Septiembre es un mes especialmente querido para todos los mexicanos. Las ciudades se iluminan de forma especial, las calles se adornan con los colores patrios, las plazas son escenarios donde se desarrollan distintos festivales para expresar nuestro folklor, nuestras tradiciones. Los antojitos y la comida no falta. Las banderas ondean en casas y oficinas.
Pero, ¿qué es lo que ha hecho grande a México? Sus familias. En este tiempo en que celebramos las fiestas patrias es una buena oportunidad para rescatar los valores de nuestras familias mexicanas. Eso que ha caracterizado y distinguido a nuestras familias a nivel mundial.
Los hogares mexicanos siempre se han caracterizado por la unidad. Es importante rescatar la unión en nuestras casas. La riqueza de nuestra gastronomía ha favorecido la reunión familiar alrededor de la mesa. Todavía en muchísimos hogares mexicanos hay la bonita tradición de comer los sábados o domingos en la casa de los abuelos, punto de reunión de toda la familia. La convivencia frecuente con los abuelos, hermanos, tíos, primos, es un tesoro que tenemos que no podemos perder.
Las familias mexicanas, en general, siempre han sido alegres y entusiastas. Nuestra cultura latina nos hace vivir la vida con ánimo y entrega. Tenemos la capacidad para unirnos para apoyar buenas causas, para contagiar la algarabía y para acoger a los más necesitados con nuestra solidaridad.
Es indispensable no perder el núcleo religioso en nuestras familias. Las familias mexicanas se caracterizaron siempre por acudir a misa los domingos, a rezar el rosario con todos sus miembros, a ser devotos del Sagrado Corazón y de la Santísima Virgen de Guadalupe. En la gran mayoría de los hogares mexicanos podemos encontrar alguna imagen o signo que nos recuerda la religiosidad de nuestro pueblo.
Estos son algunos elementos que se destacaban en las familias mexicanas. Es un reto conseguir que sigan siendo las características de nuestra nación. Que en este mes patrio nos unamos todos los mexicanos para rescatar las tradiciones y valores que han hecho grandes a nuestro país. ¡Viva México! ¡Vivan nuestras familias!
Pbro. Laureano López Saloma Publicado en el periódico «Diócesis de Querétaro» del 31 de agosto de 2014