatividad y la tristeza; la acedía cómoda, consumista y egoísta; el individualismo, y tantas formas de falsa espiritualidad sin encuentro con Dios que reinan en el mercado religioso actual, nos invita a la paciencia y mansedumbre, a la alegría y sentido del humor, a la audacia y fervor, a la oración constante.
La vida cristiana es un combate permanente, se requieren fuerza y valentía para resistir las tentaciones del diablo y anunciar el Evangelio. Esta lucha es muy bella, porque nos permite celebrar cada vez que el Señor vence en nuestra vida.
La guerra y las violencias nos envenenan con el odio, con la tristeza, con la envidia, con los vicios, así, el diablo aprovecha para destruir nuestra vida, nuestras familias y nuestras comunidades. Para este combate tenemos las armas poderosas que el Señor nos da: la fe que se expresa en la oración, la meditación de la Palabra de Dios, la celebración de la Misa, la adoración Eucarística, la reconciliación sacramental, las obras de caridad, la vida comunitaria y el empeño misionero.
Invito a todos a leer, reflexionar y vivir esta exhortación del Papa Francisco, pidamos que el Espíritu Santo infunda en nosotros un intenso anhelo de ser santos para la mayor gloria de Dios y para una mejor sociedad justa y en paz.
+ Carlos Garfias Merlos
Arzobispo de Morelia