El Domingo 10 de marzo, desde muy temprano empezaron a llegar en autobuses, coches y a pie miles de fieles cristianos al estadio Corregidora para participar en el Retiro de Unidad Diocesana por la Misión, convocado por el Excmo. Sr. Obispo D. Faustino Armendáriz Jiménez, con el objetivo de “promover un encuentro vivo con Jesucristo a través de los Sacramentos de Iniciación Cristiana para ser una Iglesia de Discípulos Misioneros”.
Con el arribo de la Patrona Diocesana, Nuestra Señora de los Dolores de Soriano inició el retiro con la primera plática: La fe como respuesta al amor de Dios, que impartió el P. Manuel Salvador González Magaña de la Diócesis de Apatzingán. Él mismo habló de la caridad como vida en la fe, alentando a los presentes a abrirse al amor de Dios que lleva a amar en Él y con Él.
El P. González Magaña habló de la vida cristiana acompañada de los sacramentos, especialmente de la Eucaristía.
Xaire María animó los intermedios y los momentos de oración con su música católica, juvenil y llena de mensajes cristianos.
El tema “Del encuentro con Cristo a la solidaridad con todos”, fue presentado por el Dr. Rodrigo Guerra López, quien habló de la fe, las obras, la solidaridad y la paz, especialmente en nuestro pueblo mexicano.
Antes de la comida y descanso del mediodía, Jesús Eucaristía ingresó a la cancha del estadio, escoltado por las banderas de la Adoración Nocturna Mexicana.
Por la tarde, el Pbro. Mauricio Ruíz Reséndiz, a quien Mons. Armendáriz encomendó la coordinación de este retiro, predicó sobre la Iglesia de los Discípulos Misioneros, la Iglesia que queremos ser en la Diócesis de Querétaro. La frase del documento de Aparecida (18): “Conocer a Jesucristo por la fe es nuestro gozo; seguirlo es una gracia; y transmitir este tesoro a los demás es un encargo que el Señor, al llamarnos y elegirnos, nos ha confiado”, fue la base de su plática.
Para concluir el retiro, el Excmo. Sr. Obispo y los sacerdotes que durante el día habían estado confesando a los fieles, iniciaron la procesión de entrada para celebrar la santa Misa.
Mons. Armendáriz, dirigiéndose a los 22,000 católicos presentes dijo: “Es un gran momento de alegría y comunión el que vivimos esta jornada, y que queremos consagrar y agradecer a Dios con la celebración del sacrificio eucarístico. Una gran asamblea, reunida con el Obispo Diocesano, formada por sacerdotes y fieles de las diferentes comunidades parroquiales, comunidades religiosas, movimientos y asociaciones laicales, particularmente por la notable presencia de una gran cantidad de jóvenes. Mi abrazo cordial va dirigido sobre todo a ustedes, queridos jóvenes. Es una imagen expresiva de la Iglesia, una y universal, fundada por Cristo y fruto de aquella misión que, Jesús confió a sus apóstoles de: “Ir y hacer discípulos a todos los pueblos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” (Mt 28, 18-19).