El Sr. Obispo D. Faustino Armendáriz Jiménez presidió el sábado 8 de septiembre, la santa Misa en honor de Nuestra Señora del Sagrario en la Parroquia de San Pedro y San Pablo (Cadereyta). El Sr. Cura Pbro. Raymundo Frausto Hurtado y los padres vicarios Pbro. Félix Soto Pérez, Pbro. José Octavio Trejo Romero, Pbro. Manuel Estrada Villeda y el Pbro. Julián Reséndiz Hernández, Párroco de la Parroquia de San Juan Diego, concelebraron con el Pastor Diocesano.
Mons. Armendáriz en la homilía, se refirió a María como Sagrario Viviente de la Eucaristía, destacando la figura de Santa María de Guadalupe, nuestra Madre, que nos muestra cómo vivir llevando a Jesús en el corazón. Invitó a ser misioneros de nuestros hermanos, porque nadie que lleva a Jesús en su corazón, puede dejar de anunciarlo.
Durante la celebración, Mons. Armendáriz confirmó a un nutrido grupo de bautizados, que recibieron los dones del Espíritu Santo. Los siete dones del Espíritu Santo son: sabiduría, inteligencia, consejo, fortaleza, ciencia, piedad y temor de Dios. Pertenecen en plenitud a Cristo y en el Confirmación se reciben en plenitud. Completan y llevan a su perfección las virtudes de quienes los reciben. Hacen a los fieles dóciles para obedecer con prontitud a las inspiraciones divinas.
Al final de la Eucaristía, el Presidente Municipal M.V.Z Antonio Pérez Barrera, entregó las llaves de un salón anexo a parroquia, donde se desarrollará el proyecto de un museo.
Oración a la Virgen del Sagrario
Virgen elegida por el Padre Eterno. Dulce Madre de la Eucaristía. Con dolor y mucho amor, nos has dado a tu Hijo Jesús mientras pendía de la Cruz. Nosotros, débiles creaturas, nos aferramos a ti para ser hijos dignos de este gran amor y dolor. Llena de Gracia. ¡Oh dulce Madre mía! Sagrario riquísimo en que descanso corporalmente a la plenitud de la Divinidad. A tus pies nos presentamos hoy para que la gracia se Dios se difunda abundantemente en nuestras pobres almas, las purifique, las engrandezca y cada día aumente más en ellos el verdadero amor a Dios y a nuestros hermanos. Ayúdanos a ser humildes y sencillos, ayúdanos a amar a todos los hombres, ayúdanos a vivir en la gracia estando siempre listos para recibir a Jesús en nuestro corazón. Oh María, Madre de la Eucaristía, nosotros, por cuenta propia no podremos comprender este gran misterio de amor. Oh primer Sagrario, María, Madre de Jesús. Oh primera Custodia, María, vaso espiritual, tu seno se llenó de gloria, tu cuerpo se llenó de Dios. Su sangre corrió por tus venas su ser de ti se alimentó. Oh primer creyente, primera en darle adoración, y llegado el tiempo, primera en exponerlo en hora santa, aquella noche en que Jesús nació. Que obtengamos la luz del Espíritu Santo, para que así podamos comprender aunque sea por un sólo instante todo el infinito amor de tu Jesús que se entregó a Sí mismo. Amén.