Jardín Principal s/n Centro, Doctor Mora, Gto. 23 de Junio de 2017
El día 23 de Junio de 2017, la comunidad parroquial del Divino Salvador, Ubicada en Doctor Mora, Gto., y perteneciente al Decanato de Nuestra Señora de los Remedios, en la Sierra de Guanajuato, recibió la visita de Mons. Faustino Armendáriz Jiménez, IX Obispo de Querétaro, quien con motivo de la celebración de la Fiesta Patronal, en honor al Sagrado Corazón de Jesús, presidió la Solemne Celebración Eucarística, en la cual, un grupo de 348 hermanos nuestros, (niños, jóvenes y adultos), pertenecientes a las diferentes comunidades que conforman la comunidad parroquial, recibieron de manos de Mons. Faustino, el Sacramento de la Confirmación, después de haber recibido la catequesis pre sacramental correspondiente y bien dispuestos fueron presentados por al Sr. Obispo, por el Sr, Cura, Pbro. Cesar Mexicano Moncada, para ser confirmados en la Fe.
Después de la procesión de entrada el Sr. Cura dio la bienvenida al Sr. Obispo, Mons. Faustino, y también presentó a todos los Sacerdotes que concelebraron esta Eucaristía, Pbro. Israel Arvizu Espino, Pbro. Francisco Hernández Ramírez, Pbro. Enrique González Rincón, Pbro. Reynaldo Prieto Mil, Vicario Parroquial y el Diacono Miguel, quien ejerció su ministerio en esta Santa Misa, participaron en esta Celebración Eucarística, un nutrido grupo de seminaristas, así como, los papás, padrinos, familiares y amigos de los confirmandos, un gran número de Agentes de Pastoral Parroquial y muchos fieles parroquianos. Al inicio de la celebración Mons. Faustino, dijo a la asamblea reunida:
“Ahora hermanos nos preparamos para decirle a Dios todo aquello que llevamos en nuestro interior; especialmente los invito a reconocer con humildad quienes somos, reconozcamos en este momento nuestras faltas y pidámosle cada uno, personalmente y en silencio, perdón a Dios” En su homilía, el Sr. Obispo, expresó:
“Muy queridos hermanos, saludo a todos ustedes con gran alegría y afecto en este día en el que celebran su Fiesta Patronal del Sagrado Corazón de Jesús, en este recinto que poco a poco se va perfilando como un gran templo, en honor y muy digno para el sagrado Corazón de Jesús y para esta comunidad, saludo a cada uno de los hermanos Sacerdotes, al padre Cesar, Párroco de esta comunidad, y al sr. Vicario y a cada uno de los sacerdotes que hoy comparten la fe con nosotros en esta concelebración.
Cuando la Palabra de Dios en la segunda lectura, (1 Jn 4,7-16) nos recuerda que “Dios es amor, y el que permanece en el amor, permanece en Dios y Dios permanece en el” encontramos ahí una tarea y un proyecto de vida, y la primera pregunta que podemos hacernos a la luz de esta palabra es ¿Dios está mi? ¿Dios vive en mí? ¿Soy consciente que soy templo del Espíritu Santo?
Creo que cada uno de nosotros tiene la respuesta, según la experiencia de todos los días que tenga de su encuentro con Dios, de su relación con Dios; podemos considerarnos pecadores “Sí”, y todos lo somos; sin embargo nadie puede considerarse que no tiene remedio, y mucho menos nosotros enjuiciar a algún hermano (a) diciendo: “Esa persona no tiene remedio, no cambiara jamás así es y así será”. Qué bueno que nuestra lógica no es la de Dios, que bueno que nuestra manera de pensar, no son los pensamientos de Dios.
Hoy creo que Jesús ( El Sagrado Corazón) nos abre su corazón para darnos la esperanza de que si es posible, que a todos, aun aquel más alejado, aun aquel que por diversas circunstancias no se ha acercado durante años, al Sacramento de la confesión, aun aquel que incluso por su estado de vida no puede acercarse a la comunión .
Hoy el Señor con claridad nos dice lo que hay en su interior “Vengan a mí que soy manso y humilde de Corazón” y en un corazón así, ¡cabemos todos!, en un corazón abierto y disponible para acogernos, ¡podemos estar todos! .
Por eso creo que la Palabra de Dios, hoy nos exhorta a recordar que Dios Vive en nosotros y seguramente si nosotros le aceptamos; podemos tener la certeza de que el nos acepta en su corazón; -en el corazón de una madre de un papá, caben todos los hijos por más que sean los hijos y a todos se les quiere por igual, no se puede discriminar y no se puede, marginar a ninguno.
Dios que es infinitamente bueno –como nos decía la primera Lectura (Deut 7, 6-11)- “Que tiene misericordia por mil generaciones, es capaz de amarnos” por eso en este día en que esta comunidad se alegra, por y con su Fiesta Patronal, alégrense por la esperanza que te da Jesús, por la esperanza que te da, de que cabes en su corazón, de que si tú quieres él te perdona, más aun, él, con su muerte en cruz ya te a salvado.
Hoy vamos a recordar, invocando la presencia del Espíritu Santo en quienes van a ser confirmados, ese poder y esa gracia que el Señor nos a dado por nuestros bautismo, esa fuerza y esa luz del Espíritu de Dios en nosotros, que en estos niños y jóvenes se confirma y viene con mas plenitud y esto nos da la certeza de ese amor de Dios por nosotros al regalarnos en las diferentes etapas de nuestra vida, lo que más nosotros tenemos que valorar “Su presencia”
Invocamos pues la presencia del Espíritu Santo, haciendo una señal de la Cruz en cada uno de los confirmandos, señal que no se borra ni aunque se muera la persona, -porque decimos- imprime Carácter -es decir- un Sello, que no se borra jamás; y eso se lo agradecemos a Dios, que este Sello que todos seguramente llevamos desde nuestra confirmación nos recuerde que somos pertenencia de Dios. Que somos su pueblo y que él es nuestro Dios” pero también que nos recuerde que nosotros somos su pueblo, sus hijos y que en correspondencia queremos amarle, amarle con nuestras obras, amarle con nuestra conducta, y dejarnos perdonar por él, e iniciar una nueva vida.
Que la presencia del Espíritu Santo, invada el corazón de estos niños y jóvenes, pero también los corazones de cada uno de los miembros de esta comunidad, aun aquellos que están lejos de Dios, aun aquellos que no vienen a compartir la fe, aun aquellos que ni siquiera comparten nuestra misma fe, nuestra profesión de fe o religión.
Que el señor bendiga especialmente en este día a esta comunidad que esta protegida y bajo el patronazgo del Sagrado Corazón de Jesús, pero que también esta comunidad con un compromiso permanente le diga a Jesús, “Señor quiero estar en tu corazón, quiero que tú me ayudes a caminar como tú me has enseñado, con un corazón manso y humilde, quiero que tú me perdones y me permitas seguir adelante en esta vida cristiana, que tú me permites vivir en la relación con mis hermanos”.
Que la presencia de la Santísima Virgen María, su presencia maternal, los siga ayudando y orientando también con su intercesión a lo largo de nuestra vida, para vivir ese encuentro permanente con su hijo Jesucristo. Que así, sea”.
Al término de la homilía, los confirmandos recibieron la vela encendida, signo de la luz de Cristo Resucitado, renovaron públicamente sus promesas bautismales, su profesión de fe por medio de un dialogo con el Obispo, Mons., Faustino, impuso las manos sobre los confirmandos, hizo una oración en la cual pidió a Dios que derramara su gracia de los siete Dones del Espíritu Santo, el momento culmen de la celebración fue cuando nuestro Pastor diocesano, ungió en la cabeza de cada uno de los confirmandos con el Santo Crisma, a cada uno les llamo por su nombre y les dijo: “Recibe por esta señal el Don del Espíritu Santo” y ellos respondieron “Amén”.