San José Iturbide, Gto., 19 de marzo de 2019.
Mons. Faustino Armendáriz Jiménez, Obispo de la Diócesis de Querétaro, visito la Parroquia de San José, en el Municipio de San José Iturbide, Gto., perteneciente al Decanato de Ntra. Señora de los Remedios, el día 19 de marzo de 2019, para celebrar la Sagrada Eucaristía con motivo de la Fiesta Patronal en honor al Señor San José, en la cual impartió el Sacramento de la Confirmación a un grupo de 65 niños y jóvenes, quienes fueron presentados ante Mons. Faustino, por el Pbro. Jorge Hernández Nieto, Párroco de esta comunidad parroquial y responsable de la preparación catequética de los confirmandos, concelebraron esta celebración Pbro. Ángelo Olvera Barrón, Pbro. Carlos Alberto Estrada Mejorada, Vicarios de esta Parroquia, y algunos otros sacerdotes que acompañaron en esta ocasión. En su homilía el Señor Obispo les compartió: “…ciertamente ante la voz de Dios no podemos nosotros resistirnos, el plan de Dios es que en esta familia viviera su hijo y la actitud de José es, de total disponibilidad le dice sí, como se lo dijo María, como ambos ya le habían dicho -sí queremos seguir tu plan, no el nuestro- y ahora el plan de Dios es que San José se convirtiera en el custodio de Jesucristo, del hijo de Dios”.
En el momento de la Homilía les dijo: “Muy estimados sacerdotes les saludo con afecto, saludo al Señor Cura, padre Jorge, a los Vicarios parroquiales, al padre Ángelo, el padre Carlos, responsables de impulsar la evangelización en esta comunidad parroquial. Agradezco la tarea de los catequistas y las catequistas, que generosamente entregan y comparten sus conocimientos de Dios a estos niños y jóvenes que hoy van a ser confirmados, y seguramente en las diferentes catequesis se aterrizan en la vida pastoral de esta comunidad parroquial.
Los niños y jóvenes que hoy con fe se acercan para recibir el gran regalo de Dios el Espíritu Santo, y a todos ustedes hermanos de esta comunidad de San José, que originalmente, sin duda el apellido de San José es como dice el Evangelio, el hijo de Jacob, esposo de María de la cual nació Jesucristo, esta comunidad esta bajo su patrocinio y ciertamente la seguridad que pueden experimentar de tener un custodio con esa familiaridad con Jesucristo el Hijo de Dios, parte de la Sagrada Familia, les alimenta a todos ustedes y siempre contemplar su imagen y celebrar su fiesta, hace que crezcamos en la veneración y admiración para imitar sobre todo la fe de San José.
Muchas son las virtudes que podemos enumerar, pero a la luz del Evangelio siempre surgen algunas que nos llaman la atención; San José es el hombre que a pesar de su perplejidad en aquel momento en el cual, antes de estar juntos consagrados totalmente a Dios, consagrados cada uno al Señor, pero como un matrimonio de aquella época, que habían hecho la promesa de consagrarse al Señor, repentinamente aparece en el escenario de la vida de esta pareja; que María está esperando a un hijo, sin duda no en el plan de la Virgen y no en el plan de San José, pero si, era el Plan de Dios, que escogió aquella jovencita de Nazaret eligiéndola como Madre de Dios, como madre del hijo de Dios, sin duda Dios no se lo consulta a San José, Dios hace la elección y elige María y María le dice que sí, por tanto si surgió alguna duda en San José, Dios disipa nuestras dudas y nuestras incertidumbres.
Por eso cuando eso existe en el corazón del hombre, Dios es capaz de comunicarse con nosotros, aquí lo que hay que ver es si nosotros estamos abiertos a la voz de Dios, como lo estuvo San José, qué queriéndola dejar en secreto, recibe la voz de Dios diciéndole: “El hijo que lleva en su seno María, es obra del Espíritu Santo”. Y ciertamente ante la voz de Dios no podemos nosotros resistirnos, el plan de Dios es que en esta familia viviera su hijo y la actitud de José es, de total disponibilidad le dice sí, como se lo dijo María, como ambos ya le habían dicho -sí queremos seguir tu plan, no el nuestro- y ahora el plan de Dios es que San José se convirtiera en el custodio de Jesucristo, del hijo de Dios.
Sin duda una historia que nos enternece y sobre todo qué nos hace vislumbrar con claridad la fe de un hombre que es descrito como hombre justo y el justo es aquel que confía en Dios y justo es, como lo dice la lectura de Abraham, aquel que espera contra toda esperanza. Cuando se refiere a Abraham se refiere a un hombre, que tenía una mujer que era estéril y que había sido señalado por Dios para ser el padre de un gran pueblo. ¿Cómo era eso? ¿Cómo iba a ser posible?,
-con la ayuda de Dios y así sucedió.
Hermanos el plan de Dios siempre romperá nuestros planes, y romper los planes no es para hacernos mal, sino para que nosotros veamos con claridad que lo que Dios quiere es lo mejor, que nos puede suceder en nuestras vidas. Cuando los papás revisan lo que sucede en una familia hay cosas que no tienen lógica, como no tenía lógica que naciera un hijo sin tener una relación marital, sin embargo, todo es posible para Dios, aquel hijo era obra del Espíritu Santo.
Que en las familias aprendamos nosotros a detectar ¿Cuál es el plan de Dios, cuál es el nuestro?, sin duda poco a poco nuestros planes en la medida en que oremos más, en que estemos más en contacto con Dios, irán coincidiendo con los de Dios. Cuando somos autosuficientes, cuando nos dejamos manejar por nuestro orgullo personal, sin duda estaremos muy lejos de los planes de Dios, pero a pesar de eso y de lo pecador que seamos sí, estamos abiertos a la voz de Dios como San José, seguramente algo diferente va a suceder en nuestra vida, algo más trascendente de lo que nosotros estamos viviendo. San José pues es el hombre justo, el hombre que tiene fe en Dios, el hombre que acepta el plan de Dios, a pesar de que en ese momento no lo entienda.
En segundo lugar quisiera destacar la responsabilidad de San José, los padres de familia, saben lo que es tener responsabilidad de un hijo, y los miramos, como desde pequeños están asumiendo el reto del crecimiento del bebé, cómo tienen que estar pendientes de ellos en todo momento, teniéndolos en brazos, porque somos más vulnerables cuando estamos pequeños, y los papas disfrutan esa misión, porque cuando se contraen matrimonio en la perspectiva de toda pareja, tienen que estar los hijos, para que el matrimonio sea un matrimonio válido, la familia que son los hijos el fruto del amor, en la vida de pareja sin duda, cuando miramos la responsabilidad de San José, que Dios ha puesto en sus manos, podemos imaginar también la responsabilidad que tienen los papás, de ayudar en la formación y en la educación de sus hijos.
José estuvo pendiente siempre, José estuvo allí acompañando a María, y seguramente eran una pareja, que formaron a su niño con el testimonio, porque María y José eran hombre y mujer de oración, era un matrimonio donde se oraba, donde el niño veía a unos papás que eran cumplidores de la Ley, a unos papás que vivían la alegría de la fe, unos papás que seguramente le infundieron el amor a su Padre Dios. El testimonio de San José ayude a los padres de familia, especialmente a los varones, a dedicar tiempo a sus hijos. San José le enseño un oficio, el oficio de carpintero, y eso implicaba dedicarle tiempo al hijo.
Hoy a veces lamentamos como los papás están desconectados, en no pocas ocasiones, del crecimiento, de lo que los hijos piensan, de las ilusiones de los hijos, de los conflictos internos de los hijos y creo que esta es una misión importante que siempre es posible rescatar.
Que cada día este templo de San José, hombre responsable para ser custodio de su hijo, les ayude a ustedes parejas a ser custodios de su familia, Dios les ha puesto esa misión como se la puso a San José, en el Plan de Dios están ustedes como papás formadores de una comunidad, que se llama familia y que la tienen que defender, no podemos lamentarnos cuando los hijos van creciendo carentes si antes no se les enseño, no solamente con la palabra, sino con el ejemplo.
Que la responsabilidad de San José, nos ayude a todos nosotros a vivir nuestra responsabilidad, esa que Dios ha puesto en nuestras manos como una misión que tenemos que asumir, como una decisión definitiva para toda nuestra vida y que sin duda nos hace madurar y crecer en la responsabilidad. Que San José, custodio de la Iglesia Universal, también custodie esta comunidad de San José Iturbide, custodie a las familias y custodie estos niños y jóvenes que hoy reciben el don del Espíritu Santo, para que este don irradie a toda la familia, ilumine el caminar de toda la familia, e ilumine el caminar de toda la comunidad.
Esta festividad, esta solemnidad la celebramos en el Año Jubilar Mariano, sin duda el tener de manera muy destacada la presencia de Nuestra Señora de los Dolores de Soriano, nos ayuda a valorar estos cincuenta años de patronazgo de la Santísima Virgen María, como Patrona de la Diócesis de Querétaro, que ayudados por su intercesión, crezcamos como dignos hijos de Dios de los cuales el Señor se pueda sentir orgulloso, y que este tiempo cuaresmal lo aprovechemos para acercarnos más a Dios.
Papás oren con sus hijos, familias oren juntos, jóvenes eleven su oración a Dios con confianza, Él está dispuesto a escucharlos; en este tiempo cuaresmal se nos exhorta a intensificar nuestra oración y también a crecer en la espiritualidad, y para eso los ejercicios espirituales que les están impartiendo o les van a impartir en la comunidad parroquial, y en las diferentes comunidades por los sacerdotes, fortalecerán la vida espiritual de la comunidad, no dejen de asistir a los ejercicios espirituales en cuaresma, porque ellos siempre fortalecen la vida comunitaria, fortalecen los corazones y también fortalecen nuestra fe. Que así sea”.
Al terminar Mons. Faustino felicito a los que se confirmaron y pidió a los padrinos seguir acompañándoles en su caminar por esta vida. Posteriormente les dio la bendición, y la asamblea allí reunida le brindo un aplauso como muestra de cariño y agradecimiento por su presencia en medio de esta comunidad.