Col. Hércules, Qro., 06 de junio de 2021.
Mons. Fidencio López Plaza, Obispo de la Diócesis de Querétaro, el día 06 de junio de 2021, X Domingo del Tiempo Ordinario, presidió la Eucaristía de Institución de Ministerios, en el Seminario Conciliar de Querétaro de Nuestra Señora de Guadalupe.
En la cual 23 hermanos seminaristas serán admitidos en las órdenes sagradas, algunos otros recibirán el ministerio de lectores y acólitos, y los ya próximos al diaconado, hacen su profesión de fe y sus promesas al celibato, para ello fueron llamados por el Rector del seminario Pbro. Alejandro Gutiérrez Buenrostro.
Al inicio de la celebración Mons. Fidencio les compartió diciendo: «77 millones de votantes católicos en nuestro país, en comunión con los hombres y mujeres de buena voluntad en este día de las elecciones en nuestro país y en comunión con nuestros hermanos que hoy solicitan la admisión a las órdenes, al acolitado, al lectorado, al diaconado, comenzamos nuestra celebración en el nombre de Dios».
En el momento de la homilía Mons. Fidencio les dijo: «Saludo y agradezco a la comunidad educativa de nuestro Seminario Conciliar bajo el patrocinio de la Santísima Virgen de Guadalupe, les agradezco su vida, su trabajo en la formación de los futuros sacerdotes en nuestra querida Diócesis de Querétaro; dentro de esta comunidad educativa está el equipo formador que, desde el seminario de Conca, el Seminario Menor, el Curso Introductorio y el Seminario Mayor, son el corazón que da vida a toda nuestra Diócesis».
«Saludo y agradezco también a todos ustedes mis queridos seminaristas, porque después de un largo camino han llegado a tomar la decisión de solicitar la admisión a las órdenes sagradas; saludo y agradezco también a ustedes mis hermanos seminaristas que una vez aceptada su solicitud de admisión ahora recibirán, unos el Ministerio de lectores y otros el Ministerio de acólitos; saludo y felicito también a mis queridos acólitos que en esta celebración harán su juramento de fidelidad y la profesión del celibato en orden a solicitar primero el diaconado y luego la ordenación sacerdotal».
«En este contexto Eucarístico que hemos escuchado como la iniciativa de Jesús de formar un nuevo pueblo de Dios recibe reacciones distintas, en la multitud que le sigue se despierta la esperanza de que otro mundo es posible, no le daban tiempo ni para comer, pero un grupo más pequeño y cercano, que incluye a sus familiares, lo rechaza, dicen que esta loco, a esto se suman los letrados de Jerusalén que utilizan la difamación para negar lo evidente, afirman que el poder de Jesús no procede de Dios sino de Satanás, pero por medio de comparaciones Jesús deja en claro dos cosas: que su poder viene de Dios, una lucha contra las fuerzas de mal, y segundo, que Satanás no puede expulsarse a sí mismo y que sean ellos los letrados los verdaderos blasfemos».
«El pecado contra el Espíritu es aquel que niega y se cierra a la manifestación liberadora de Dios, en el caso de los letrados no sólo la niegan, sino que van contra ella misma difamándola, le decían: “lleva adentro a belcebú y expulsa a los demonios con el poder del jefe de los demonios”.
«En este contexto de admisión a las órdenes sagradas, de la institución de lectores y acólitos, y de la profesión de fe y juramento de fidelidad de candidatos al diaconado, conviene preguntarnos y tener bien claro en qué consiste la autoridad de los discípulos y los seguidores de Jesucristo Nuestro Señor, y podemos aclararla teniendo en cuenta primero, que la autoridad de Jesús no se basa en lo que Él sabe, no se basa en los títulos que ha acumulado, ni en su currículum, esta autoridad que para nosotros suele ser tan importante no es en la que Jesús basa su poder, tampoco basa su autoridad en su simpatía, que era mucha, ni es su arrastre y en su carisma personal como lo hacen muchos líderes en nuestro tiempo, tampoco basa su autoridad en la ley que debe hacerse cumplir, a estos, Jesús les decía: “el sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado”, y agregaba, “los jefes de los pueblos actúan como dictadores y los que ocupan los cargos abusan de su autoridad”.
«Es impresionante el resumen qué hace de la manera de utilizar el poder en el mundo, Jesús no critica ni a los de derecha, ni a los de izquierda, critica a las personas que ejercen el poder oprimiendo y explotando a sus hermanos, Jesús da por supuesto que en el ámbito civil lo normal es ejercer el poder tiranizando y oprimiendo a los demás, pero les dice una y otra vez a sus seguidores, “que entre ustedes no sea así”.
«Jesús y los discípulos auténticos basan su autoridad en el servicio a la comunidad, los discípulos de Jesús a diferencia de los expertos qué basan su autoridad en lo que saben y de los líderes que basan su autoridad en su simpatía y de los jefes que basan su autoridad en la ley, los discípulos de Jesús han de fundar su autoridad en el servicio a la comunidad siguiendo el modelo de la Última Cena, la Última Cena ha quedado como el paradigma del servicio y Jesús, después de lavar los pies, les dijo a sus discípulos “vayan y hagan ustedes lo mismo, el que de ustedes quiera ser grande que se haga el servidor de todos y si alguno de ustedes quiere ser el primero que se haga el esclavo de todos, hagan como el hijo del hombre que no vino a ser servido sino a servir y a dar la vida como rescate de todos”.
«El objetivo de Jesús, hermanas y hermanos, es muy claro, el objetivo de Jesús fue entregarse, fue deshacerse, o como acostumbra decir el Papa Francisco, su objetivo fue deshilacharse en el servicio de los hermanos, así llegó a su plenitud como ser humano, así llegó ser el hombre más feliz, su consumación fue idéntica a su consumición en favor de los demás, así Jesús, verdadero Dios y verdadero hombre, llegó a ser el hombre más dichoso, el bienaventurado, el más feliz del mundo, dándose totalmente a los demás».
«Con cuánta razón Jesús definió la misión de los cristianos y de los sacerdotes con dos letras, el Buen Pastor es el que da, este es un principio básico del cristianismo, descubrir que el fin supremo del hombre es darse y entregarse totalmente, este fue el gran descubrimiento de los apóstoles y esta es la enseñanza principal para los discípulos, somos cristianos, somos sacerdotes en la medida que nos damos a los demás y dejamos de serlo en la medida en que nos aprovechamos y queremos dominarlos de cualquier forma».
«Que nuestra querida Madre, en su advocación de los Dolores de Soriano, que nuestro querido padre y custodio, Señor San José y su hijo, el príncipe de la paz, nos custodien y nos enseñen a ser discípulos misioneros, a ser pastores, los pastores que Dios y la realidad nos están pidiendo hoy». Concluyo.
Al terminar la celebración el padre Alejandro, agradeció a Mos. Fidencio su cercanía con el Seminario, a las familias que han sido semillero de estas vocaciones, y finalmente se tomaron la foto del recuerdo.
Redacción: Elena G.