Seminario Conciliara de Querétaro, 20 de octubre de 2020.
El Nuncio Apostólico Mons. Franco Coppola compartió en su Homilía en la Celebración de Toma de Posesión Canónica de Mons. Fidencio López Plaza, como X Obispo de la Diócesis de Querétaro diciendo: «Es siempre una alegría, participar de este oficio episcopal de un hermano, y tengo que decir de una manera especial aquí en la Diócesis de Querétaro, una Diócesis que he aprendido a conocer ya he venido varias veces, la ultima fue el año pasado cuando celebraron el aniversario de la virgen de soriano en el estadio con un gran frio, pero con una gran participación, había el calor de fe y de todos los fieles, un saludos a los hermanos obispos, que nos acompañan los arzobispos que entregan y el otro recibe, Mons. , Rogelio presidente de los Obispos mexicanos a Mons. Fidencio, un saludos a los representantes de las autoridades civiles, a todos los hermanos sacerdotes, religiosos, religiosas a todos los fieles laicos.
Es una Diócesis que representa bien el corazón fiel y católico del pueblo mexicano, la Diócesis de Querétaro y al mismo tiempo, agradezco a Mons. Fidencio, pienso que es el que ha escogido las lecturas, de la misa de hoy porque a través de estas lecturas nos dice el camino que nos falta por recorrer, seguramente que somos un pueblo fiel y católico pero todavía no es el reino de Dios nos falta algo, tenemos que caminar en la primera lectura hemos escuchado al profete Isaías que da lo esencial de la misión de cada persona en la iglesia, del Obispo en primer lugar porque tiene que dar el ejemplo pero también los sacerdotes, los religiosos, las religiosas, los laicos, las laicas, todos.
«El Espíritu de el Señor esta sobre mí», y antes que todo esto la conciencia de que el Señor me esta mirando, y no solo me mira dentro de mi corazón guía mis manos, mis actos me ha enviado a consolar a los de corazón quebrantado me ha enviado a aliviar a loa afligidos, tenemos que tener conciencia de esta realidad, estamos en un mundo lleno de luces, de sonrisas de alegría, los tenemos Facebook, Instagram, tenemos millares de amigos, y nunca podemos estar solos; y pienso que esta tragedia que estamos viviendo la pandemia nos hace ver, concretamente como estamos solos aislados, muchos medios permiten consolarnos de alguna manera o de ocultarnos la realidad, la realidad de que estamos solos y que frente a esta soledad están los desamparados, cada día más, y si alguno no lo sabe no es una condición solo de nosotros en este tiempo el Señor nos envía a consolar a los afligidos, a estar cerca de los desamparados.
El profeta no dice: “A usted Mons. Fidencio ni tampoco a los demás sacerdotes, el espíritu del señor esta sobre usted, para que usted este en su casa episcopal o a lo mejor en su catedral o en su parroquia o en su templo, no, yo los envió a consolar a los afligidos y los afligidos no necesariamente están en el templo, muchas veces se quedan en su casa, no se hacen ver, tenemos que ir a encontrarlos obligados por una cuestión de caridad unos con otros a una cierta distancia debería ser nuestro deber, claro esta guardando todas las medidas de seguridad sanitaria que hay que guardar por caridad hacia los demás pero seria nuestro deber visitar a las personas que están solas hacer presente al señor.
En la ultima palabra de la carta que el papa le dirigía dice: “Que su misión es cumplir con la promesa que Jesús nos hizo antes de ascender al cielo, yo estoy con ustedes hasta el fin de los tiempos”, hacerlo presente estar con ustedes, estar cerca buscar a los afligidos, y hay algunas categorías que de una manera especial necesitan de este acercamiento, seguramente sin ninguna maldad; he visto que le han saludado algunos sacerdotes, algunos religiosos, algunas religiosas, los seminarista y había un laico, pero a mí me parece que han faltado, los matrimonios los niños, los jóvenes, seguramente están también aquí, yo lo he visto al entrar a misa. Pero sin ninguna maldad, estoy seguro de esto, pero no tenemos la atención, de hacerlos protagonistas, de llevarlos a hacerse presentes también físicamente, mostrar su presencia.
Hoy la familia necesita muchísimo, apoyo y acompañamiento por parte de la iglesia, tiene una tarea complicadísima, ayudar a sus hijos a enfrentar los desafíos de un que cambia, que es completamente diferente, de los que han conocido los padres, antes era fácil tratar a los hijos como me han tratado a mí, ahora es imposible, vivimos tiempos completamente diferentes, de hace 30 y 40 años, la familia necesita ayuda de a iglesia, y los jóvenes necesitan la ayuda de la iglesia, necesitan nuestra ayuda. Yo miro todos los años con mucha preocupación, en todo México no solo Querétaro, suben daca vez mas los suicidios de jóvenes, significa que están solos, que no han encontrado a nadie que camine con ellos y que les de la fuerza de seguir adelante, de encontrar dentro de ellos mismos la fuerza para cumplir con la misión a la cual el señor les ha llamado; es nuestra responsabilidad.
A usted el papa lo constituye Obispo de Querétaro, normalmente se dice padre y pastor y aquí yo también muchas veces lo he dicho con muchos gusto, que la ente tiene esa costumbre de dirigirse a los sacerdotes llamándolos padres, y eso me ha gustado muchos en estos años, pues nos recuerda la responsabilidad que tenemos, pero quizás debemos dar un paso adelante, porque padres se presta a equivocación, tanto que si queremos ser fieles al Evangelio, Jesús nos dijo no se hagan llamar padres porque solo un es el padre el que esta en el cielo y ustedes son todos hermanos, somos hermanos, a usted el papa lo constituye como el hermano mayor de esta familia, usted fue hijo de una familia grande y fue el hermano mayor, entonces sabe lo que tiene que hacer el hermano mayor cuando el papa o la mama no están en casa, son los hermanos mayores los que tienen que cuidar a los demás. No son los papas, pero tienen la responsabilidad de todos como los papas, pero sin ser los papas, una atención por cada uno.
Nosotros olvidamos, yo lo digo por mí, mi preocupación del relato de la Biblia cuando Dios pregunta a Caín ¿Dónde esta tu hermano?, esta es la pregunta que va hacernos el Señor, no va a pedirles cuantas misas han celebrado, o en cuantas misas han participado, o cuantas oraciones han hecho, esto nos sirve como gasolina, porque no es un valor por si mismo, sirve para crecer y tener un corazón como el del Señor, lo que cuenta es ¿Dónde esta tu hermano?, ¿Qué has hecho de tu hermano? A cada uno según nuestra responsabilidad, cada papa de familia, cada mama cada sacerdote, no son sus fieles los que vienen a la misa, o los que vienen al templo, son todos los habitantes del territorio de su parroquia, ¿los conocen a todos? ¿saben en donde están? ¿Cómo están?, entonces es una carga terrible, Don Fidencio la que le damos, aquí en Querétaro hay millones de persona, el Señor le va a pedir ¿Dónde está tu hermano?
Con una misión muy clara de la cual nos ha hablado el apóstol Pablo en la segunda lectura y el mismo Jesús en el Evangelio, después de haber manifestado a sus apóstoles que significaba su ministerio. El hecho de que era hijo de Dios ¿Cómo lo manifestó? lavando los pies, después de haber lavado lo pies a sus apóstoles, quiere que sean uno, quiere la unidad para ello, vivimos en un mundo que no favorece la unidad, al contrario a veces resurgen divisiones que pensaran fueran cosa del pasado, algunas manifestaciones racistas que se han visto, vivimos en un mundo que favorece la división, nosotros no tenemos que hacer eso, al contrario cual papa, cual mama estarían contentos por fomentar la división entre sus hijos, a veces la división entre lo hermanos pasa cuando los papas mueren, pero cuando están vivos se trata de guardar la unidad de la familia. Tenemos que ser apóstoles de la unidad, unidad que significa buscar a los no se unen, y darle el valor, unidad que significa caminar juntos, a mi cuando era joven me gustaba hacer excursiones en montaña, en la montaña cunado se sube en grupo hay que caminar con el paso del mas débil, no se puede caminar con el paso del más fuerte, porque el débil se queda atrás, se queda solo y se desanima, hay que caminar con el paso del más débil, conocer a todos, estar cercanos a los afligidos que son muchos, cercanos a todos para que nadie este solo, de una manera especial a las familias, y a los jóvenes, para caminar juntos, como familia de hijos de Dios.
Es un gran programa lo que usted se pone, a través de la palabra del Señor, lo propone a todos nosotros, en esta misa lo acompañamos con nuestra oración, le prometemos que seguiremos acompañándolo con nuestra oración, par usted pueda hacer realidad, a través de su ejemplo en primer lugar, este compromiso que el Señor tomo con todos nosotros “Yo estaré con ustedes hasta el fin del tiempo”.
Posteriormente se continuo la Santa Eucaristía, que tuvo lugar en la plaza de Nuestra Señora de los Dolores de Soriano en el Seminario Conciliar de Querétaro.