(CODIPACSQRO) Con el objetivo de profundizar los Sacramentos desde los aspectos: bíblico, teológico, pastoral y jurídico, para una digna y provechosa celebración, los sacerdotes de la Diócesis de Querétaro se han congregado en el Seminario Conciliar de Nuestra Señora de Guadalupe, para tomar el curso de Renovación Teológica, los días 16, 17 y 18 de junio.
En el contexto del curso, el presbiterio ha celebrado el tercer Aniversario de Ministerio Episcopal de Monseñor Faustino Armendáriz Jiménez en esta diócesis; quien tres años atrás tomó posesión como IX Obispo de esta Iglesia particular en el Querétaro Centro de Congresos, en una celebración presidida por el Nuncio Apostólico, Monseñor Christophe Pierre.
En compañía de los sacerdotes, Monseñor Armendáriz agradeció a Dios por estos tres años en una solemne celebración Eucaristía, llevada a cabo en la capilla de Teología del Seminario.
Durante la homilía, el pastor diocesano aseguró estar agradecido con Dios por este tiempo en el cual “hemos podido caminar de cerca con nuestro pueblo, con sus gozos y con sus esperanzas, con sus alegrías y con sus penas, pero sobretodo, asumiendo juntos el compromiso de la Nueva evangelización en cada una de las comunidades cristianas dispersas en esta querida diócesis de Querétaro mediante la Misión Permanente”.
Asimismo, Monseñor Faustino extendió el saludo y la bendición que el Papa Francisco envió a cada uno de los sacerdotes, así como a sus comunidades parroquiales, en la reciente visita Ad Limina Apostolorum, y les hizo saber que como Diócesis vamos por buen camino, teniendo como prioridad la misión.
Don Faustino finalizó su alocución indicando a los presbíteros: “Al celebrar hoy este tercer aniversario junto con ustedes, quisiera recordar aquellas palabras del Papa Pablo VI en la Evangelii Nuntiandi donde nos apremia a considerar esto que hacemos como un verdadero servicio a la humanidad. “El esfuerzo ―enseña el Papa― orientado al anuncio del Evangelio a los hombres de nuestro tiempo, exaltados por la esperanza pero a la vez perturbados con frecuencia por el temor y la angustia, es sin duda alguna un servicio que se presenta a la comunidad cristiana e incluso a toda la humanidad” (n. 1). Hagamos nuestro este servicio con alegría y con entusiasmo, en favor de la humanidad, en favor de nuestras comunidades. Hagámoslo conscientes que Dios para esto nos ha elegido. Valoro el esfuerzo que la gran mayoría de ustedes realiza día con día en sus comunidades. ¡No nos dejemos robar la alegría y el entusiasmo del primer amor! Dice el Papa Francisco: “¡No nos dejemos robar la alegría evangelizadora!” (EG, 83)”.
Karina Vianney González