Francisco, el Papa párroco

Luis-Fernando Valdés
Antonio Briseño

 

francisco-parrocoLa cercanía con la gente es quizá su rasgo más característico del nuevo Papa. El Santo Padre está en contacto frecuente con los fieles, por lo que ha sido llamado el “nuevo Juan XXIII”. Hoy presentamos unos episodios que muestran la calidez de Francisco.

¿Por qué es comparado el Pontífice actual con el Juan XXIII? Éste último fue Papa entre 1958 y 1963, y ejerció el Pontificado como si fuera un párroco, porque siempre estuvo cercano a los fieles.

El Papa Roncalli fue el primer Pontífice, desde la invasión de Roma en 1870, que recorrió personalmente las parroquias de su diócesis. En la Navidad de 1958, visitó a los niños enfermos de los hospitales Espíritu Santo y Niño Jesús. También estuvo con los presos de la cárcel romana de Regina Coeli. [Wikipedia]

El Pontificado del Papa Bergoglio parece tomar el mismo rumbo, pues tan pronto fue elegido, el Santo Padre ha buscado esta cercanía con los creyentes. De ahí que rápidamente la gente fue llamando a Francisco “Papa párroco” o el “nuevo Juan XXIII”.

Así, el día 21 de marzo, el Santo Padre celebró una Misa para los trabajadores de la Casa de Santa Martha. Al siguiente día, ofició la Eucaristía con los jardineros y trabajadores de limpieza de la Ciudad del Vaticano. Al principio o al final de las ceremonia, el Papa se coloca al fondo de la capilla, junto a los asistentes, para orar juntos unos momentos.

El Jueves Santo pasado, el Santo Padre celebró la Misa “in Coena Domini” en la cárcel romana para menores de Casal del Marmo. En la ceremonia, Francisco lavó los pies a 12 jóvenes detenidos, los cuales eran de diferentes nacionalidades y practicaban distintas religiones y entre ellas había una niña musulmana y un joven ecuatoriano. El Papa dijo a estos jóvenes: “Lo hago de corazón. Amo hacerlo porque el Señor así me lo ha enseñado”. [Univisión, 28 marzo 2013]

La noche del 23 de abril, Su Santidad sorprendió al guardia suizo que estaba de servicio a la puerta de sus aposentos, con una pregunta inesperada: si había permanecido despierto toda la noche.  Al recibir una respuesta afirmativa, el Papa le preguntó: “¿De pie? ¿No se ha cansado?”. “Es mi deber, Su Santidad, por su seguridad”, le respondió el desconcertado militar.

Francisco entró de nuevo un momento a su apartamento y volvió a salir con una silla, y le dijo al guardia: “Al menos siéntese y descanse”. El centinela se negó, pues “las reglas no me lo permiten”. El Papa aprovechó su cargo y le ordenó al guardia: “Bueno, pero yo soy el Papa y le pido que se siente”. Así, al guardia suizo no le quedó otra opción más que obedecer. Luego, el Papa volvió a retirarse, pero regresó al poco tiempo con un sándwich. Se lo dio al guardia y le dijo: “Bon apetit, hermanio mío”. [Religión en libertad, 25 abril 2013]

En otra ocasión, durante un recorrido que Francisco hacía en el Papamóvil, para saludar a la gente que lo había acompañado durante su Audiencia General, invitó a Alberto di Tulio, un niño de 17 años  con síndrome de Down, a subir al Papamóvil. [Rome Reports, 23 junio 2013]

Como dato curioso, este chico traía puesta la playera de la selección argentina de fútbol, con el nombre y el número de Messi. El papá del muchacho comentó que se emocionó cuando el Papa se acercó a su hijo. Explicó además: “El Papa lo vio, lo abrazó. Luego Alberto señaló al automóvil, ¡así que él lo invitó a subir! [AP, 19 junio 2013]

Con estos gestos, Francisco, el nuevo “Papa Párroco”, se suma al gran carisma de los Papas de los últimos cien años, entre ellos a Pío XII defensor de Roma y de los judíos durante la Segunda Guerra Mundial, al mencionado Juan XXIII y a Juan Pablo II que hizo del mundo su propia parroquia.

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